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domingo, 28 de abril de 2019

Ahora son amigos (casi todos ganan)

          Era de esperarse... Finalmente Vidal (la hiena) arregló con el Suteba de Baradel. 

          Es que las elecciones se acercan y ya no está tan bueno que Baradel, que quiere ser diputado, siga convocando paros a los que los docentes, hambreados y ninguneados, ya les cuesta adherirse (en este caso no hablo de los carneros sino de los que legítimamente no llegarían a fín de mes con los descuentos). Así que para Baradel está bien que el conflicto se cierre de algún modo (en lo personal espero que sea electo diputado así no lo tenemos que sufrir más).

          Por otro lado, Vidal quiere ser gobernadora (si el gato no se baja o renuncia), y como la miseria salarial de los docentes se nota y no falta mucho para encontrar docentes en los comedores y ollas populares, ya no está tan bueno ser agresiva, altanera y despectiva con los docentes, como lo fue durante estos tres últimos años. Es necesario, por lo tanto, conceder todas las demandas, para que puedan pasar los dos meses luego de los cuales dicen que la gente se olvida de todo, y en julio (pongamos) volver a llenarse la boca con la educación y decir con lágrimas en los ojos que un docente no debería ganar menos de 100 lucas.

          Así que en este juego ya a nadie le convenía jugar, en consecuencia, la mejor opción para los dos era retirarse y no seguir jugando, más que en el discurso. Y discursivamente ambos se pronuncian como ganadores. Baradel sostiene que se consiguieron todos los puntos propuestos y Vidal pide perdón y se muestra feliz de haber alcanzado un acuerdo, porque la educación siempre fue prioridad...

          Entonces el conflicto por ahora terminó, aunque haya sido por razones electorales todos ganaron... salvo los docentes, por supuesto.







          Los docentes, en el mejor de los casos, recuperarán un poco de su magro salario cuando lleguen los aumentos (con el cobro de mayo, o quizás el de junio), y hasta podría ser que recuperen algún día de los descontados. Mientras tanto, la inflación seguirá al cuatro por ciento mensual y las cláusulas gatillo llegarán siempre tarde. Y el dólar llegará a los 70 mangos. Estamos perdidos. Lo de las ollas populares con docentes no es joda... 

          En lo simbólico, ya fuimos ampliamente maltratados, ninguneados, criticados y denostados, por Vidal, por Larreta, por Macri y por los medios, con Carnota, Majul y Feinman a la cabeza (se nota que Vidal puso guita en América)... no hay ningún perdón que alcance (al menos para mí)

          Pero hay solución. No tanto para esta vez, que ya nos cagaron, sino para la próxima.

          La solución, claro está, es no olvidarse. Ni a los dos meses ni nunca. Este año se vota, y está más que claro que estos garcas eficientes nos recontracagaron. A los docentes y a todos, pero hoy me centro en los docentes. Ningún docente debería volver a votar esta mierda. Los que le tengan mucho rencor a Cristina (o simplemente no conpartan el pensamiento de Cristina), voten al FIT, a Zamora (como yo en CABA), a Massa, a Lavagna, a Scioli, a Felipe Solá, al que quieran... no vuelvan a permitir que el odio los haga votar de nuevo a esta caterva de ladrones garcas... no se dejen engañar, no hay solo dos candidatos, va a haber un montón para elegir además de esos dos... piensen y elijan...

          Por último, dado que mis últimos artículos exacerbaron los ánimos (sobre todo de los carneros indignados) les recomiendo releer el de la empatía que ya tiene un año pero para estas épocas viene bien.

          Nos vemos en algún comedor popular, plato de polenta de por medio.


          Es todo.


          PD: obviamente, no considero que quienes concurren a ollas y comedores sean menos que nadie, aunque sí considere que estos lugares no deberían existir en un país productor de alimentos como el nuestro...



viernes, 4 de mayo de 2018

El Otro es idiota (o las virtudes de la empatía)


       Pasó abril. Y la verdad, cuando uno no tiene tema o no se le ocurre nada, lo mejor es no escribir nada, que blogueros que escriben huevadas hay a montones y trato de no ser uno de ellos.
      En lo personal, y siguiendo la tradición de los distintos gobiernos, a los docentes nos siguen pagando mierda y tratándonos en el mismo sentido. La responsabilidad es nuestra que no tomamos la docencia como el sacrificio vocacional que es. O que no nos casamos con un abogado. O que no tomamos cinco cargos. Pero ya escribí bastante sobre esto.

       Sobre el dólar, no voy a escribir mucho. Nada más ajeno a la docencia que la cotización del dólar. Habrá garcas empresarios que se beneficien con la suba del dólar y giles (nosotros) que se perjudiquen. Habrá garcas periodistas o garcas economistas que nos expliquen la razonabilidad de la situación, que en realidad (tratarán de convencernos) es exitosa. Y a los giles (nosotros) nos parecerá una vez más que nos están cagando desde arriba de un elefante. Como siempre.
       Pero vamos al tema de la nota. Me interesa escribir esta vez, ya que aún estamos relativamente lejos de las elecciones, sobre la otredad y la idiotez. El otro es idiota.
       Es lo que nos va legando la grieta. La idea de que el otro, el diverso, el que no piensa como yo, es un idiota.



       Van ejemplos. En algunos estoy yo...

       Empiezo.

       Los que apoyan a Cristina son chorros o son idiotas. Son militontos, están adoctrinados por 678 y no quieren laburar. Solo quieren planes y fútbol gratis. Son negros cabeza fácilmente manejables (e idiotas). Y los que no lo son, afanaron. Por las dudas aclaro, es posible que alguno se haya llevado algo, pero eso lo debería decir la justicia (risas). Porque el poder judicial no es precisamente idiota, es una corporación que hará lo que más conviene a sus intereses. Los simples humanos de a pie nunca sabremos si Cris se enriqueció ilícitamente o le hicieron una cama. A mí actualmente me parece que las dos cosas, pero no se nada que otros no sepan ni que pueda tomarse como prueba, simplemente, como toda la gilada, me informo, escucho los dos relatos y en este momento los valoro de esta manera. Espero no ser considerado idiota por alguna de las dos facciones. 
      Para finalizar esta parte, es imposible zanjar aunque sea un poquito la brecha mientras no vayamos más allá de considerar un idiota manejable a un tipo que cobra un plan, quiere fútbol gratis o milita en la Cámpora. Quizás el análisis debería ir más allá y preguntarse (por ejemplo) por las historias de vida de los negros vagos (idiotas) que idolatran a Néstor o a Cristina. Y empatizar con un tipo que por ahí pasó por un sistema educativo de mierda y que no supo nunca lo que es un trabajo en blanco (por dar un ejemplo). Y que Cris y Néstor, si bien no resolvieron el problema estructural para que al tipo le vaya mejor, al menos le dieron algo, se acordaron de él (un plan, fútbol gratis, algo). No hace falta estar de acuerdo con el kirchnerismo. Un poco de empatía con el tipo es lo que hace falta, nada más.

       Sigo.

      Los votantes de Macri (gato) son garcas o son idiotas. Aclaro que no está mal que un garca apoye al gobierno. Después de todo, a mi juicio este es un proyecto conservador neoliberal que vela por los intereses de los garcas. Yo si fuera garca, los votaría. El problema es caracterizar a los ciudadanos de clase media, media-baja y baja que votaron esto como idiotas. Quizás no sean estrictamente idiotas, quizás fueron legítimamente engañados por Durán Barba y su pandilla de lanatas, lajes, fantinos y majules para votar un proyecto que está claramente en contra de sus intereses de clase, y ahora no se les hace fácil reconocer que fueron engañados (esto nunca es fácil)... ¿Alguien piensa que llamándolos idiotas tres veces por minuto estos ciudadanos van a analizar siquiera cambiar su voto? Porque si no queremos repartir los fusiles y hacer una revolución (yo por lo menos no quiero eso), la mejor forma para correr al gato es que parte de esta gente cambie su voto... y eso no se va a lograr refregándoles en la cara lo idiota que fueron. En un sentido distinto quizás, pero acá también haría falta un poco de empatía.

       Así que finalmente llegamos a un punto en común. Hace falta un poco de empatía con el otro y no tratarlo de idiota.
       Entonces, en lugar de internarse en la guerra de memes y de trolls en las redes sociales (o en discusiones en los asados) en la que cada bando trata de pelotudo, idiota, sin valores, autoritario, chorro, o lo que sea, al otro bando, más valdría tratar de empatizar un poco con el otro. Y eso es realmente difícil.

       Porque no es cuestión de empatizar con el que piensa más o menos como nosotros. Eso sería muy fácil. En realidad hay una escala de dificultad en el arte de empatizar, que varía con cada persona. En mi caso, por ejemplo, empatizo muy fácilmente con seguidores de Zamora, del FIT, o de la izquierda en general. Me cuesta más empatizar con los peronistas, ya sean K o no y con los radicales alfonsinistas. Y tengo que hacer un gran esfuerzo para intentar empatizar y ponerme en el lugar de un macrista no-garca, ese que fue un poco engañado y que creyó que iba a mejorar la república y que él no iba a perder nada, y que por ahí todavía hoy se cree parte de eso. Peor aún es intentar empatizar con la derecha patriótica, macrista o no.
      Hay por último algún lugar donde ninguna empatía es posible, en mi caso no podría empatizar con un genocida, pero no lo llamaría idiota, lo llamaría hijo de puta.

       Como consecuencia, salvando el último caso, si haciendo un esfuerzo dejamos de tratar de idiota al que piensa otra cosa, quizás, con algo de suerte, obtengamos algún tipo de reconocimiento. Por ejemplo, que alguien que votó al macrismo reconozca que le mintieron y que el tarifazo le rompió el culo, o que este gobierno cuando termine (y la justicia se les de vuelta) va a tener más o menos los mismos casos de corrupción que el anterior. O más sencillamente, que los garcas gobiernan para los garcas, que son el 2% de la población, y que el 98% restante suele pasar grandes penurias durante un gobierno garca como este.
      O que un kirchnerista reconozca que mentían las estadísticas, que de la sintonía fina en adelante las cosas ya no fueron bien, que no todo es culpa de Lanata o de Magnetto (alto garca), que hicieron todo lo posible para que a Scioli le vaya mal (y lo lograron) y que tomaron un montón de medidas de mala leche a último momento para complicar al gato (cosa que el gato aprovechó y todavía sigue con la pesada herencia).

       Así que con la cuestión de la empatía me aproveché y repartí (empatía, digamos) para los dos bandos. Empatizar no significa fingir estar de acuerdo, creo que eso está claro...
      Ya me veo venir la réplica, que los zurdos somos cinco y hay seis partidos, que hay que votar al menos malo, que el voto en blanco es caca y todo eso. Y aceptaré las críticas y las discutiré, mientras note que hay cierta empatía para conmigo (y sinmigo).

       Entonces... no me traten de idiota.

       La forma (a mi entender) de salir de esta grieta absurda es, a la corta, con un poco de empatía.
      Y a la larga, la forma de dejar de votar sistemáticamente a tipos (y tipas) que nos cagan es, por supuesto, con educación.

       Es todo.


       PD1: últimas noticias... el gobierno subió la tasa de interés al 855000% para que los garcas no compren dólares. En quince días seguramente volverá a subir el dólar. Además la revista garca Forbes aconseja a los inversores rajar de la Argentina... creo que en un par de meses va a hacer falta mucha empatía (y quizás un helicóptero)... y por si fuera poco volvió Cavallo...

      PD2: hagan click en las publicidades, compartan en las redes y comenten... detrás de mi fingida empatía está el intento (por supuesto) de dominar el mundo...


lunes, 28 de agosto de 2017

El menos malo




            Este artículo en cierta forma continúa y se complementa con los anteriores sobre las PASO. Ya se habrá notado que no apoyo la polarización alentada por los medios cómplices y los periodistas gritones. Y no solo por ser votante de un partido chico. Creo que en una elección legislativa debería votarse por ideas, es decir, votar a aquel partido o candidato que tenga las ideas que más se aproximen a las propias.
            Pero claro, ya se va instalando el discurso del menos malo otra vez. Los adalides de los dos principales partidos intentan convencernos (básicamente) que votar a Massa, Randazzo o Lousteau es una boludez. Y ni hablemos de los votos inútiles de la izquierda…

            En Provincia, por ejemplo, la única cuestión parece ser quién se va a llevar los dos senadores, y cualquiera que piense su voto y decida votar a otro (a Massa digamos) es un idiota que no comprende el momento político.

            Bueno, todo ese argumento, el menosmalismo (que palabra fea) me tiene las esferas por el piso. Todavía hay ofendidos porque en el 2015 los trotskistas no votaron a Scioli en el balotaje.
           El argumento menosmalista a mí me parece, además de tonto en sí mismo, irrespetuoso de las ideas políticas del otro. De todos modos, trato de justificar mis dichos, cosa que en la política del eslogan y la chicana no suele suceder.
            Es tonto en sí mismo porque lo que propone es, bajo un supuesto pragmatismo o agitando un miedo (Menem, Cris, Macri (gato), el ajuste, la convertibilidad)… tragarnos un sapo. Ya lo hizo Carrió en 2003 cuando llamó a votar a Néstor para que no gane Menem, y de nuevo en 2015 cuando se juntó con Macri (gato) para que no gane Scioli (nota mental: sospechar fuertemente de cualquier declaración de Carrió). Así que los menosmalistas en principio, se tienen que tragar el sapo.
            Y este elemento tonto en sí mismo del menosmalismo va asociado al poco respeto por las ideas del otro si este otro se niega a tragarse el sapo.
           
            Veamos un posible reproche (en este caso reproche K) que escuché y me hicieron cientos de veces.
-         ¡Qué barbaridad, por culpa de la izquierda ahora nos tenemos que aguantar a Macri! …
-          Decime la verdad, si pudieras volver el tiempo atrás ¿no votarías a Scioli en el balotaje en lugar de votar en blanco?

Visto así, la culpa de los ajustes, la inflación y el tarifazo la tienen Altamira, Zamora y Pitrola. Ahora, si esta es la conclusión yo empezaría a sospechar un poco de las premisas. Se me ocurre que Altamira, Zamora y Pitrola, por más que me simpaticen, no tienen tanto poder y no son responsables del ajuste por no haber llamado a votar a Scioli. Un argumento tan retorcido es una chicana y una falta de respeto a la inteligencia del que escucha. Así que les digo a mis amigos (K o garcas), que si quieren convencer a alguien para cambiar su voto, utilicen menos este tipo de argumento. A menos que no intenten convencer al votante, sino engañarlo momentáneamente (ahí el menosmalismo resulta un poco más). Porque el menosmalismo es ante todo un engaño.
El kirchnerismo construye su derrota en 2015 por el espantoso segundo gobierno de Cristina, con desaciertos económicos, corrupción, soberbia y grieta. Con escaso apoyo a su candidato Scioli además. Era difícil, pero encontraron la forma de perder con Macri (gato). De hecho hoy Cristina es la reina-diosa del 35 % de la provincia de Buenos Aires, pero está en serios problemas si pretende conseguir un 5% más. Así que no es culpa de la izquierda.
En cuanto a la pregunta, la respuesta es no. Por empezar, yo mucho de universos paralelos no se, y realmente no estoy seguro de qué hubiera pasado con Scioli… los partidos de izquierda tienen que luchar contra Macri (gato) y también hubieran tenido que luchar contra Scioli. Cualquier especulación es al pedo, lo que hay hoy es Macri (gato), contra ese hay que luchar y lo demás es ciencia-ficción.
Tratemos de poner al menosmalismo en su forma positiva. Esto es, hay partidos afines. Si Ramal no llega, puedo votar a Zamora… o a Bodart… pero hasta ahí llega mi flexibilidad, no hay forma de que termine votando a Lousteau. O a Scioli en 2015. La izquierda sostiene la lucha de clases. Es poco probable que votantes de izquierda apoyen candidatos burgueses (garcas) como Scioli. Ni Néstor, ni Cristina ni Scioli son de izquierda. Ni de centroizquierda. En el mejor de los casos son nacionales, populares, pero de centro (si es que estas categorías sirven de algo).



Así que si quieren elijan el menos malo. Pero con límites. No dejen que insulten su inteligencia y no se traguen sapos. Si los K sacan dos senadores no pasa nada, y si los sacan los garcas tampoco. El problema es otro, es intrínseco al sistema, así que mientras no nos organicemos un poco más y dependamos solo de las elecciones estamos fregados…

En conclusión, no hay que dejarse engañar por los pseudo-periodistas gritones. Hay que pensar y elegir (racionalmente e informadamente, ya escribí sobre esto). Y no traicionarse a uno mismo. Que es una de las peores traiciones posibles.

Es todo.

PD: escribo esta nota en el barrio de Versailles y me pregunto dónde estará Santiago Maldonado.





jueves, 17 de agosto de 2017

Cara de ciudadano (y quejas varias)


           Y por fín, pasaron las PASO. Terminaron por un mes (con suerte), las campañas y los avisos, al menos los explícitos. Es que nos hemos acostumbrado a votar, y eso está bien. Ahora votar es casi rutinario, por no decir aburrido. 

           Quizás ese aburrimiento indique que se ha perdido algo de la mística incial desde la vuelta de la democracia, en el 83. Un ejemplo: desde mi punto de vista, en las votaciones se ha perdido, con el tiempo, la cara de ciudadano.
           En los primeros años, cuando la gente iba a votar después de años de dictadura genocida, al introducir el sobre en la urna, ponía lo que llamo cara de ciudadano. Esa cara con la mirada en el horizonte, a la que solo le faltaba una bandera argentina flameante de fondo y la musiquita de La República Perdida. La musiquita podría variar, dando lugar a la marcha peronista o al preámbulo de Alfonsín, y hasta podría cambiarse la bandera por una bandera roja, por ejemplo. Pero creo que el concepto de cara de ciudadano está claro...

           ¿Es poner cara de boludo? - No, la cara de boludo es cara de boludo, se lleva con resignación, no se pone, esto es otra cosa.
           ¿Es como la cara del Che de las remeras pero yendo a votar? - Ahí le anda más cerca, la cara de revolucionario es en algún punto parecida a la cara de ciudadano, quizás la diferencia es de grado, no se qué tan revolucionario se puede ser hoy al votar a Massa, por ejemplo... 

           La cuestión es que desde que soy votante, esto es desde el año 1987 (al MAS, por supuesto), me daban bastante risa los que ponían cara de ciudadano. Pensaba, quizás en algún caso con razón, “qué boludo este tipo, por ahí es un miserable, un explotador o un garca pero viene, vota, pone cara de ciudadano y por un rato se cree San Martín”.
           Bueno, eso que me daba risa, hoy casi no se ve. Ya la dictadura genocida no está tan próxima, la gente vota seguido, y las caras al poner el sobre en la urna suelen ser neutras, como la cara de circunstancia que se pone en el subte, o directamente de desagrado (cara de laputaquelosparió, pero no quiero ahondar en la grosería).

           Por las dudas, no digo que antes se votara mejor. Recordemos que en este país se votó a Menem dos veces, la primera con engaño y la segunda no. Lo que digo es que ya no hay mucho entusiasmo por votar, se vota porque es obligatorio y no hay más remedio. Los medios cómplices insisten con la fiesta de la democracia y toda la sarasa, te pasan a la viejita de 105 años que va a votar con cara de ciudadana, a los candidatos que comen asado o ravioles, según el caso, mientras los que estamos del otro lado esperamos pacientemente para saber cuél es el garca que ganó esta vez..

           ¿Estoy en contra de las elecciones? - No, como ya dije, es uno de los pocos momentos en que nos preguntan algo y hay que aprovechar ese momento, pero desde que el idealismo electoral (la cara de ciudadano es una buena medida) ha mermado, probablemente a fuerza de revoluciones productivas, sintonías finas y pobrezas cero, el hecho de votar hoy ya no es suficiente. Quizás haya que participar de otros modos, reuniéndose, discutiendo, poniendo el cuerpo, ejerciendo la ciudadanía en distintos ámbitos. No alcanza más con la cara de ciudadano, que por otra parte ya no es necesaria.





           De la elección en sí, no hay mucho para decir que no esté en los diarios o que no se vocifere en programas como Intratables, por ejemplo. La manipulación de datos para evitar que la gente se vaya a dormir sabiendo que ganó Cris fue vergonzosa, pero no es ilegal y es posible, y la política es el arte de lo posible. De última es una pelea entre garcas para la gilada.

           En lo personal, y sin cara de ciudadano, estoy contento de que con mi votito (entre muchos otros), Luis Zamora haya pasado la barrera proscriptiva del 1,5% y pueda ser votado en octubre. Es agradable poder votar un no-garca. Antes de que me peleen, el FIT tampoco es garca y los hubiera votado si no hubiera estado Zamora... pero estaba... y estoy más de acuerdo con lo que propone AyL. Y por si algún nabo pregunta, hay diferencias entre el FIT y AyL, pero hay que tomarse la molestia de leer...

           Finalmente, para los que no son de clase alta, no viven en countries, son docentes, o llegan justo a fín de mes (o directamente no llegan), pero votaron a Macri (gato) en alguna de sus formas (la Carrió o el Bullrich sobrio, por ejemplo), les cito textual un cachito de algo muy conocido y redondo...

           Tratando de lucirse, un chancho puede comer un jamón (siempre revelamos a lo que estamos sometidos).

           El texto (firmado por Patricio Rey) sigue, ya es un clásico y es bastante educativo, pero este pedacito me parece muy aplicable a muchos votantes de Cambiemos que andan por ahí, agrietados y felices...

        Habrá que ir pensando, con cara de ciudadano o no, el voto de octubre... y qué hacer además...porque el voto es importante pero no es lo único...

           Es eso o ver por la tele como se pelean Artemio López con Fernando Iglesias...

Es todo.


           PD: Por supuesto... Aparición con vida de Santiago Maldonado, chupado probablemente por la gendarmería.

domingo, 6 de agosto de 2017

La número diez (sin educación)


      Es casi increible, pero esta es ya la nota número diez, así que será de fútbol. No voy a entrar en la polémica estéril acerca de si es la diez de Messi o la de Maradona, pero es la diez. Porque el fútbol está lleno de polémicas estériles y las cuestiones de verdad importantes no se debaten.
      Así, uno de los puntos no debatidos es el de la justicia en el fútbol. Periodistas (o lo que sean) que gritan y casi se van a las manos discutiendo sobre si está bien que Centurión se vaya de joda se callan bien la boca sobre las deudas de los clubes, la violencia o partidos bochornosos, como el de Riestra y Comunicaciones por el ascenso a la B Nacional (este es el último, hay muchos, Ríver-Belgrano es otro).
      De este modo, pese a cualquier reglamento, los clubes se endeudan y ascienden (Chacarita y Argentinos Jrs.) mientras que los que no se endeudan a veces descienden (Atlético Paraná por ejemplo). Del mismo modo, la violencia instalada dentro de las propias hinchadas hace que cada vez sea más difícil pensar en la vuelta del público visitante. “Es que las barras son la mano de obra de los políticos y están ligadas a los narcos” dicen los periodistas gritones... y sí, está bien, pero ninguno hace explícitas estas relaciones con nombre y apellido, ni mucho menos hacen alguna denuncia. Denuncian mucho pero en general, no dan muchos datos, prefieren debatir fervorosamente por Icardi o por el casamiento de Messi.
      Y finalmente, la viveza criolla, la picardía, la trampa que en Argentina pasa por estilo de juego. Un par de giles interrumpen un partido a cinco minutos de que su equipo ascienda y la AFA, en lugar de darles el partido por perdido, lo continúa en dos tiempos de dos y tres minutos. A Comunicaciones le robaron el ascenso por más quita de puntos que haya tenido Riestra. Es que los reglamentos son para los tontos y para darle al fútbol una ilusoria imagen de justicia. Los vivos también cambian el tamaño de las áreas, no alcanzan las pelotas cuando van ganando, le dan agua con laxante a los rivales o lisa y llanamente pinchan a sus rivales con alfileres. Todo esto sin contar la mano de dios, que es trampa pero al menos forma parte del juego.
       Es parte del estilo de juego argentino ser tramposo y no cumplir los reglamentos y en general nos enorgullecemos de eso...
       En fútbol el estilo y el orgullo se acaba cuando te agarra Alemania. Ahí hay que jugar mejor, y si no... fuiste alpiste perdiste, no hay alfiler, ni bidón, ni alcanzapelotas que te salve.

       De última, es fútbol, y si uno no cree en la justicia del fútbol puede dejar de ver los partidos o ver básquet. Lo preocupante es cuando la viveza criolla se extiende a otras áreas, la política, por ejemplo.
      La justicia ya no es la de la AFA, es la justicia electoral. Entonces, está bien que los partidos grandes se repartan los votos de los chiquitos que no llevan fiscales. O truchar un telegrama. O afanarse las boletas. O prenderle fuego o robarse las urnas. Yo en casi 35 años de democacia no recuerdo que la justicia electoral haya resuelto en un caso de estos algo que no sea dejar las cosas como estaban. Así que la trampa vale y los partidos chiquitos sería mejor que busquen fiscales para que los caguen lo menos posible.
       A esto se suman las trampas de la política en sí durante las campañas. Un elemento común en los dos principales partidos de las próximas elecciones es el misticismo. El oficialismo no declara qué va a hacer con la economía o la pobreza. Sólo vemos a Carrió abrazando gente o a Vidal pidiendo paciencia que el cambio ya va a llegar. No proponen nada, solo que confiemos porque ellas son honestas. Mientras tanto el aumento del transporte (y de todo) aguarda pacientemente al mes de noviembre... o mejor enero, no sea cosa que se arme bardo en diciembre...
      Del otro lado, Cristina se rodea de aplaudidores, critica duramente a Macri (gato), dice que esto no puede seguir así y que así no vamos bien... pero tampoco propone nada, y mucho menos hace autocrítica de su gestión. Ni siquiera da entrevistas y no permite preguntas de periodistas no-amigos.
      Todo esto en medio de múltiples acusaciones cruzadas en los medios cómplices donde unos y otros sólo dan nombres y la justicia no investiga nada...
       Odebretch, dice uno. Skanska, le contestan. Correo Argentino, retrucan. Los bolsos de López, responden. Boudou, Micchetti, Aníbal, Cabrera, Jaime, Arribas... son figuritas que se cambian y nunca realmente se sabe nada. Presos están Jaime, López, y del pasado, que yo recuerde, unos días Menem, Maria Julia y no se si hay más (agrego a Potocar si quieren).
       Ninguno contesta nada, solo cambian nombre por nombre y están muy de acuerdo en que hay que esperar a la justicia. A la justicia de ellos, garca y lenta que nunca condena a nadie. A la justicia de Oyarbide u otros parecidos.
       Y lentamente, todo se empioja y todos nos vamos metiendo en esa discusión...



      Así como nos quieren hacer creer que las PASO son muy importantes (ver artículo anterior), también nos quieren hacer creer que hay dos opciones, cuando hay muchas más. Massa, Lousteau, el FIT, Zamora, los partidos vecinales, los que dan miedo y muchos más (mezclo a propósito). No es bueno aplicar el principio del menos malo en una elección legislativa. Creo más en un congreso con diversidad de voces que en un congreso con dos voces que además muchas veces arreglan para cagar a los giles (nosotros, los ciudadanos, el pueblo, la comunidad, la gente, o como quieran llamarnos).
      Por supuesto, para votar a un tercero hace falta informarse, discutir, complicarse la vida. Nada más fácil que votar a la abrazaviejas o a la que solo dice que no vamos bien y pide por un pasado en el que tampoco íbamos bien (cero autocrítica Cris).
       Para dar un ejemplo, para decidir si debo o no votar a Claudio Lozano, tengo que tomarme la molestia de leer la plataforma del partido de Lozano y ver si comparto eso o no. Lo mismo para Massa.

       Es costoso pensar. Es más fácil no pensar y que otros piensen por uno. Igual, muy pensado o poco pensado, cada voto vale uno.
       Y uno en 35 millones no es casi nada. Pero es una de las pocas veces en que nos preguntan algo.

       Así que ló único que propongo es pensar. En todo caso, nunca nos fue bien votando místicamente (vaya Menem como prueba),es mejor pensar.

       Es más, habría que crear una agrupación cuyo eslogan fuera: Perón, Evita, Irigoyen y Alfonsín están muertos y no van a volver. En estas elecciones piense. Partido racional.
       No sería un partido político, sólo una agrupación que propugne el voto racional, en el que tengan más peso en la decisión las propuestas que el hecho de que el candidato use patillas o abrace a una anciana... 

       Volviendo al fútbol, quizás para pensar más objetivamente en nuestras condiciones reales de existencia sería mejor que Argentina quede afuera del mundial...

       No, es joda. Se hizo largo y ya voy descarrilando.
       Es todo.

      PD: se habló de fútbol y política, por lo tanto... ¡GARROTE! ¡GARROTE!

lunes, 17 de julio de 2017

Queremos tanto a Pepsico...

          Ahora que los docentes por dos meses somos buenos podemos escribir sobre otro tema. Repito, no hay que creer en época de elecciones ninguna promesa educativa de ningún candidato.
           La verdad es que dieron un aumento apenas aceptable para no tener problemas por un par de meses y presentar al Bullrich sobrio como candidato a diputado. Y me repito una vez más... siempre tuvieron la plata, no quisieron dar el aumento antes para escarmentar y humillar a los docentes. Con los chicos en el aula o afuera del aula.
        Los garcas son garcas... viven como garcas, hacen cosas de garcas y casi que se los puede comprender... lo que no se puede, o no se debería, es votarlos en las próximas elecciones...

         El otro tema, por supuesto, es Pepsico. Todos vimos por la tele la brutal represión policial a los trabajadores despedidos. Como dice algún meme que circula en las redes, gente pobre con uniforme que le pega (reprime) a gente pobre con hambre para favorecer a gente rica sin uniforme ni hambre. Bastante popular el meme, en este momento se aplica a la Argentina pero también a Venezuela, y a muchos países. Lo cierto es que cuando la policía se autoacuartele o pida mejoras laborales va a ser imposible no recordar lo de Pepsico o los palazos a los maestros en Congreso o a los piqueteros en la 9 de Julio.
          Muy correcto lo de la policía. Están muy bien adiestrados para complacer al amo garca. Y si hay que darles palazos o tirarle gas a trabajadores, algunos de ellos peligrosas mujeres desarmadas, pues no importa. Sólo son fríos ejecutores de las órdenes de la justicia acomodaticia y empresarial propugnada por el gobierno de Macri (gato). Policías violentos, ladrones y corruptos es lo que tenemos. No me da para la simetría del animal de Feinman cuando dice “... uno menos...” refiriéndose a los chorros (en mi caso sería a los policías), pero de verdad habría que pensar qué pasa por la cabeza de un tipo que decide ser policía en épocas como ésta.

       Desde ya no me importa si eran todos trabajadores o si había gente de otras organizaciones apoyando... igual la mayoria cobró en palos, gases o balas de goma, incluso políticos y periodistas. Tampoco me importa que en un acto de defensa hayan volado piedras o algún banco. No fueron los trabajadores los que iniciaron la violencia. Mientras tanto Pepsico, silenzio stampa, como Basile.

         Todo fue muy rápido. La comunicación de los despidos, en algunos casos los arreglos por las indemnizaciones. Nadie sabe los números, pero de 600 despidos no arreglaron 90 según algunas fuentes (para otros eran menos o algunos dicen que los que arreglaron fue con coacción, datos precisos no hay). La excusa para la rapidez en la represión fue un potencial escape tóxico. Todo (pero todo) muy rapidito y a los palazos.
           Es que no se podía esperar. Estaban por empezar las campañas y parece que el tiempo que la gente tarda en olvidarse es un par de meses, más allá de que siempre hay pseudogarcas de clase media que se alegran. Se alegran alentados por los medios cómplices. Los que explican que la empresa tiene derecho a despedir y pasan treinta repeticiones de los piedrazos, o empiezan a ver uno por uno para saber quién es trabajador y quién va a apoyar, como si eso hiciera diferencia en la represión.
           En un capitalismo perfecto es cierto, las empresas pueden despedir indemnizando, porque hay rotación laboral, en una Argentina con el nueve por ciento (y va para diez) de desocupación eso no es tan cierto, más allá de que algunos además discuten (discutimos) el capitalismo, perfecto o no... Esos trabajadores (los noventa por lo menos) quedan en la calle para siempre, están afuera del mercado laboral y tienen muy pocas chances de volver a trabajar, por más seiscientas lucas que le den, que se van rápido.
         
          Por supuesto no todos los medios cómplices son iguales. En este caso, por razones obvias fueron mejores las coberturas de C5N y Crónica, más del lado de los trabajadores. Canal 13, TN y A24 informaron también aunque a favor de la patronal (excepto la pobre Lorena Maciel que no sabe como pararse ante la situación). Y Pepsico, silenzio stampa.

           Pepsico es una multinacional poderosa. Por eso quizás ninguno del sindicato estaba ahí (en realidad creo que no estaban por traidores y garcas, pero yo prefiero suponer que fue por Pepsico). Ni tampoco estaba ahí ningún representante de los partidos políticos principales. Es obvio que el partido garca de derecha Cambiemos no iba a estar, pero no vi a nadie de Massa, o del peronismo, en cualquiera de sus variantes... Supongo que es porque Pepsico suele ser aportante en las campañas así como es anunciante de los medios cómplices.
           Así, no estaban Cristina, Scioli, Massa, Randazzo, Stolbizer, mucho menos Carrió, Lousteau, o algún seguidor de Macri (gato). Es que necesitan de Pepsico y sus aportes (en realidad de los aportantes individuales que por casualidad trabajan en Pepsico o son parte del directorio... la ley no está hecha para los garcas). Lo mismo va para los medios. Los anuncios de Pepsi o Lays son muchos y pagan bien.

          Por eso los que estaban ahí eran los otros, los que no necesitan de Pepsico. Vilma Ripoll, el pollo Sobrero, Del Caño con los ojos hinchados por los gases, Castillo y Zamora subidos a los techos para garantizar que no haya más represión. A veces me pone contento votar a partidos del cinco por ciento. Pueden equivocarse, pero al menos están donde deben.

           Y lo que nadie dice y todos esconden. Hay desde el primer minuto del conflicto una propuesta de boicot en las redes, de la que pocos hablan. Porque una forma muy sencilla de penalizar la rapidez de los garcas, la brutalidad de la policía y el silenzio stampa de Pepsico es, como consumidores, no comprar más Pepsico. No más Pepsi, no más Lays, y el Gatorade que se lo tome Bilardo. Que paguen su política empresarial de garcas con menos ventas. Que tengan que anunciar más para vender menos.



           No consumamos Pepsico. Que las papas fritas, los chizitos y la pepsi se la coman y tomen Feinman, Fantino, Vilouta y Bonelli (hay más, pero siempre me acuerdo de estos). Y en lo posible que revienten por la glucosa o por la sal.

           No consumamos más esos productos. Que echar a seiscientos, o a noventa laburantes a la calle no sea tan sencillo y tenga consecuencias. Al menos para que la Coca Cola lo piense si va a hacer lo mismo.

            Boicot a Pepsico.

           Es todo.

           PD: todo lo aplicable a Pepsico es también aplicable a Lear... así no rompen las pelotas... igual sean buenos y comenten... y me fuí.

sábado, 8 de julio de 2017

Las PASO (o lo que nos quieren hacer creer)




            Antes que nada, un meta comentario: si me leen, si les gusta este blog, no voy a insistir con el CBU ni con mendigar, pero al menos háganse seguidores o comenten algo. Igual sé que hay gente que lee esto y me lo dice oralmente, pero es bastante desmotivador tener 0 seguidores y escasos comentarios.

            Ahora sí, al tema que nos ocupa…

            Es curioso cómo todo tiene que ver con todo. Se arregla (seamos optimistas) la paritaria docente en la Provincia de Buenos Aires de tal manera que los sueldos de julio (por el aguinaldo) y agosto (por los retroactivos) van a ser más abultados (risas) que de costumbre justo cuando vienen las PASO...
            Hay gente malpensada (como yo) que cree que esto fue calculado, y que siempre tuvieron el dinero, y que por lo tanto, si los chicos perdieron clases no fue precisamente por los docentes, que aguantaron con sueldos míseros desde marzo, sino que fue responsabilidad de un gobierno que teniendo la plata quiso obtener rédito político.
            Como coletazo del aumento calculado, por supuesto que se armó lío en CABA, que ahora quiere el mismo aumento que Provincia (Larreta por decreto fijó el 18 % contra el 24% de Vidal) pero estimo que se va a arreglar rápido. Nota mental: no creer nada de lo que digan estos tipos sobre educación ahora que vienen las PASO.
           
            Y llegamos a las PASO (curiosamente estos artículos son leídos por personas de otros países a las que les informo que las PASO son las primarias abiertas simultáneas y obligatorias) y a las preguntas que los medios cómplices se hacen indignados:
            - ¿Para qué sirven las PASO si en definitiva casi no hay competencia entre candidatos?
            - ¿Cuánto cuestan las PASO?
            - ¿No podría destinarse ese dinero a salud o educación? (risas).
            Y preguntas escandalizadas y escandalizantes de ese tenor…

            A continuación de la indignación vienen las especulaciones: a Macri (gato) le conviene que Cristina (la yegua) no vaya presa para polarizar y excluir a Massa. Randazzo se plantó para competir con Cris y Cris se rajó, no quiere. Carrió está en CABA para prevenir cualquier sorpresa de Lousteau (y porque la clase media de Capital es la única que la vota). Massa se hace el demócrata, dice que es crítico del gobierno mientras le vota leyes de mierda (junto con el FpV) y Stolbizer presume de honesta. Todos los payasos muestran sus gracias y piruetas para competir en la cara y gigantesca encuesta que son las PASO. 



            Los ciudadanos, los que les damos finalmente el mandato, debatimos estos temas, nos peleamos por boludeces en los asados y nos enervamos mientras nos joden (por atrás agregaría pero no quiero excederme).
            Para desmontar toda esta trampa mediática hay que intentar un análisis más objetivo, desligado de tal o cual candidato o partido.
            Por empezar, según cualquier encuesta, aún las más favorables al gobierno o a la oposición, la composición de las cámaras después de octubre no va a cambiar mucho. Es más, las elecciones legislativas son una buena ocasión para huir de la polarización y votar según nuestras ideas, sabiendo que Macri (gato) va a seguir gobernando como minoría en el congreso acordando como hizo hasta ahora. La diferencia entre ganar y perder son un par de diputados o senadores, sin que se altere demasiado la relación de fuerzas. Para hacer esto por supuesto hay que tener ideas propias, informarse y evitar dar crédito sin pensar (o contrastar) a personajes como Lanata, Fantino, Feinman o Navarro, por nombrar algunos de pelajes variados.

            En este contexto las PASO no sirven “casi” para nada, y una forma posible de mostrar el disgusto ciudadano podría ser votar en blanco, excepto que uno esté incluido en ese “casi” (como en mi caso personal).
            Es que las PASO no sólo permiten elegir entre candidatos de un partido (cosa que en estas próximas elecciones casi no se va dar), también tienen la función proscriptiva de excluir a cualquier partido que no alcance el 1,5 % de los votos en un distrito. Y si uno (yo) justo quiere poder elegir un candidato “chico” entonces tiene que ir a votar (y no en blanco).
            Esto no impone la obligación de votar al mismo después en las legislativas, es sólo para tener una posibilidad más. Si a Cristina la va a votar el 25 % el 23,5% sobra, se podría quedar en su casa o votar en blanco. Ídem Macri (gato) o Massa. Pero otros se quedan afuera.
Y como excepción aquí va mi caso: siempre (pero siempre) mi voto oscila entre partidos que no sacan más del 5 % o el voto en blanco. Y canto mi voto… no se si en octubre lo voy a votar (creo que sí pero no se, solo soy fanático de ferro), lo que sí quiero es tener la posibilidad de votar a Luis Zamora, y que no sea excluido por una ley garca hecha por y para los partidos grandes. En su momento fue el milagro para Altamira, hoy es para Zamora…
            Así que ya saben mi voto, al menos en las PASO. Entonces, si conocen algún candidato vecinal, chiquito, que por ahí no llega y les gusta, voten a ese… no se dejen embaucar (queda mejor que joder por atrás) por los Bonelli, Lanata, Feinman, Fantino, Novaresio, Navarro, Víctor Hugo, que insisten con que este voto es decisivo, diez segundos después de afirmar que las PASO son caras e inútiles.
            Bueno, no doy más consejos, parezco la Legrand (así, no)…

            Es todo.

            PD: por las dudas aclaro, habría que eliminar las PASO o modificarlas para que no se puedan eludir o trampear tan fácil. Comenten y siganmennn, que no los voy a defraudar…