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domingo, 28 de abril de 2019

Ahora son amigos (casi todos ganan)

          Era de esperarse... Finalmente Vidal (la hiena) arregló con el Suteba de Baradel. 

          Es que las elecciones se acercan y ya no está tan bueno que Baradel, que quiere ser diputado, siga convocando paros a los que los docentes, hambreados y ninguneados, ya les cuesta adherirse (en este caso no hablo de los carneros sino de los que legítimamente no llegarían a fín de mes con los descuentos). Así que para Baradel está bien que el conflicto se cierre de algún modo (en lo personal espero que sea electo diputado así no lo tenemos que sufrir más).

          Por otro lado, Vidal quiere ser gobernadora (si el gato no se baja o renuncia), y como la miseria salarial de los docentes se nota y no falta mucho para encontrar docentes en los comedores y ollas populares, ya no está tan bueno ser agresiva, altanera y despectiva con los docentes, como lo fue durante estos tres últimos años. Es necesario, por lo tanto, conceder todas las demandas, para que puedan pasar los dos meses luego de los cuales dicen que la gente se olvida de todo, y en julio (pongamos) volver a llenarse la boca con la educación y decir con lágrimas en los ojos que un docente no debería ganar menos de 100 lucas.

          Así que en este juego ya a nadie le convenía jugar, en consecuencia, la mejor opción para los dos era retirarse y no seguir jugando, más que en el discurso. Y discursivamente ambos se pronuncian como ganadores. Baradel sostiene que se consiguieron todos los puntos propuestos y Vidal pide perdón y se muestra feliz de haber alcanzado un acuerdo, porque la educación siempre fue prioridad...

          Entonces el conflicto por ahora terminó, aunque haya sido por razones electorales todos ganaron... salvo los docentes, por supuesto.







          Los docentes, en el mejor de los casos, recuperarán un poco de su magro salario cuando lleguen los aumentos (con el cobro de mayo, o quizás el de junio), y hasta podría ser que recuperen algún día de los descontados. Mientras tanto, la inflación seguirá al cuatro por ciento mensual y las cláusulas gatillo llegarán siempre tarde. Y el dólar llegará a los 70 mangos. Estamos perdidos. Lo de las ollas populares con docentes no es joda... 

          En lo simbólico, ya fuimos ampliamente maltratados, ninguneados, criticados y denostados, por Vidal, por Larreta, por Macri y por los medios, con Carnota, Majul y Feinman a la cabeza (se nota que Vidal puso guita en América)... no hay ningún perdón que alcance (al menos para mí)

          Pero hay solución. No tanto para esta vez, que ya nos cagaron, sino para la próxima.

          La solución, claro está, es no olvidarse. Ni a los dos meses ni nunca. Este año se vota, y está más que claro que estos garcas eficientes nos recontracagaron. A los docentes y a todos, pero hoy me centro en los docentes. Ningún docente debería volver a votar esta mierda. Los que le tengan mucho rencor a Cristina (o simplemente no conpartan el pensamiento de Cristina), voten al FIT, a Zamora (como yo en CABA), a Massa, a Lavagna, a Scioli, a Felipe Solá, al que quieran... no vuelvan a permitir que el odio los haga votar de nuevo a esta caterva de ladrones garcas... no se dejen engañar, no hay solo dos candidatos, va a haber un montón para elegir además de esos dos... piensen y elijan...

          Por último, dado que mis últimos artículos exacerbaron los ánimos (sobre todo de los carneros indignados) les recomiendo releer el de la empatía que ya tiene un año pero para estas épocas viene bien.

          Nos vemos en algún comedor popular, plato de polenta de por medio.


          Es todo.


          PD: obviamente, no considero que quienes concurren a ollas y comedores sean menos que nadie, aunque sí considere que estos lugares no deberían existir en un país productor de alimentos como el nuestro...



lunes, 4 de marzo de 2019

De disculpas y perdones (o el pedo en el ascensor)


           Finalmente sucedió. Algunos (más de uno y en distintos lugares) se enojaron con un artículo mío. Es que son para eso...

           Es sencillo. Salvo casos de excepción, los docentes como colectivo soportamos en proporción más carneros que otras profesiones. Más que los taxistas, o que los metalúrgicos, por decir algunos gremios a los que les va mejor que a los docentes (obviamente). Y parece ser que esto no se puede decir ni escribir, ni siquiera en forma general. Ser carnero (o no) es es una decisión a conciencia y sumamente íntima, que no puede ser juzgada ni criticada. Ni siquiera connotada o relatada. Lo mismo vale para el voto. El voto se decide en un ambiente de profunda reflexión democrática, íntimo y sacrosanto, el cual debe ser respetado (eso está bien) y esta decisión no puede recibir ninguna crítica u observación (ahí no estoy de acuerdo).

           Así, carneros que votaron al gato inmundo dos veces se encabritan si uno se lo recuerda cuando se quejan de que no les alcanza, y ni qué hablar si se los cuestiona (quién sos para juzgar, mi voto es íntimo, y argumentaciones similares). Según algunos de ellos, debería disculparme por cuestionar sus motivos, o calificarlos de carneros.
           Aclaro, acato las decisiones en democracia, ganó el gato (dos veces y sin fraude evidente) y si alguien no hace paro no lo voy a ir a buscar a la casa... tampoco le digo que devuelva los aumentos que consiguieron sus compañeros con descuentos....

           Pero... no, no me disculpo nada, en democracia también se discute, los que votaron al gato, al menos la segunda vez, o no evaluaron bien (se equivocaron) o son garcas (en ese caso no se equivocaron, pero son garcas). Y los que no hacen un paro (salvo casos extremos), son carneros, aunque nadie se los diga.
           Igual vivimos en el mismo país, vamos a tener que convivir, así que no se enojen tanto y voten mejor la próxima vez (sí, estoy calificando y para mí votaron mal, pero a veces pasa).

           No me disculpo por pensar u opinar. 










           Zanjado el tema, y hablando de disculparse, la hiena Heidi Vidal le pidió perdón a los maestros, o eso dicen...
           Según google (la fuente de los periodistas vagos), la diferencia entre disculparse y pedir perdón reside en que quien se disculpa no se siente responsable por lo sucedido, quien pide perdón sí... o sea, me disculpo si se me escapa un pedo, pero pido perdón si me lo tiro a propósito en un ascensor …

           Quizás la gestión educativa de la hiena Vidal es equivalente a cagarse (a propósito) en un ascensor lleno de docentes. Por algo pide perdón...
           La pregunta es... ¿Pidió perdón realmente? Veamos parte de su discurso ante la Legislatura:



           ...Durante el último tiempo muchos de ustedes se vieron perjudicados por el conflicto que hemos tenido con los gremios.

             Quiero
pedirles perdón si en algún momento sintieron que nos equivocamos.

             En este camino no están solos, estamos haciendo todo para acompañarlos...


          ...Donde daba lo mismo ir a trabajar que no hacerlo, empezamos a premiar el presentismo para reconocer al que cumple y da el ejemplo...




          Bien. Tal como se sospechaba, no nos pidió perdón, o si lo pidió fue de una forma tan elíptica que parece que nos pide perdón en nombre de los gremios, los verdaderos culpables (debió haber dicho sindicatos, ya que estamos puristas con el lenguaje). Es un perdón además subjetivo, que remite a un sentir, y condicional (no obraría este perdón con los que no sintieran que se equivocó). Y dos párrafos después justifica el premio al carnero, que muchos de los que se ofenden y piden que otros se disculpen se apresuraron a cobrar.

          Habría que aclararle a Vidal que los sindicatos docentes suelen estar conformados por docentes, y que tener conflictos con los sindicatos docentes es tener conflictos con los docentes representados por esos sindicatos. Y que una buena forma de pedir perdón es jerarquizar los salarios y la profesión docente. 

          Pero no entiende, o se hace la que no entiende. Es garca.

          Ya canso escribiendo esto pero de un gobierno de garcas no puede esperarse otra cosa. Los garcas hacen cosas de garcas, razonan y actúan como garcas. ¿Cómo nos libramos de ellos? No es fácil, pero por empezar no habría que volverlos a votar...

           Cierro con la gracia procaz y previsible. Imagino a la hiena Vidal y todo su gabinete, tirándose pedos y cagándose (a propósito) en un gigantesco ascensor lleno de docentes, enfermeros, policías (sí, policías también), jubilados, desocupados, pobres, indigentes, chicos... casi todos...

           Por supuesto, en época de elecciones, pidiendo perdón.


           Es todo.


PD1: sí, los sojeros, los mineros y dos o tres más tienen ascensor propio.

PD2: comenten, circulen y opinen que yo no me enojo...









viernes, 11 de enero de 2019

Paro docente (reflexiones para docentes carneros).

           Pasaron varios meses desde lo último que escribí. Temas hubo, tiempo no... además cuando escribo sobre actualidad o política me pongo agrio y mucho no lo disfruto.
            Prometo entonces, escribir más seguido y en la medida que este país lo permita (por ahora no lo permite), con un temperamento más alegre.

           Sobre la problemática salarial docente, ya escribí mucho. Pongo algunos enlaces (uno, dos, tres, por ejemplo) para no fatigar ni repetir razonamientos. 
        Resumidamente, a los docentes históricamente nos pagan poco, por muchos motivos. Muchos consideran que la docencia no puede estar bien paga ya que se trata de un trabajo vocacional, no profesional, que cualquiera con vocación que sepa leer, escribir y las tablas de multiplicar podría hacer. Por eso la tendencia es cerrar los profesorados, traer docentes del exterior (venezolanos, por ejemplo), poner voluntarios al frente de alumnos, y en algún futuro, no descarto gendarmes dando clases de ESI o de matemática (munidos con táser por supuesto). No se les ocurre (menos a estos garcas neoliberales) jerarquizar la profesión pagándoles mejor a los tipitos (y tipitas) que dan (damos) clase. Pero de esto ya escribí.
            Por supuesto, esta problemática docente hace que los docentes debamos negociar, y llegado el caso, tomar medidas de fuerza... como los paros.

            Así llegamos al tema, el paro docente. Es un buen momento para reflexionar sobre el tema, ya que no hay paros cercanos y se evitan las chicanas y acaloramientos entre docentes. Porque este escrito está dirigido sobre todo a mis colegas docentes. Más específicamente, está dirigido a mis colegas docentes carneros (no escribo CARNEROS porque dicen que es equivalente a gritar pero quizás la mayúscula sea procedente).

           Alguna consideración previa: puedo convenir que no todas las convocatorias a movilizaciones o paros son igual de importantes (si bien sí son justas). Desde que soy docente (año 86) hubo un montón de paros y algunos no los hice (no muchos). A veces, pocas veces, no me convencen o no puedo permitirme descuentos.
           Ahora, es claro que en el 2018 que pasamos bajo el gobierno garca de Macri (gato), el salario docente perdió no menos del 15 % (siendo generoso) de su poder adquisitivo. No haría falta convencernos de nada, es evidente que parar está justificado. Y en cuanto a los descuentos, muchas veces son aplicados indiscriminadamente, haya el docente hecho paro o no. Podría respetar alguna situación extrema, pero el hecho es que muchos docentes deciden no hacer paro y no padecen ninguna situación extrema. Deciden ser carneros. Aunque debiliten a sus compañeros que paran, aunque por ahí le descuenten igual...



           Acá empieza mi problema. Otros gremios, como metalúrgicos, taxistas o camioneros tienen formas más claras de tratar con los carneros. No hablo de violencia física (que a veces también hay), pero hay una clara condena simbólica de los trabajadores para con el carnero. Con los docentes no es así.
            Es que es difícil condenar, aunque solo sea de palabra, a compañeros docentes que trabajan en el día a día con uno y que quizás uno valora, respeta y aprecia.
          Aún así, me animo a preguntarles a veces por qué no hacen los paros. Las respuestas parecen graciosas pero son tristes... paso a detallar, aunque quizás no esté registrado algún caso (es mi experiencia, por lo tanto es limitada):

    • La que pone cara de republicana y dice “... cada uno hace lo que su conciencia le dicta...”. Es decir, su conciencia es poco solidaria y le dicta cagar a sus compañeros. Además es vaga de pensamiento y no quiere discutir.
    • “Qué culpa tienen los chicos, hágamos otra cosa”. Jamás propone qué otra cosa hacer, y por lo general los chicos pierden más días de clase por falta de agua, luz, gas, o porque las escuelas se caen a pedazos que por los paros. Cuando a los chicos y a las familias se les explica, entienden. Y con los paros también aprenden que ser solidarios y organizarse es mejor que ser individualistas y serviles.
    • “Si me descuentan mucho no me voy de vacaciones”. Garca asumida, ni da para contestarle. Por lo general es segundo sueldo y los votó.
    • “La yegua tal cosa... Baradel tal cosa...”. Sí, está bien, yo no soy votante de Cristina y a Baradel no lo quiero ni de compañero de colectivo, pero es claro que a este tipo de carnero la grieta le impide pensar sus condiciones objetivas. El paro es porque la hiena (o larrata) nos paga mierda y cada vez con nuestro sueldo compramos objetivamente menos comida. La próxima tratá de votar mejor, ya que estamos.
    • “Hay que trabajar más, no menos, porque a estos tipos es lo que les molesta”. Estoy de acuerdo que a estos garcas gobernantes les molesta la educación, el cierre de profesorados y nocturnas en CABA es prueba de eso. Ahora, usar eso para debilitar una medida colectiva con una postura individual es de garca o de boludo. O de hipócrita, que lo que realmente quiere es que no le descuenten.
    • “Soy apolítico, y los paros son políticos” Este es boludo de verdad. Y probablemente los votó.
    • “En Finlandia no hacen paro”. Sí, pelotudo, porque en Finlandia pagan bien, valoran la educación y los finlandeses no votan garcas.
    • “Con los paros nunca se llegó a nada”. Mentira, a veces sí. Ahora, cuando los paros tienen muchos carneros, se hace más difícil una negociación exitosa (sobre todo bajo este gobierno garca).

            Deben faltar casos, pero no quiero inventar, las de más arriba son respuestas que realmente escuché...
              Quizás por estas respuestas (y otras como estas) los docentes merecemos lo que nos pasa. No se si listarlas tiene alguna utilidad excepto que los carneros se den cuenta que si bien parece que no pasa nada, o que no decimos nada, los demás nos damos cuenta... No hace falta violencia física, patoteo o dejar de hablar o saludar a nadie. Pero sepan que nos damos cuenta.

            Para terminar, si a alguno molesté con esta clasificación y se siente incluído en alguno de los ejemplos, jódase. Pagué dos lucas por cada mes que haya hecho paro para tener derecho y poder escribir esto. Paré y fui a varias marchas para mejorar mis condiciones salariales y laborales... y también las de ustedes, carneros, que fueron a trabajar (sin alumnos a veces).

           Y a los que quiero, valoro y respeto, y decidieron ser carneros, traten de no hacerlo más. Tienen todo el 2019 para redimirse. Hagan los malditos paros, no sean carneros. Y voten mejor.

            Es todo.




           PD: comenten, circulen y háganme famoso en las redes...



jueves, 29 de marzo de 2018

El mondial, pibe.. (o los diez mil ojos)




          No. Se equivocan. Lo de los diez mil ojos no tiene que ver con el mundial (creo que lo va a ver más gente) sino con que hace poco superé las cinco mil visitas. Algunos de esos ojos serán míos o de mi familia, habrá algún tuerto y algunos bots que buscan textos con las palabras bomba, Trump y anthrax en el mismo párrafo (guiño), o similares. A los demás, por supuesto, les doy las gracias por leer esta cosa que cada tanto escribo.


          Sí es cierto que esta es mi notita de obviedades acerca del mundial de fútbol... la mayoría de los blogueros que se precien van a escribir una...


          Por empezar, tengo que decir que no tengo nada contra el fútbol. No voy a caer en el exceso de Borges (de pie, por favor) y decir que son veintidos tipos corriendo una pelota o algo así. El fútbol es eso, pero también es más que eso...
          El fútbol es un lindo juego colectivo, sobre todo cuando es jugado. Yo ya estoy grandecito y no corro ni el colectivo, pero recuerdo con mucha alegría cuando jugaba (mal) al fútbol con mis amigos. No se si las miles de horas que me pasé viendo partidos en la cancha o por la tele me han reportado una alegría similar. Quizás en uno o dos momentos, no mucho más.


          Tenemos que desengañarnos. Hay que decir que cuando uno, sentado en su sillón, o en la cancha, mira un partido de fútbol, se enfervoriza, insulta, se amarga (estamos en la beee), o quizás muere de un paro cardíaco, no está haciendo absolutamente nada que tenga que ver con el fútbol. La única forma de hacer algo que tenga que ver con el fútbol es jugarlo... incluso los árbitros y los directores técnicos podrían decir que de algún modo juegan al fútbol... según como se mire podría ser... no juegan estrictamente pero son parte del deporte en su faceta profesional.
          Esto último puede ser discutible, pero lo que no puede negarse es que mirar, aplaudir, putear, amargarse, discutir, cargar a los amigos, alentar, cantar el hit del verano, agarrarse a piñas, robarse banderas, romper vidrieras de negocios, viajar en micros custodiados por tanques, enfrentarse con la policía o con otras hinchadas, o distribuir y vender drogas diversas, no es jugar al fútbol. Gran parte de muchos de los problemas que tenemos (la violencia en los estadios por ejemplo) perderían significado y entidad si esto se entendiera claramente.

          Insultar a Higuain, criticar el doble cinco de nuestra menesterosa selección o pedir la renuncia de Sampaoli no implica jugar al fútbol ni saber más de fútbol ni nada. Aunque el fútbol sea un deporte (un lindo deporte colectivo), en estas instancias solo se es espectador. Higuaín va a seguir errando goles, Mascherano y Biglia la van a seguir viendo pasar y Sampaoli va a seguir haciendo declaraciones idiotas (como después del 6 a 1 con España, por ejemplo).
          Somos espectadores de un espectáculo, de algo que guarda similitud con el fútbol que jugábamos con nuestros amigos cuando éramos chicos (o chicas, o chiques, para quedar bien con todos, más allá de que estadísticamente el fútbol sea mucho más practicado por los varones).
          El fútbol profesional implica un espectáculo deportivo. Y el espectáculo está bien armado. Hay relatores, opinadores, periodistas, representantes, entrenadores, psicólogos, expertos en seguridad, policías, políticos... todos tienen que hacer y todos cobran por lo que hacen.


          Es que hay algo que no dije. El fútbol, además de ser once contra once corriendo una pelota y de ser un lindo deporte colectivo para jugar con los amigos, también es el principal deporte (popular y cultural) de la Argentina, que da lugar al principal espectáculo deportivo de este país, que mueve millones (o billones) en lo económico, otorga prestigio político (macrigato no me olvido de vos, que así llegaste) y hasta cultural (un filósofo es Foucault, no Cappa o Menotti)...
          Es tan importante el fútbol que por un rato puede ocultar una dictadura genocida y 30000 desaparecidos... Por un rato y no para todos, pero puede hacerlo...


          Pequeño paréntesis: (Por supuesto, como no podría ser de otra manera, el deporte nacional de la Argentina es el pato... cosa de garcas, por supuesto. Gauchos con poncho tirando de un pato, o de una pelota de rugby con manijas. Jamás vi (vimos) un partido de pato, ni en vivo ni por la tele, y es el deporte nacional de mi país. Contradicciones, que le dicen...)


          Entonces, el fútbol puede ocultar por un rato una terrible dictadura (en el pasado), o puede hacer que la población sea menos crítica a una reforma laboral (en el futuro). Es un poder que tiene el fútbol pero no es un poder inherente al fútbol. Quizás es un poder inherente a algo más grande que el fútbol. Es el poder inherente al circo. Es el viejo pan y circo romano. El fútbol es nuestro circo (como en USA es el béisbol, el básquet y el fútbol americano). Nos saca de los problemas de todos los días y nos da algo de qué hablar por un rato. Y en el caso de los mundiales exalta además un patriotismo muy idiota.




          Bueno (me dirán), ¿pero esto está tan mal? Y la respuesta que se me ocurre es que no, no está tan mal mientras hablemos de esto solo por un rato (corto), no nos saque demasiado de los problemas, sobre todo de los serios y no nos anule como seres humanos políticos y pensantes. En cuanto al patriotismo idiota, a los ingleses hay que reclamarles (y quizás cortar relaciones diplomáticas) por el Aras San Juan, no festejarles el gol de Maradona.


          Solo somos espectadores de fútbol, en la cancha o por televisión. Es posible vivir bien y feliz e ignorar absolutamente todo sobre el fútbol o los mundiales. No estaría tan bien despreocuparnos o ignorar absolutamente todo sobre una reforma laboral, las paritarias, el cierre de escuelas o los aumentos de las tarifas, que posiblemente influyan más sobre nuestra felicidad que el 1-6 con España.
          Es más, gustosamente cambiaría quedarnos afuera en primera ronda o un 0-5 con Brasil a cambio de una baja de cinco puntos en la desocupación o la pobreza. Hay cuestiones que importan más que otras. El fútbol-espectáculo profesional televisado es un juego que yo no estoy jugando, que mueve millones, y ninguno de esos millones me toca a mí.


          Por eso siempre me tomo el fútbol con calma, y más los mundiales. Porque sé perfectamente que soy espectador y que nada de lo que pueda pasar en un mundial va a hacer que les paguen más a los docentes, por ejemplo. No creo que la gratificación simbólica por ganarle a Islandia equilibre un aumento de tarifas o que la policía siga matando gente (pobre, por supuesto). No me dan muchas ganas de decir “... chúpenla islandeses...”, es más, me gustaría vivir en Islandia... hace frío pero hay menos violencia y como docente cobraría dignamente, al menos.


          No se si tengo algún consejo que dar o algo que decir para cerrar esto. Obviamente, que todos recordemos durante el mundial nuestra condición de espectadores. Nada de lo que pase en el mundial cambiará objetivamente nuestras condiciones materiales de existencia. Como mucho el circo por un rato permitirá que el congreso de Macrigato apruebe leyes oprobiosas para los argentinos. Así que hay que estar atentos, no sea cosa que nos caguen una vez más..
          Y ya que estamos, en tren de aconsejar al pueblo argentino (el aconsejador me dicen) diría que traten (tratemos) de ser menos espectadores. No miremos fútbol, hagamos fútbol. Es más saludable y no hay que sufrir a Di María, por ejemplo. Y si como es mi caso, ya no podemos correr ni el colectivo, hagamos algo en lo que seamos protagonistas. En mi caso, escribo esta cosa, y juego al ajedrez y al go, entre otras actividades (prometo una notita sobre el ajedrez en un futuro). Cuando pierdo al ajedrez es culpa mía, no de Higuaín. Y cuando gano, me pongo contento porque fui yo el que gané, no Messi.



          En principio, es todo.


          PD1: soy hincha de Ferro y pongo la foto de un jugador (Gerónimo Cacho Saccardi) que me proporcionó alguno de los buenos momentos como espectador de fútbol, comparable a jugar con mis amigos. En cuanto a partidos, recuerdo el 3-0 en Ríver y un 5-4 a Rácing después de ir abajo 1-4 (no hice nada en ninguno de estos partidos, solo fui espectador, pero fue lindo de ver). También aclaro que tengo amigos de Vélez, que son buenas personas, aunque quizás un poco pechos fríos...
          PD2: lo de los diez mil ojos también lo vieron los de Adsense, así que si quieren comenten, compartan, síganme y todo eso... Y si no, por lo menos hagan click en las publicidades, que si junto un millón de clicks, me dan tres dólares o algo así... es re-cheto tener publicidades...
          PD3: Higuaín podría probar suerte jugando al pato, tendría que buscar jinete...
          PD4: ¡Hagan click en las malditas publicidades! Es una ORDEN.


miércoles, 27 de diciembre de 2017

Violencia es mentir


     Pasó un buen tiempo (3 meses) y finalmente decidí volver a escribir. Para ser honestos, estuve un poco desmotivado y ni ganas tenía de sentarme ante el teclado.

     Y en este tiempo de silencio, la verdad es que pasaron cosas... 

     Por ejemplo, apareció el cuerpo de Santiago Maldonado, que según las pericias se ahogó, aunque nadie explica cómo se ahogó, por qué no se descubrió el cuerpo antes (si es que siempre estuvo ahí y no fue plantado) y cuál fue el papel y la responsabilidad de gendarmería en este ahogamiento.
También balearon a Rafael Nahuel, un joven mapuche que era tan peligroso y asustó tanto a los gendarmes que en defensa propia le dispararon por la espalda...
     Es claro que en ninguno de los dos casos la justicia tiene apuro, así que por años no se va a saber nada y habrá funcionarios que dirán que estamos en democracia, que hay división de poderes y que hay que esperar que se expida la justicia.
     Otro hecho que sucedió en este tiempo que tampoco se va a resolver es el hundimiento del ARA San Juan. Pobres las 44 familias, que probablemente jamás sepan lo que pasó. Eso sí, kas y emes se acusan mutuamente de corrupción y la marina se desentiende mientras llora lágrimas de cocodrilo.

     Finalmente, en las legislativas ganó el macrismo (seguramente fue esto lo que me hizo mandar todo al carajo por un rato y dejar de escribir). Durán Barba, la fanática religiosa y alguna desinteligencia de la oposición lograron lo que un voto racional que evaluara la gestión objetivamente no permitiría (o haría muy poco probable)... que el gobierno de los garcas hijos de puta aumente su número de senadores y diputados.

     Esto ya lo escribí varias veces de modos más o menos sutiles, pero cuando (por las razones que sean) la ciudadanía vota garcas hijos de puta, es casi lógico que tarde o temprano nos caguen... son garcas, se juntan entre ellos, hacen cosas de garca ¿Qué otra cosa cabría esperar que no sea que nos caguen?

     Así, pasó lo que tenía que pasar. En un marco de déficit fiscal, para ahorrar cien mil millones de pesos, en lugar de subirle impuestos a los que pueden, o no condonar tanta deuda a los amigos, se decide obtener este dinero quitándolo de los haberes de los jubilados. Con acuerdo de los gobernadores, y obediencia debida de los garcas diputados y senadores, que son mayoría.

     Y se armó bardo en la calle. En la primera sesión de diputados (suspendida) los gendarmes reprimieron a manifestantes violentos, manifestantes tranquilos, periodistas, políticos y gente que pasaba por ahí. En la segunda sesión le toca el turno a los policías, casi tan brutos como los gendarmes.
     Por supuesto del otro lado había una mezcla de cincuenta militantes de izquierda e infiltrados que tiraban piedras y acaparaban las cámaras mientras a unos metros más de cien mil tipos se manifestaban y reclamaban en paz.
     Hubo heridos por ambas partes y la ley que les roba a los jubilados salió...

     Lo que quizás motive este artículo es la campaña “antiviolencia” de los principales medios del país.
     Se llenan la boca hablando de democracia, de que el pueblo no delibera ni gobierna, que hay que respetar el resultado de las urnas y que la violencia es siempre inaceptable.
     La primera objeción es a ese siempre. Basta con ver un poco la historia para darse cuenta que a veces las situaciones se resuelven con la violencia. Diciembre de 2001 es un ejemplo triste de la historia argentina reciente...
     Por otra parte, es claro que la violencia no es deseable en una democracia, pero la realidad es que a veces acontece. En las últimas marchas acontece a causa principalmente de un grupo de iluminados con infiltrados y una policía (gendarmería) bruta, mal capacitada, mal dirigida e inepta para este tipo de situaciones. Es milagroso que no haya habido muertos...
     De todos modos, acuerdo con condenar la violencia de los piedrazos o de los gases indiscriminados, según el caso.

     Ahora, lo que los medios no analizan demasiado es la causa de la violencia (o del descontento que a veces lleva a la violencia). Porque, como cantan los redondos, violencia es mentir.

     Intercalo una frase célebre del pasado, mientras toco madera y me agarro un testículo...

          "Si hubiera dicho lo que iba a hacer no me votaba nadie" (Carlos Saúl Menem)

     Es exactamente lo que pasó ahora. En campaña electoral, no solo no dijeron nada sino que expresamente se negó que se fuera a hacer algún tipo de reforma...

     La gente (el pueblo me gusta más) fue engañada y estafada en su voto. En ese contexto, los resultados de las urnas (con el dicurso de que el pueblo nunca se equivoca y todo el chamuyo), y la democracia representativa pierden significado, y por lo tanto no es tan descabellado que los ciudadanos se pongan nerviosos, se organicen, reclamen, y que dentro de este reclamo de cien mil ciudadanos nerviosos haya cincuenta o cien que deciden resolver la cuestión a los piedrazos.
     Los diputados y senadores finalmente son nuestros empleados, son los que deberían representar fielmente el mandato de los ciudadanos, si esto no sucede, si se traiciona al pueblo, es lógico que haya problemas (bardo).

     Es difícil. El sistema político argentino no prevee este tipo de traiciones. Los grandes medios dirían que hay que apegarse a la legalidad y castigar con el voto dentro de dos años. Lo cierto es que mientras tanto lo que opera es la verdad de la ventanilla (o del cajero) y los jubilados cobrarán menos... y los docentes... y habrá despidos... y aumentos (del transporte para empezar)... y pobreza, indigencia, desocupación y desigualdad, como algunas de las consecuencias lógicas.

     Y en algún momento quizás haya quilombo. Quilombo que nadie quiere, aunque se lo hayan buscado ellos (los garcas hijos de puta que nos gobiernan).

     No se si tengo alguna propuesta para terminar esta nota con algo de esperanza... más allá de la propuesta por la negativa de no votar garcas hijos de puta la próxima vez (no olvidemos los nombres de los que votaron darle menos plata a los abuelos). Quizás una propuesta más positiva para estos dos años feos que vienen sería no delegar tanto, organizarse, participar más...

     Y seguir peticionando, exigiendo, marchando, protestando, no hay mucho más...

     Yo trataré de hacer todo eso, y además no desanimarme y seguir escribiendo.


     Es todo.


     PD: ni el mundial lo salva a macri (gato).

lunes, 18 de septiembre de 2017

Libertad de cátedra (o gendarmes con caras de malo).



       En estos días, a causa de la desaparición forzada de Santiago Maldonado, asistimos a un interesante debate sobre qué pueden y qué no pueden decir los docentes en clase. La libertad de cátedra, que le dicen...
      Por supuesto, ya aparece el primer problema, hay ochocientas interpretaciones acerca de qué es y cuál es el alcance de la libertad de cátedra... Como siempre, yo no se cuál es la definición correcta, pero puedo plantear algunos ejemplos, para descartar los casos extremos, al menos.

       Así, imaginemos que un docente de biología decida suscribir al creacionismo, o peor aún, a que la vida inteligente en nuestro planeta fue moldeada por extraterrestres. ¿Podría ese docente ampararse en la libertad de cátedra? Entiendo que no y que una protesta de los padres (o de la sociedad en general) sería legítima en ese sentido. Y si hubiera algún padre que adhiriera a estas teorías y exigiera que la escuela las explique, habría que explicarle al padre que en la escuela se enseñan las teorías científicas, que el creacionismo o la vida extraterrestre no son teorías científicas aceptadas y por lo tanto no pueden formar parte de los contenidos de la educación pública. Este caso es sencillo (más allá de lo que sucede con el creacionismo en USA). 

      Más en general, la libertad de cátedra está contemplada para el enfoque que el docente quiera darle a la clase, no apaña al docente para explicar astrología y enseñar a hacer una carta natal, para dar otro ejemplo.
Pero, se puede argüir que los ejemplos dados pertenecen al campo de las ciencias naturales. Es cierto. Cuando se trata de las ciencias sociales, en particular la política, la historia o el tema de los derechos humanos la cosa se complica. De todos modos, los ejemplos sirven para indicar que en la educación pública (de gestión estatal o privada) se imparten ciertos conocimientos significativos y no otros. Hay programas, contenidos y diseños curriculares que dicen qué se enseña y qué no se enseña en la escuela pública en este momento de la historia. No todo vale por tener libertad de cátedra. Y es posible pasarse de rosca.




       Es indudable, al menos para mí, que la desaparición forzada de Santiago Maldonado no puede quedar afuera de las aulas. Hay hechos que conmocionan y atraviesan a toda la sociedad. Para dar otro ejemplo, soy docente de matemática y sé positivamente que si Argentina gana el Mundial 2018 en la semana siguiente de ese hecho no voy a poder dar clase …
      No parece que esto vaya a pasar, lo que sí pasó es que desapareció Santiago Maldonado. Y como el hecho de su desaparición nos conmociona y nos atraviesa, es obvio que en las aulas se va a hablar del tema. Haya o no haya instructivo de CTERA con actividades (a mi juicio no demasiado feliz)...
       Por supuesto, en el país de la grieta, algunos se van de rosca. Es comprensible el enojo que provoca ver dibujos de chicos muy chiquitos que muestran gendarmes malos y Santiagos buenos (más allá de que mi opinión es que Gendarmería es la responsable del hecho). Sobre todo si la actividad fue forzada por el docente (obviamente los medios cómplices parecen mostrar que todos los docentes hacemos eso).
       Desde el otro lado, directivos y comunicados que prohiben hablar del tema, amenazando con sanciones en base a reglamentos, estatutos y diseños, que en algún lugar del texto prohiben el partidismo político o religioso en las aulas. Y en otros lugares promueven el desarrollo integral del alumno, la adquisición de saberes significativos, la inserción en el mundo laboral y la participación en la vida ciudadana. Esto no es una contradicción en tiempos normales. Yo no querría como padre que a mi hijo le enseñen religión (aunque viva en Salta) o lo convenzan de hacerse trotskista... ese tipo de iniciativas no deberían partir de la escuela y está bien. Y sí quiero que le enseñen a quejarse, a votar, a respetar las decisiones de la mayoría, a ser un consumidor exigente y responsable, o a participar de un centro de estudiantes (y llegado el caso, tomar la escuela)... una cosa no quita la otra.

       Ahora, en tiempos anormales como el actual, de grieta, sí hay contradicción y con un desaparecido actual no es posible prohibir nada en base a reglamentos escritos para tiempos más normales. Docentes, alumnos y directivos van a hablar de Santiago Maldonado en las aulas, guste o no.
No es correcto forzar a chicos de tercer grado a dibujar gendarmes malos o explicarles que Macri es un gato y la Bullrich accionista de Termidor... pero ¿Qué pasa si la demanda surge de los chicos de tercer grado? ¿Qué hacemos si los chicos, que viven en este país y ven los noticieros, nos preguntan qué pasó con Santiago? ¿No contestamos? ¿Les decimos que se lo expliquen en la casa? ¿Le mostramos el reglamento? ¿Y con chicos más grandes? ¿Es correcto (aunque no lo demanden específicamente) que no se hable del tema a adolescentes que en algunos casos ya pueden votar?

       Son muchas preguntas, y como la mayoría de las veces, no tienen tespuesta, al menos no una respuesta única.
      A mi modesto saber y entender, la libertad de cátedra no puede coartarse en estos casos. Aún para profesores de contabilidad o de educación física, el hecho nos atraviesa y nos conmociona a todos. Y si alguno se pasa de rosca y quiere que la salita de tres incendie un destacamento de Gendarmería, será cuestión de tratar con ese caso particular, no establecer prohibiciones generales que no pueden cumplirse. Lo mismo vale si un director quiere sumariar a un maestro por hablar del tema de un modo correcto y respetuoso de la opinión ajena...en esta ocasión el caso particular es el del director...

       Pero para que esto suceda y se respete la opinión ajena debería empezar a zanjarse la grieta. Y la grieta conviene. Es un Boca-Ríver, y con la próxima elección en ciernes, le conviene a ambas partes... a Macri(gato) y a Cris(yegua, puta y montonera según su última entrevista). Se hacen los ofendidos pero les conviene... y a los que adhieren a uno o a otro y discuten en los asados, también les conviene, porque les evita pensar. Y pensar es difícil. Escribir esta notita que no muchos leerán y a algunos no les gustará me llevó unos cuántos días. Hubiera sido más fácil comprar alguno de los dos paquetes enteros y cerrados, sin pensar.

       Y mientras tanto, ahí está la familia del pobre Santiago, esperando una justicia que quizás no llegue, mientras dicen que se perdió, que está en Entre Ríos, o últimamente que se ahogó. O gendarmes que dicen que tiraron una piedra o dispararon al aire... después de haber declarado que ningún gendarme estuvo a menos de 40 metros de Santiago.

       No quiero que nenes chiquitos dibujen gendarmes con cara de malo, pero sí quiero saber dónde está Santiago Maldonado, qué pasó con él, cómo murió si estuviera muerto (espero que no) y quiénes son los responsables de esta situación... y si mis alumnos preguntan, no voy a esquivar el tema, de hecho no lo hice.
       Y un mes y medio después, deberíamos exigir revisar los procedimientos, las declaraciones, al juez, a la fiscal... solo para ver si todo estuvo bien hecho (risas)...
       Finalmente podríamos exigir las renuncias que correspondan (la ebria y el jefe de los gendarmes por lo menos). Y si se hacen los boludos, marchar, protestar, y por supuesto, castigarlos con el voto (lo que en personas pensantes no agrietadas, no significa votar a Cris). Como ya escribí, el voto no vale casi nada, pero es una de las pocas veces que nos tienen que escuchar...

       Lo que es seguro es que los docentes no somos responsables de la desaparición forzada de Santiago Maldonado, por más que los medios cómplices intenten cambiar el eje de la cuestión. Y tenemos libertad de cátedra si no nos pasamos de rosca. Por lo tanto, como el tema atraviesa y conmociona a la mayoría de los argentinos, es nuestra obligación como docentes tratar el tema en las aulas. Con respeto por la diversidad de opiniones pero planteando el tema claramente. Tanto para el profesor de política como el de matemática o el de biología. O para el maestro de primaria. Porque la desaparición de Santiago Maldonado nos afecta a todos y afecta a la calidad de la democracia de este agrietado país. Hay una Argentina sin Santiago Maldonado (y Julio López) desaparecidos y otra con dos desaparecidos en democracia. Lamentablemente estamos en la segunda opción...

       Siempre trato de terminar mis artículos con una gracia o un chiste, pero me parece que esta vez no hay forma.

       Es todo.



lunes, 17 de julio de 2017

Queremos tanto a Pepsico...

          Ahora que los docentes por dos meses somos buenos podemos escribir sobre otro tema. Repito, no hay que creer en época de elecciones ninguna promesa educativa de ningún candidato.
           La verdad es que dieron un aumento apenas aceptable para no tener problemas por un par de meses y presentar al Bullrich sobrio como candidato a diputado. Y me repito una vez más... siempre tuvieron la plata, no quisieron dar el aumento antes para escarmentar y humillar a los docentes. Con los chicos en el aula o afuera del aula.
        Los garcas son garcas... viven como garcas, hacen cosas de garcas y casi que se los puede comprender... lo que no se puede, o no se debería, es votarlos en las próximas elecciones...

         El otro tema, por supuesto, es Pepsico. Todos vimos por la tele la brutal represión policial a los trabajadores despedidos. Como dice algún meme que circula en las redes, gente pobre con uniforme que le pega (reprime) a gente pobre con hambre para favorecer a gente rica sin uniforme ni hambre. Bastante popular el meme, en este momento se aplica a la Argentina pero también a Venezuela, y a muchos países. Lo cierto es que cuando la policía se autoacuartele o pida mejoras laborales va a ser imposible no recordar lo de Pepsico o los palazos a los maestros en Congreso o a los piqueteros en la 9 de Julio.
          Muy correcto lo de la policía. Están muy bien adiestrados para complacer al amo garca. Y si hay que darles palazos o tirarle gas a trabajadores, algunos de ellos peligrosas mujeres desarmadas, pues no importa. Sólo son fríos ejecutores de las órdenes de la justicia acomodaticia y empresarial propugnada por el gobierno de Macri (gato). Policías violentos, ladrones y corruptos es lo que tenemos. No me da para la simetría del animal de Feinman cuando dice “... uno menos...” refiriéndose a los chorros (en mi caso sería a los policías), pero de verdad habría que pensar qué pasa por la cabeza de un tipo que decide ser policía en épocas como ésta.

       Desde ya no me importa si eran todos trabajadores o si había gente de otras organizaciones apoyando... igual la mayoria cobró en palos, gases o balas de goma, incluso políticos y periodistas. Tampoco me importa que en un acto de defensa hayan volado piedras o algún banco. No fueron los trabajadores los que iniciaron la violencia. Mientras tanto Pepsico, silenzio stampa, como Basile.

         Todo fue muy rápido. La comunicación de los despidos, en algunos casos los arreglos por las indemnizaciones. Nadie sabe los números, pero de 600 despidos no arreglaron 90 según algunas fuentes (para otros eran menos o algunos dicen que los que arreglaron fue con coacción, datos precisos no hay). La excusa para la rapidez en la represión fue un potencial escape tóxico. Todo (pero todo) muy rapidito y a los palazos.
           Es que no se podía esperar. Estaban por empezar las campañas y parece que el tiempo que la gente tarda en olvidarse es un par de meses, más allá de que siempre hay pseudogarcas de clase media que se alegran. Se alegran alentados por los medios cómplices. Los que explican que la empresa tiene derecho a despedir y pasan treinta repeticiones de los piedrazos, o empiezan a ver uno por uno para saber quién es trabajador y quién va a apoyar, como si eso hiciera diferencia en la represión.
           En un capitalismo perfecto es cierto, las empresas pueden despedir indemnizando, porque hay rotación laboral, en una Argentina con el nueve por ciento (y va para diez) de desocupación eso no es tan cierto, más allá de que algunos además discuten (discutimos) el capitalismo, perfecto o no... Esos trabajadores (los noventa por lo menos) quedan en la calle para siempre, están afuera del mercado laboral y tienen muy pocas chances de volver a trabajar, por más seiscientas lucas que le den, que se van rápido.
         
          Por supuesto no todos los medios cómplices son iguales. En este caso, por razones obvias fueron mejores las coberturas de C5N y Crónica, más del lado de los trabajadores. Canal 13, TN y A24 informaron también aunque a favor de la patronal (excepto la pobre Lorena Maciel que no sabe como pararse ante la situación). Y Pepsico, silenzio stampa.

           Pepsico es una multinacional poderosa. Por eso quizás ninguno del sindicato estaba ahí (en realidad creo que no estaban por traidores y garcas, pero yo prefiero suponer que fue por Pepsico). Ni tampoco estaba ahí ningún representante de los partidos políticos principales. Es obvio que el partido garca de derecha Cambiemos no iba a estar, pero no vi a nadie de Massa, o del peronismo, en cualquiera de sus variantes... Supongo que es porque Pepsico suele ser aportante en las campañas así como es anunciante de los medios cómplices.
           Así, no estaban Cristina, Scioli, Massa, Randazzo, Stolbizer, mucho menos Carrió, Lousteau, o algún seguidor de Macri (gato). Es que necesitan de Pepsico y sus aportes (en realidad de los aportantes individuales que por casualidad trabajan en Pepsico o son parte del directorio... la ley no está hecha para los garcas). Lo mismo va para los medios. Los anuncios de Pepsi o Lays son muchos y pagan bien.

          Por eso los que estaban ahí eran los otros, los que no necesitan de Pepsico. Vilma Ripoll, el pollo Sobrero, Del Caño con los ojos hinchados por los gases, Castillo y Zamora subidos a los techos para garantizar que no haya más represión. A veces me pone contento votar a partidos del cinco por ciento. Pueden equivocarse, pero al menos están donde deben.

           Y lo que nadie dice y todos esconden. Hay desde el primer minuto del conflicto una propuesta de boicot en las redes, de la que pocos hablan. Porque una forma muy sencilla de penalizar la rapidez de los garcas, la brutalidad de la policía y el silenzio stampa de Pepsico es, como consumidores, no comprar más Pepsico. No más Pepsi, no más Lays, y el Gatorade que se lo tome Bilardo. Que paguen su política empresarial de garcas con menos ventas. Que tengan que anunciar más para vender menos.



           No consumamos Pepsico. Que las papas fritas, los chizitos y la pepsi se la coman y tomen Feinman, Fantino, Vilouta y Bonelli (hay más, pero siempre me acuerdo de estos). Y en lo posible que revienten por la glucosa o por la sal.

           No consumamos más esos productos. Que echar a seiscientos, o a noventa laburantes a la calle no sea tan sencillo y tenga consecuencias. Al menos para que la Coca Cola lo piense si va a hacer lo mismo.

            Boicot a Pepsico.

           Es todo.

           PD: todo lo aplicable a Pepsico es también aplicable a Lear... así no rompen las pelotas... igual sean buenos y comenten... y me fuí.