martes, 24 de marzo de 2020

El embole (reflexiones pandémicas)



           Hace mucho que no escribo. Realmente de los últimos meses de Macri (gato) no tuve ganas de escribir nada (hubiera sido un puteador más entre muchos) y a Alberto Fernández le voy a dar un tiempo. En cuanto a la docencia, prometo escribir un artículo próximamente, quejándome de los misérrimos sueldos y todo eso, que todavía no cambió...

           Actualmente lo que hay y existe es el embole por la pandemia, lo que me motiva algunas reflexiones.

          


           Antes de escribir algo y que alguno se ofenda, declaro (solemnemente) que hay que quedarse en casa, salir solo lo indispensable, lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón, saludarse con el codo, estornudar sobre el brazo, tomarse la fiebre y estar atento a la aparición de los síntomas, y en caso de que aparezcan llamar al 107 (en mi caso). También estoy de acuerdo en establecer el aislamiento preventivo obligatorio.
        Así que si alguno piensa que estoy llamando a la desobediencia o me estoy rebelando, lee el párrafo anterior y listo.

           Entonces ¿Qué no me gusta?

           Por empezar, los medios. Es evidente que lo que para nosotros es una limitación (no poder salir, etc), para los medios es un negocio. Los medios, sobre todo la tele, el cable, los sistemas de streaming, las redes sociales, tuvieron un aumento en su encendido, ráting o número de usuarios, según corresponda.

          En particular, los canales informativos son mucho más vistos que antes. La gente está ansiosa y temerosa ante la nueva situación. Y las coberturas mediáticas, en favor de su negocio, alimentan eso, el temor, el terror, la ansiedad, la angustia. Algunos más y otros menos, pero todos se aprovechan. 
          Entre los que más aterrorizan por supuesto están el pelado de Crónica, el Feinmann malo, Mauro Viale o su hijo.
          Sin hacer hincapié en los nombres, los canales A24, Crónica y canal 26 son maquinitas de aterrorizar. TN y C5N aterrorizan un poco menos pero a cambio también bajan más línea política. No hay canales informativos nacionales “tranquilos”. Si uno quiere ver resúmenes tranquilos de la realidad argentina tiene que remitirse a la DW o a RT. Es decir, los alemanes o los rusos me dan más tranquilidad que los de acá, aunque el número de muertos e infectados sea el mismo.

           Lo segundo que no me gusta es la información selectiva y las mentiras piadosas... y esto también incluye a los medios.
           
          Por ejemplo, todas las coberturas periodística de infracciones al aislamiento son en la panamericana, en puente Pueyrredon, en los peajes... Los barrios precarizados, las villas, los barrios más humildes, están invisibilizados en los medios. Se me ocurren tres causas: la primera, las fuerzas de seguridad están reprimiendo y no es bueno que esto se vea (la verdad espero que esta no sea la causa); la segunda, a los periodistas no les queda cerca, es más fácil ir a un peaje en Hudson que a un barrio en Laferrere (por decir alguno), y la tercera, en los barrios, muchas veces con hacinamiento de cinco o más personas por habitación, se ve más gente en la calle porque es mejor separados afuera que hacinados adentro, aunque esto no es bueno que lo muestre la tele. Yo creo que debe ser una mezcla de la segunda causa y la tercera, espero que no estén invisibilizando porque hay represión (hay algunos videos en Twitter pero no me parecen confiables). Igual si hubo alguna acción exagerada o indebida de las fuerzas de seguridad nos vamos a enterar, porque esto alguna vez se va a terminar, y la gente en el momento por ahí se la aguanta, pero después no se calla.

           También me molesta la burocracia autoritaria. Esto es, si voy (por ejemplo) a visitar a mi mamá que vive sola y tiene 75 años una vez por día, con mi palabra y el sentido común debería bastar. Todas las papeletas y autorizaciones las considero más como un intento de amedrentamiento que como algo realmente necesario. No estamos en estado de sitio, si quiero ni el documento llevo, y tendrían que creerme. Si voy en auto, la documentación del auto, el registro y mi palabra, nada más. Dónde vivo, adónde voy y para qué voy, nada más (si quieren me pueden tomar la fiebre o hacerme firmar un acta). Si el lugar para el que trabajo me proporcionó un papel para hacer más rápido, mejor, ese es el único sentido que le veo al papel. Lo que pasa en los peajes es un abuso de autoridad vergonzoso y los canales de televisión operan en cuanto a que eso está bien y debemos aceptarlo. No es así, y lo vamos a recordar cuando esto termine.

          También están invisibilizados los detenidos y presos que no respetaron el aislamiento. En épocas normales, si hay un piquete y se llevan gente presa siempre hay un móvil en la comisaría para indagar por la suerte de los detenidos. Acá no. Creo que muy pocos fueron realmente presos, a la mayoría la demoraron un rato, un acta, denuncia penal si corresponde y a casa. Pero nadie nos priva de la placa roja “Si salís, vas en cana”. Amedrentamiento mediático se llama. No se si coordinado por el gobierno o no, no importa.

           En general, los medios piden por el profundizamiento de las restricciones. Les conviene, los van a ver más. Yo lo que digo es que si esto se prolonga mucho van a tener que aflojar. En diez o quince días por ahí no pasa, pero en dos meses, algunos caños de gas o agua y algunas térmicas e instalaciones van a fallar. Y hay gente que vive en esas casas que va a quedar aislada y sin agua, sin gas o a oscuras. Así que van a tener que permitir gasistas, plomeros y electricistas (y albañiles). Por lo menos.

           Además hay gente absolutamente jodida por esto, que no importa cuánto les den, se joden. Y no hablo de las empresas de turismo. Pienso en los trapitos, en los limpiavidrios, en los recicladores que revuelven los contenedores por unos mangos, en los que viven en la calle y viven de la calle, de la gente que pasa. En los vendedores de los trenes. Yo como docente, con mi misérrimo salario, aburrido, embolado, al menos voy a comer, los trabajadores informales (que no son monotributistas) están jodidos si esto se demora mucho.

           Por eso yo creo que habría que terminar con esto lo antes posible, y bajar las restricciones, obviamente tomando en cuenta la opinión de los especialistas. En todo caso hacer otro aislamiento en vacaciones de invierno y alguna semana más si fuera necesario, para no seguir perjudicando el año escolar, que ya se jodió (prometo un artículo sobre eso).

           Recordemos que el coronavirus no es tan letal, si es muy contagioso, lo que haría que si muchas personas necesitan cama o respirador al mismo tiempo, el sistema de salud, que es una mierda en este país, se vea desbordado. Por eso el eufemismo de aplanar la curva. La realidad es que estamos en aislamiento porque a ningún gobierno se le ocurrió invertir en salud y el sistema de salud argentino es una mierda, declaren lo que declaren los políticos y dejando a salvo a los médicos y al personal de la salud.

           Por si alguno se perdió, declaro otra vez (con energía y patriotismo) que hay que quedarse en casa, salir solo lo indispensable, lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón, saludarse con el codo, estornudar sobre el brazo, tomarse la fiebre y estar atento a la aparición de los síntomas, y en caso de que aparezcan llamar al 107 (en mi caso). También estoy de acuerdo en establecer el aislamiento preventivo obligatorio.

           Pero en lugar de ver la tele (que es una bosta) lean un libro. O mediten.

           Es todo.

          PD: tampoco se por qué no se puede salir a correr o caminar solo, separado y cerca de casa, pero esto ya se hizo muy largo...