Y por fín, pasaron las PASO.
Terminaron por un mes (con suerte), las campañas y los avisos, al
menos los explícitos. Es que nos hemos acostumbrado a votar, y eso
está bien. Ahora votar es casi rutinario, por no decir aburrido.
Quizás ese aburrimiento indique que
se ha perdido algo de la mística incial desde la vuelta de la
democracia, en el 83. Un ejemplo: desde mi punto de vista, en las
votaciones se ha perdido, con el tiempo, la cara de ciudadano.
En los primeros años, cuando la gente
iba a votar después de años de dictadura genocida, al introducir el
sobre en la urna, ponía lo que llamo cara de ciudadano. Esa cara con
la mirada en el horizonte, a la que solo le faltaba una bandera
argentina flameante de fondo y la musiquita de La República Perdida.
La musiquita podría variar, dando lugar a la marcha peronista o al
preámbulo de Alfonsín, y hasta podría cambiarse la bandera por una
bandera roja, por ejemplo. Pero creo que el concepto de cara de
ciudadano está claro...
¿Es poner cara de boludo? - No, la
cara de boludo es cara de boludo, se lleva con resignación, no se
pone, esto es otra cosa.
¿Es como la cara del Che de las remeras
pero yendo a votar? - Ahí le anda más cerca, la cara de revolucionario
es en algún punto parecida a la cara de ciudadano, quizás la
diferencia es de grado, no se qué tan revolucionario se puede ser
hoy al votar a Massa, por ejemplo...
La cuestión es que desde que soy
votante, esto es desde el año 1987 (al MAS, por supuesto), me daban
bastante risa los que ponían cara de ciudadano. Pensaba, quizás en
algún caso con razón, “qué boludo este tipo, por ahí es un
miserable, un explotador o un garca pero viene, vota, pone cara de
ciudadano y por un rato se cree San Martín”.
Bueno, eso que me daba risa, hoy casi
no se ve. Ya la dictadura genocida no está tan próxima, la gente
vota seguido, y las caras al poner el sobre en la urna suelen ser
neutras, como la cara de circunstancia que se pone en el subte, o
directamente de desagrado (cara de laputaquelosparió, pero no quiero
ahondar en la grosería).
Por las dudas, no digo que antes se
votara mejor. Recordemos que en este país se votó a Menem dos
veces, la primera con engaño y la segunda no. Lo que digo es que ya
no hay mucho entusiasmo por votar, se vota porque es obligatorio y no
hay más remedio. Los medios cómplices insisten con la fiesta de la
democracia y toda la sarasa, te pasan a la viejita de 105 años que
va a votar con cara de ciudadana, a los candidatos que comen asado o
ravioles, según el caso, mientras los que estamos del otro lado
esperamos pacientemente para saber cuél es el garca que ganó esta
vez..
¿Estoy en contra de las elecciones? -
No, como ya dije, es uno de los pocos momentos en que nos preguntan
algo y hay que aprovechar ese momento, pero desde que el idealismo
electoral (la cara de ciudadano es una buena medida) ha mermado, probablemente a fuerza de revoluciones productivas, sintonías finas y pobrezas cero, el hecho de votar hoy ya no es suficiente. Quizás haya que
participar de otros modos, reuniéndose, discutiendo, poniendo el
cuerpo, ejerciendo la ciudadanía en distintos ámbitos. No alcanza
más con la cara de ciudadano, que por otra parte ya no es necesaria.
De la elección en sí, no hay mucho
para decir que no esté en los diarios o que no se vocifere en
programas como Intratables, por ejemplo. La manipulación de datos para evitar que
la gente se vaya a dormir sabiendo que ganó Cris fue vergonzosa,
pero no es ilegal y es posible, y la política es el arte de lo
posible. De última es una pelea entre garcas para la gilada.
En lo personal, y sin cara de
ciudadano, estoy contento de que con mi votito (entre muchos otros),
Luis Zamora haya pasado la barrera proscriptiva del 1,5% y pueda ser
votado en octubre. Es agradable poder votar un no-garca. Antes de que
me peleen, el FIT tampoco es garca y los hubiera votado si no hubiera estado
Zamora... pero estaba... y estoy más de acuerdo con lo que propone AyL. Y
por si algún nabo pregunta, hay diferencias entre el FIT y AyL, pero
hay que tomarse la molestia de leer...
Finalmente, para los que no son de
clase alta, no viven en countries, son docentes, o llegan justo a fín
de mes (o directamente no llegan), pero votaron a Macri (gato) en
alguna de sus formas (la Carrió o el Bullrich sobrio, por ejemplo),
les cito textual un cachito de algo muy conocido y redondo...
Tratando de lucirse, un chancho puede
comer un jamón (siempre revelamos a lo que estamos sometidos).
El texto (firmado por Patricio Rey)
sigue, ya es un clásico y es bastante educativo, pero este pedacito
me parece muy aplicable a muchos votantes de Cambiemos que andan por
ahí, agrietados y felices...
Habrá que ir pensando, con cara de
ciudadano o no, el voto de octubre... y qué hacer además...porque el voto es importante pero no es lo único...
Es eso o ver por la tele como se
pelean Artemio López con Fernando Iglesias...
Es todo.
PD: Por supuesto... Aparición con
vida de Santiago Maldonado, chupado probablemente por la gendarmería.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario