miércoles, 16 de septiembre de 2020

La no-escuela y el recuerdo de mamá

     No es la primera vez que trato de escribir este artículo. Siempre, cada vez, pasa algo que me obliga a reformularlo. Primero, la renuncia de Puiggrós y el ministro Trotta (el de la off-shore) declarando que no va a haber promoción automática, y todas las aclaraciones. Después, Acuña y las escuelas-cíber para chicos porteños pobres y desconectados. Ahora, escuelas en las plazas y las controversias. Mejor me apuro antes de que pase algo más...

      Va pasando el tiempo. La pandemia sigue, los casos no bajan (suben mucho en el interior), el aislamiento continúa y las clases parece que este año no van a volver. La telescuela ya fracasó y se transformó en no-escuela. Creo que el daño educativo de toda esta situación es enorme y la mayoría de los actores sociales lo subestiman... gobierno, oposición, sindicatos, docentes, alumnos, padres, todos están cómodos con esta situación y muchos creen que los temas se recuperan, que la salud vale más, que con computadoras y conectividad se puede suplir a la escuela física, y afirmaciones de este tipo. Obviamente no todos los actores que mencioné sostienen todas estas afirmaciones, pero todos sostienen alguna, o algunas de ellas.


      Antes de seguir, me posiciono. En general, creo que el aislamiento estuvo bien, aunque no puede ser para siempre, creo que debieron hacerse más testeos en su momento, y que los que van a marchas sin tomar recaudos o hacen fiestas o asados son medio boludos. Esa es mi opinión en general.

      En lo educativo, si lo que se da de contenido en un año se pudiera recuperar al siguiente año la escuela podría durar la mitad del tiempo, así que no, no se recupera todo, quizás parcialmente algo pero todo no. Además sobre todo en secundaria hay materias que al año siguiente no continúan y los últimos años no tienen año siguiente. Perder el último año, aunque el alumno pase y se reciba, para un técnico químico (por ejemplo) que este año no pisó el laboratorio, es grave.

      Que la salud vale más es cierto, aunque también es cierto que el aislamiento no puede ser eterno, y en algún momento habrá que volver a la escuela presencial. En CABA y en la provincia de Buenos Aires en algunos municipios, si bien hay casos, la situación es estable. Con los cuidados del caso ya se podría ir pensando la vuelta.

      Ya se infiere de lo que escribí que los zoom, el edmodo, los meet, el classroom, los grupos de whatsapp, instagram, facebook y todo lo que se les ocurra no suplen a la escuela presencial. Son parches y ni siquiera para todos, para algunos, para los que tienen computadora, conectividad... y ganas.

     Esto último mucho no se dice, es antipático escribir esto, pero la escuela presencial impone ciertas normas que le dan sentido como institución. No es un ágora del saber donde los interesados asisten de buena gana. La escuela impone y se impone y muchos se resisten a ella. Un alumno que deja de asistir es un desertor, un alumno que no cumple sacará bajas notas y de ser necesario recursará el año. Los alumnos tienen espacios designados para ellos, tiempos que deben cumplir, vestimentas que deben usar, conductas permitidas y conductas no permitidas (los famosos acuerdos institucionales de convivencia). Esto es una descripción, no digo que todo esto esté bien o no pueda mejorarse (leer a Foucault es saludable en este punto). Lo cierto es que si bien es deseable que haya ganas, la escuela presencial tiene una función social y no puede depender de las ganas... si no hay ganas la escuela tiene que funcionar igual.

     La cuestión es que la telescuela no cumple con nada de esto, fracasó. Por eso creo que el término telescuela puede cambiarse por no-escuela.


      A estas alturas es más o menos obvio que en marzo había una pandemia desconocida hasta entonces, y creo personalmente que el reflejo de suspender las clases presenciales estuvo bien. También estuvo bien mantener el contacto con los chicos a través de la telescuela (o no-escuela), aunque colegas a los que respeto opinan que debió bajarse la persiana hasta el año que viene y que todos recursen (quizás habría sido mejor y en algún universo paralelo lo estén probando). Pero todo esto fue en marzo, ya estamos casi en octubre...

      No conozco casos exitosos de telescuela, es decir, que los alumnos a esta altura del año sepan lo mismo que lo que hubieran sabido presencialmente (no toco la socialización que da la escuela presencial porque el aislamiento presupone que no la haya, hablo solo de los contenidos). A veces saben un poco menos, a veces mucho menos, a veces nada y a veces se transforman en cenáculos del saber, donde saben casi lo msmo pero son diez de un curso de treinta. Si no fuera por los veinte que quedaron afuera estaría bien. Pero yo no conozco todo, por ahí en algún lado resulta, o para alguna materia aislada, pero en promedio estimo que no, que la escuela que fue telescuela ahora es no-escuela.


     Hasta acá es opinable, pero no da para mucha pelea. Ahora viene lo bueno...

      Mi postulado es que octubre no es lo mismo que marzo y que lo que en marzo valía en octubre ya se puede discutir un poco. Estoy hablando de las condiciones de trabajo de los docentes. No del sueldo (del sueldo creo que ya escribí como diez artículos), sino de las condiciones de trabajo.

      Para ser concreto, creo que es un abuso que me hayan quitado mi lugar y horario de trabajo, que está garantizado por ley (el estatuto y el reglamento por lo menos, de la provincia que sea). Aclaro que conozco que hay decretos firmados en marzo que suspenden las clases y que propugnan la educación virtual a distancia, a título de continuidad pedagógica. La cuestión es que un decreto es menos que una ley (que algún abogado me corrija si no es así, me puedo equivocar), y no la puede modificar eternamente. De hecho decretos como esos requieren consenso, y en marzo ese consenso existía. En marzo, con pocos casos todavía, si bien no hubo ninguna comunicación oficial, cada tanto salía alguna noticia en los diarios en la que se aventuraba que las clases volvían después de las vacaciones o poco más (la mayoría, me incluyo, pensábamos eso).

      Bueno, no pasó así. Los casos crecieron, la fecha se fue corriendo, los docentes empezamos a percibir que la telescuela es un fracaso y que la situación se iba a alargar. En síntesis, lo que está bien para tres meses, no lo está para un año.

     Entonces, como decía Lenin... ¿Qué hacer?

     Creo que dejar de trabajar no se puede, si era una opción en marzo ahora es algo que sucede en el universo paralelo que mencioné, acá ya no se puede. Pero tampoco es exigible el teletrabajo y continuar así vulnera nuestros derechos, que también los tenemos. Se han dado situaciones curiosas... directores exigiendo constancias por no poder asistir a un meet, o enojados porque en un curso en vez de hacer siete trabajos prácticos se hicieron cinco, alumnos mandando trabajos o mensajes a las tres de la mañana, por decir algunas.

      Insisto, tengo el derecho a tener un horario de trabajo y un lugar de trabajo, la no-escuela no me puede perseguir hasta mi casa a las tres de la mañana, aunque sea en nombre de los pibes. Todo tiene un límite. Cuando se dan conflictos entre profesores, directores o inspectores, hay que entender que lo que se les pide a los docentes no es exigible... por ahí uno para no andar peleando siempre termina negociando y haciendo algo, pero uno podría ponerse duro y exigir el acceso al lugar de trabajo, o declarar no disponer de computadora, o no acordar con pagar internet o datos para esto, o tener el derecho a la ART... derechos laborales, que le dicen.

      Es claro que estoy consciente que dada la orientación política de los principales sindicatos, ninguno va a salir a reclamar esto, pero eso no quita que me estén conculcando mis derechos a través de un decreto...

      ¿Qué hacer? (decilo, decilo de una vez).

      Los intentos de vuelta de Acuña fueron ambos una payasada. La escuela no es un cíber para pobres y las plazas no son aulas. Eso no... clase por ahora no.

      Y ahora, les pongo una imagen relajante y tómense unos minutitos para putearme...


      Los docentes tendríamos que volver a las escuelas (por ahora sin chicos)...








      Lo dije, y a mi mamá y a mi hermana les debe picar la nuca, como si estuvieran acordándose de ellas.

      Lo lamento. A estas alturas, en octubre, es lo que pienso y creo. Aunque sea para hacer lo mismo que venimos haciendo hasta ahora, la no-escuela, pero en el tiempo y lugar que corresponde. Para que la escuela pierda ese no que le puse adelante y esté abierta, para lo administrativo o para planificar el difícil 2021, y cuando se pueda, para dar clase... Con todas las precauciones del caso, pero pienso que tenemos que recuperar el derecho al lugar y horario de trabajo.

      Salvo el personal de la salud (aplausos), nadie se agarra el covid por ir a trabajar si toma los cuidados necesarios. Sí los que festejan cumpleaños o hacen asados o van a marchas de pelotudos.

      Lo lamento, pero opino que deberíamos volver...


      Igual no se hagan mucho problema, es la opinión de un solo tipo. Y dada la orientación política de los sindicatos y el constante pasaje de facturas y chicanas entre gobierno nacional, capital y provincia, no creo que volvamos hasta el año que viene. Ya podría predecir que a Larreta no lo van a dejar reiniciar las clases ni un día antes que a Kicillof.

      Sí, señores, por si faltara algo, el año que viene hay elecciones.


     Dejen de acordarse de mi mamá.

     Es todo.



      PD1: es algo descolgado pero lo quería decir... estoy de acuerdo con que CABA tenga que ceder coparticipación... pero también estaría muy feliz si Mendoza y San Luis formaran un nuevo país... y váyanse a la mierda ya que están ...

      PD2: ministro Trotta con offshore... renuncie!


 

miércoles, 8 de julio de 2020

Acotaciones y recomendaciones varias (y vanas)

      Sobre la pandemia y la cuarentena ya se ha escrito mucho, incluso yo he escrito un par de cosas, así que sobre el tema central no voy a insistir. En términos generales estoy de acuerdo con la cuarentena, no cambió mi posición.
      Lo que sí quería compartir son ciertas reflexiones o acotaciones que surgen de la pandemia pero no son opiniones sobre la pandemia (o la cuarentena) en sí.

      Empiezo:

      1- Los barrios populares: es curioso que durante los cuatro años de macrismo se acusó a políticos y medios oficialistas de romantizar la pobreza. Si te echaban del laburo... lo bueno de ser independiente. Si comías carne una vez por mes... lo bueno de bajar el colesterol. Si no podías usar más el coche o tomar el colectivo... lo bueno de andar en bicicleta, o caminar.
¿A qué viene esto?
      Es claro (por ejemplo) que la villa 31 o la 1-11-14 son tan populares como Villa Urquiza, en los tres viven humanos que podrían considerarse parte del pueblo, la diferencia es que en los dos primeros el pueblo vive hacinado y sin muchos servicios esenciales y en Villa Urquiza no...
      Decir que un barrio carenciado o una villa de emergencia es un barrio popular es, con la excusa de no estigmatizar, un modo de romantizar y ocultar la situación.
      La situación que se oculta es el gigantesco problema de vivienda que tiene el país. No es un pase de factura a este gobierno ni al anterior. La villa 31 existe desde la década del 30 y se llamaba villa desocupación. Ningún gobierno hizo nada ni pensó alguna solución para estos barrios carenciados. Algunos construyeron más viviendas, otros menos, pero poquito con relación al problema. Es más, a los milicos se les ocurrió sacarlos con topadoras...
      Ahora, con el covid-19 es claro porqué el GBA la tiene mucho más complicada que CABA o el resto de las provincias. Porque está lleno de barrios populares, y la solución no es que los policías no los dejen salir de la casa o que vaya Berni a hacer quién sabe qué cosa... la solución sería que les den una nueva casa donde no vivan seis en un cuarto y sin cloaca... pero eso sería un plan a largo plazo que requiere inversión y acá de eso no hay.

      2- El gobierno comunista: es claro para mí que todo el evento Vicentín va a quedar en la nada, nada se va a expropiar y hasta por ahí les dan plata. Este gobierno tiene un discurso progresista pero en los hechos no es ni siquiera de centro izquierda. Seamos generosos y digamos que es populista de centro, un poco más de centro que el gobierno de Cristina. Recordemos que Alberto era de la U Ce De y fue en la lista de Cavallo.
      En términos más generales el peronismo no sostiene la lucha de clases, siempre busca ese acuerdo nacional que en el mejor de los casos le da algún pequeño beneficio a las clases bajas pero no altera las cosas en lo sustancial (por eso sigue habiendo villas entre otras cosas). Por las dudas, no estamos en el mejor de los casos, ni siquiera en un caso bueno...
      A los desencantados les digo que si quieren ver como a los agrogarcas de Vicentín los meten en cana y les expropian la empresa (como debería ser) traten de votar a la izquierda la próxima vez.
      A los que de todos modos piensan que esto es comunismo, aflojen con el fernet y no miren TN por un rato al menos.
      Finalmente, habría que ver qué tapa todo esto. Por ejemplo, nadie habla del aborto, promesa de campaña de este gobierno...

      3- Medios pillos: esto ya lo escribí, pero como nadie dice nada lo repito una vez más.
Los medios, a favor o en contra del gobierno, a favor o en contra de la cuarentena, ganan más plata con esto porque los ve más gente que tiene que quedarse en su casa. La tele en estos 110 días ha tenido un público cautivo que antes no tenía y que cuando esto termine no tendrá más. Esto se lo guardan y está bien, es su negocio, no hay que avivar giles, pero nadie más (externo a los medios) lo dice o hace algún comentario. Es más interesante mantenernos entretenidos con la lucha grecorromana entre Larreta y Kicillof por los runners (corredores)...
      Un tema anexo, pero que pongo acá porque todavía no merece un apartado especial es que los periodistas que piden por la libertad de prensa son los mismos que se hicieron los boludos cuando rajaron a un montón de periodistas en el gobierno anterior (de Télam o Clarín, por ejemplo). También aparentan desconocer que el hecho de que Majul sea un periodista (malo para mí, pero periodista al fín) no impide que sea un delincuente y que ser investigado no es persecución de por sí. Les diría que no se preocupen, que como con Vicentín, con esto tampoco va a pasar nada...

      4- La telescuela desigual: no voy a repetir, lo único que queda claro es que la telescuela profundiza las desigualdades. Todos perdieron en esta modalidad, tengo para mí que en la relación pedagógica el contacto humano es irremplazable... pero eso sí, los chicos de una villa en la matanza perdieron más que los chicos de una privada en Vicente López (elijo del GBA para no centrarme en CABA). Aunque me digan que es un barrio popular. O aunque los aprueben a todos, como va a pasar. Y cuando se salga de esto, las aulas que tienen 25 alumnos donde entran 25 van a tener ventaja sobre las que tienen 40 y entran 20. Algunos irán a clase una vez de cada dos y otros irán una de cada tres o cuatro. No es difícil asociar ejemplos con cada caso. Porque así como no se construyen viviendas tampoco se van a construir escuelas.



      Finalmente, para cortar con la mala onda y la queja, les digo que leí y que ví en este tiempo. No todos son grandes autores o películas, es lo que ví o leí en este tiempo y me impresionó como para comentarlo acá (también vi y leí mucha bosta). Así que entre lo que leí están el Quijote (relectura en realidad) y El Hobbit de Tolkien y de lo que vi me quedo con Los duelistas de Ridley Scott (curiosamente yo empatizo más con el malo, no se por qué), South Park (siempre) y Trailer Park Boys (no los conocía pero me hicieron reir bastante).

      Como decía Capusotto, es eso o ver a Mauro Viale.

      Es todo.



      PD1: lean el maldito Quijote. 
      PD2: ¿ya se está cobrando el impuesto a la riqueza?

domingo, 10 de mayo de 2020

Refritos, podios y otras consideraciones.

        Hay cierto cansancio, ciertamente estamos podridos.
        Entonces, como estamos podridos y no quiero seguir profundizando con la pandemia y la cuarentena he decidido hacer de esta entrada una especie de refrito. En efecto, voy a poner los enlaces de mis tres artículos más leidos.

        Así, como si fuera una especie de ránking musical, voy del tres al uno...





        En el puesto número tres: El otro es idiota, los macristas son idiotas, los peronistas son idiotas, los zurdos son (somos) idiotas... En un artículo que casi no parece escrito por mí, llamo a la empatía y a la concordia entre los distintos grupos de idiotas que conforman la vida política idiota de este idiota país...
          Disfrutenlo con empatía, no sean idiotas...

       En el puesto número dos: Artículo 2°, este sí parece escrito por mí. Por supuesto me gané la reprimenda de muchos amigos y conocidos chupacirios. En resumen, pido modificar la Constitución en su artículo 2° para no sostener más al grupo de tocachicos adoradores de Súperman. Así que curas, obispos, cardenales , papas, si quieren a su dios, páguenselo ustedes (y no que lo paguemos todos con nuestros impuestos como sucede).
        Recordemos que la plata que se llevan los curas, no va a salud o educación.

        En el puesto númeo uno, el más leído: Paro docente, claramente escrito por mí, con el que me gané miradas torcidas y retiro de saludo de varios de mis democrátcos colegas. No es un artículo tan jodido, solo delimito un poco el término carnero y las excusas de algunos docentes para ser carneros, pero se ve que a muchos colegas mucho no les gustó...

        Así que los que agarraron el blog tarde, lean y opinen, que es gratis.

        Termino este corto artículo con algunas conjeturas insidiosas sobre la cuarentena...


        El número de infectados suele subir el día que habla Alberto.

        No se suele informar cuántas camas de terapia intensiva están ocupadas.

        Nadie hace la resta Contagios – fallecidos – recuperados, que son los enfermos vivos reales.

        A los que estuvieron en contacto con contagiados en las villas seguramente no los van a llevar a ningún hotel.

        Ya no se habla más de los detenidos o del accionar policial.

        Los medios evitan mencionar el hecho de que tienen más audiencia.

        A cualquier crítica hacia la cuarentena la asocian a la derecha.

        Y podría seguir, pero mi idea fue hacer un refrito, no otro artículo sobre la cuarentena (ya hice algunos y sigo opinando más o menos lo mismo).

        Los dejo, entonces, disfrutando del podio.


        Es todo.


        PD: Alberto... amigos infectólogos... no da bardear a Suecia...

sábado, 18 de abril de 2020

De policías, medios, y políticos (lo que a todos conviene).



          La cuarentena va pasando y hasta ahora parece que la curva va bien chatita. Haciendo cuentas con los números que se informan los infectados al día de hoy se duplicarían cada 10 días o más, y los muertos no son muchos comparando con otros paises. Fue una buena decisión instaurar el aislamiento rápidamente, para que se pueda reforzar el penoso sistema de salud argentino antes de que llegue el pico de la pandemia.

           Hasta aquí los éxitos. El problema es que ahora hay que pensar cómo levantar la cuarentena antes de que muchos caigan en la indigencia o haya quilombo, aún sabiendo que llega el invierno (los chicos y la educación está claro que no importan). El otro problema, al menos en mi opinión, es que hay ciertos actores sociales que se sienten muy cómodos con la cuarentena.

           Sí, los del título. Policías, medios y políticos.

Al servicio de la comunidad:

          A las fuerzas de seguridad (policías, gendarmería, etc.) se les ha dado más poder para controlar el cumplimiento del aislamiento. Por supuesto, con las fuerzas de seguridad brutas y mal formadas que tenemos (esto corre por mi cuenta), esto lleva al maltrato, a los excesos y a la represión, que como ya escribí en otro lado, es inversamente proporcional a la clase social sobre la que se ejerce (del surfer no se supo más). Esto es constantemente silenciado por los medios, pero a veces se escapan videos de esos que salen en youtube, se viralizan, y entonces algo hay que decir. Yo ya ví videos de bailes, balas de goma, gritos, patadas, empujones, viejos maltratados, y más, solo hay que buscar un poco. Y la represión en Penta. Se podría decir que son casos aislados pero ya ví unos cuantos, y estadística de esto no van a hacer seguramente...

          Cuando no hay reglamentos claros y un policía (bruto) tiene que decidir si alguien está sacando a pasear al perro o no, estamos listos. No me quiero cebar mucho, la realidad es que muchos no están capacitados para ejercer la autoridad en democracia. Y pasa lo que pasa, en todo el país. 

         Ahora, por otra parte, los policías (fuerzas de seguridad en general), están exceptuados de la cuarentena (no se aburren ni están encerrados en casa), y disponen de un poder adicional, que les da la posibilidad de ser un poco más autoritarios y discrecionales que en épocas democráticas normales. Si fuera por ellos que esto siga para siempre, no importa si la población, sobre todo la de las clases bajas, la población maltratada, los odia un poco más mientras pasa penuria.
          Consejo para los jóvenes: estudien, no sean policías. (pueden leer si quieren mi artículo sobre Chocobar, el héroe del gato y la ebria).



Qué terrible señora, ni se le ocurra salir:

          La policía a veces pega, los medios aterrorizan. Desfiles de distintos tipos de médicos mediáticos agoreros que nos instruyen sobre cómo limpiar los picaportes de las puertas, cómo sacarse los zapatos, o cosas así (ni se les ocurra garchar). Siempre las mismas caras, en distintos canales. Sin casi ninguna disidencia (por ahí barbijo sí o no, no mucho más), y si aparece alguno que disiente en algún punto más importante, rápidamene es radiado y no se lo ve más. 

            Estos médicos, que aspiran a sus quince minutos de fama, no son los que aplaudo día a día, los que trabajan en condiciones precarias y por ahí se infectan, estos son expertos en retar a la gente y poner cara de orto ante cualquier sugerencia de aflojar las restricciones. O ante cualquier consideración de tipo económico o social. Son solo médicos y propugnan el discurso médico, no se hacen cargo de nada más. Los cartoneros ya no salen porque el doctor Capuya o Santamarina los miran mal y dicen que no con la cabeza (es un chiste, los cartoneros que no pueden evitarlo salen igual, como mucho les pegará la policía).

          Por supuesto estos médicos mediáticos no vienen solos, van acompañados de algún Viale, Feinmann, Silvestre o similar que se encarga de mostrar ataúdes en distintas partes del mundo, número de muertos, y desdichas varias en otros lados. Cada uno desde su ideología, en atemorizar y mostrar ataúdes todos coinciden.

         Como siempre, hay que deconstruir un poco y tratar de poner en evidencia aquello que no se ve tanto. Esto es, en cuarentena, el encendido y el rating de todos estos canales (tambien de los canales de películas, es general) subió y mucho. La población cautiva y aislada no tiene otra que ver televisión. Lo que para nosotros es un aislamiento aburrido y angustiante (en el mejor de los casos, otros además se cagan de hambre) para ellos es un negocio. Además todos tienen, obligados por la pandemia y las campañas de prevencion , más pauta oficial. 

         Repito, esto es un negocio, a los medios les conviene que esto siga, y para eso la estrategia es amedrentar, atemorizar y aterrorizar. Va mucho más allá de informar o concientizar. Es mantener el negocio mientras se pueda. Como ya escribí alguna vez, es mejor ver en youtube RT, la DW o leer un libro, pero no es fácil evitar a Embón o a Baby.

Dominados por el miedo:

          Con policías que gozan con lo que hacen (por decirlo en forma graciosa) y medios que no tienen ningún apuro y meten miedo, quizás más que la policía, se crea un estado de cosas que los políticos aprovechan, más allá del partido que sean.

          Con gente aislada y atemorizada es más fácil gobernar, tanto el país, como CABA o cualquier provincia, peronista, radical, o pro. No estoy diciendo que las razones iniciales del aislamiento no hayan sido correctas o de buena fe (ver primer párrafo), digo que esta situación conviene a los políticos, es más fácil gobernar así. Otra vez trato de deconstruir y expresar lo que por ahora nadie expresa.

          Alberto Fernández (voy a centrarme en él pero podría ser Larreta también) con las medidas iniciales obtuvo una fuerte aprobación, y está bien, porque todo parece indicar que dieron resultado. El tema es la demora en flexibilizar, con el argumento de que es preferible que caiga diez puntos el PBI a que muera gente. Estaría bien si no fuera que una caida del PBI, con aumento de la pobreza e indigencia va a provocar que muera más gente. De otra cosa y no va a ser parte de ninguna curva, pero va a morir. O se cambiarán muertes por coronavirus por femicidios, que aumentan aunque lo oculten. 

          Es una cuestión de número de muertos... de todas formas, a un mes de cuarentena todavía le puedo conceder el argumento, pero con estas reservas. Si esto sigue ya no se si se lo concedo... porque la réplica a mi queja es que esto (bajar restricciones) favorece a las grandes empresas, y que la vida es más importante que las ganancias de las grandes empresas. Lo que se ve es que las grandes empresas hacen lo que se les canta (como Techint) y si pueden chorean (como Vicentín, que no va a ser estatizada como propuso alguno que no entiende que el peronismo no propone lucha de clases). Los que se joden son los chiquitos, las pymes, que como mínimo si no cierran van a quedar todas endeudadas con el sistema bancario (otro sector beneficiado que dice que da créditos pero en realidad no y se le caga de risa en la cara a Alberto).

          De este modo, como beneficio adicional, los gobiernos (para las provncias también vale) a partir de ahora tienen al coronavirus como el chivo expiatorio para cualquier cagada económica que se manden, además de Macri (gato). 

          Y si su imagen positiva se matiene, gracias al terror mediático-policial, mejor. Si fuera por ellos (nótese el plural, no es solo Alberto) y esto se mantuviera así, levantarían la cuarentena quince días antes de las elecciones de 2021..

          Pensemos por un momento qué estaríamos discutiendo si no hubiese pandemia: seguramente la pobreza, cómo distribuir mejor la riqueza, cómo hacer que paguen más impuestos los que más tienen, la ley de interrupción legal del embarazo, y cosas así...

          El gobierno también zafa de cualquier marcha de protesta para hacerle saber al presidente si está haciendo las cosas mal, como él mismo dijo... De todo esto zafó, y mientras dure la pandemia seguirá zafando.

          Toda esta escritura deficiente de los últimos párrafos es para decir que a los políticos (como a la policía y a los medios) también les conviene que esto siga.

          Lamento no terminar esta larga descripción con opinión con una conclusión educativa. El tiempo dirá si se sale de la cuarentena con orden o con quilombo. Lo cierto es que hay que salir... no sea cosa que la gente se empiece a juntar en las plazas con sus celulares grabando (un ciberpatrullaje aquí por favor)... o aunque esto no suceda, que haya tanto conflicto social que los muertos que se ahorraron con inteligencia los recuperen después por su ambición política.

          Por mi parte, es todo.

PD: hay policías buenos y bien formados, también hay medios que muestran un poco el otro lado (Crónica ponele) y habrá algún político honesto también...







jueves, 2 de abril de 2020

La tele-escuela


          El embole continúa, y poco a poco vamos atravesando el aislamiento preventivo obligatorio (cuarentena para los amigos) que si no pasa algo muy grave terminaría el 12 de abril.
          En realidad el embole no podría seguir mucho más sin romper gravemente la economía. Ya las empresas garcas de siempre (Techint, pero seguro hay otras) amenazan con suspender o despedir y comerciantes pillos (en general supermercados monopólicos, pero algunos chiquitos también) comienzan a aumentar los precios, total la gente tiene que comer y comprar cerca de casa...
          Por ahora no se arma bardo pero si sigue así no va a haber imagen positiva de Alberto que alcance para frenarlo . Cuanto antes empiece a funcionar de nuevo la economía mejor para todos. Entonces,  el 12 la cuarentena debería terminar.
          De este modo se ha instalado la dicotomía salud versus economía, dejando de lado otros temas como menos importantes, como el esparcimiento...


          O la educación. Y de esto voy a escribir.


          Desde sus primeros discursos pandémicos el presidente ya nos advertía que no tenía mucho apuro por reiniciar las clases. Por la dinámica escolar es improbable que alumnos de primaria o de secundaria puedan mantener el metro de distancia, y si bien los chicos no se enferman tanto, sí contagian. Hasta ahí puedo acordar. El problema es cuando empiezan las convenientes medias verdades y las mentiras.

          La principal media verdad (mentira) es que los alumnos están haciendo tareas que los profes y maestros les mandamos desde nuestras casas por internet. O que miran programas educativos. Una especie de educación a distancia pero obligatoria. Porque la educación primaria y secundaria en Argentina, son obligatorias y son un derecho, en cambio, la educación a distancia suele ser voluntaria. Yo llamo a esto la tele-escuela. Como el viejo programa telescuela técnica, pero con una e más y un guioncito.






          Es una ficción bien armada la tele-escuela. Un televidente que lo escucha a Alberto o a Trotta imagina docentes dando clases por videoconferencia mandando tareas por mail o por distintas plataformas que los alumnos realizan con ayuda de las familias, todo en un corto tiempo, reemplazando a la escuela presencial.

          No. No es así. Y no le atribuyo (por ahora) a las autoridades la intención de engañar. Una pandemia como esta no es algo previsible, provoca ansiedad y desasosiego (esta nota de una colega habla de eso entre otras cosas), así que no les atribuyo mala intención en la construcción de la ficción de la escuela a distancia (tele-escuela) por Classroom, por Edmodo o por videoconferencia usando el Zoom. Había que suspender las clases (era necesario) y había que intentar esto. Esa es la media verdad. La mentira es que se puede seguir con esto sin apuro o que la escuela por internet reemplaza a la escuela habitual.

          Aunque parezca mentira para algunos, la escuela física (el edificio, los bancos, las sillas, los libros) y el contacto humano docente-alumno en situación de enseñanza-aprendizaje no pueden sustituirse con una aplicación, o con un cuadernillo en formato pdf.

          La escuela física no se puede reemplazar a la larga y la ficción de la escuela a distancia (tele-escuela) no se sostiene. Es más, falla desde el arranque.

           Hago ahora la larga lista de condiciones que no se cumplen para que la ficción pueda volverse realidad.

    • Por empezar, es dudoso que todos los teledocentes tengan internet, wi-fi y una computadora o celular apropiado para enviar las tareas. El país no es CABA.
    • También está la posibilidad de que los teledocentes no tengan la formación necesaria. No es tan fácil el manejo de las plataformas educativas, y no se puede imponer por la fuerza.
    • Otro punto es que el teledocente no quiera ser tele. En una pandemia como esta la escuela a distancia solo se puede llevar a cabo mediante acuerdos y sugerencias. Es decir, no puede ser compulsivo, no hay teledirectores, el reglamento escolar no se me puede aplicar en mi casa. Yo no me niego, pero entendería perfectamente a un compañero docente que lo hiciera, por las razones que fuera. El estatuto del docente no prevee la tele-escuela.
    • También está el tema pedagógico. No todas las materias o temas se prestan a esta modalidad por igual. En matemática para avanzar hay que explicar, en química o física hay que experimentar. En educación física hay que jugar al vóley, en teatro hay que actuar. Y se necesita que el tipito o tipita que da clase esté ahí. Y también el alumno o alumna...
    • Lo mismo se aplica para los telealumnos. Todos los planes de entrega de computadoras fueron cortados por el gato Macri, hay muchos chicos que no tienen compu... o que no tienen wi fi... o celular … o datos.
    • Y aunque tuvieran computadoras o celular, es posible que algunos no sepan usarlos.
    • Finalmente, al igual que en la escuela física, es posible que los alumnos no quieran hacer nada y jugar a los jueguitos, o que hagan solo las materias que les gusta, en el mejor de los casos.

           Dejo acá la lista. Con estas condiciones materiales y pedagógicas que no se cumplen ya la ficción de la tele-escuela japonesa no se cumple. Y no menciono, por obvias, las condiciones económicas y sociales como el hacinamiento (hay chicos que no tienen una mesa para estudiar), la pobreza, el hambre, las adicciones y la violencia familiar, entre otras. Estas últimas son condiciones no inherentes al tele-estudio sino comunes. Sin embargo, para paliar o enfentar estos problemas, lleva la ventaja la escuela física. En la escuela tradicional, con edificio, directora. maestras y todo eso, hay espacios para estudiar y las diferencias sociales y problemas familiares o de adicciones se notan menos (y si se notan la escuela tiene herramientas para actuar), la escuela es un lugar de refugio. En el ámbito familiar, en una cuarentena, no hay refugio posible, los problemas se notan más y no hay herramientas, al menos desde la escuela.

           La escuela física da a cada alumno un espacio, en muchos casos da de comer, y presta atención a la vulneración de los derechos de los chicos (y trata de restituirlos). Además educa. No es poca cosa.

           Por eso me asusta y me preocupa cuando los funcionarios (Trotta, Alberto, y otros) declaran tan sueltos de cuerpo que no hay tanto apuro por reiniciar las clases, total, estudiamos desde casa...
           Desde casa se exacerban las diferencias, puedo imaginar que la ficción de la tele-escuela está más cerca de cumplirse en una escuela bilingüe privada que en una escuela pública en un barrio precario (pido perdón por estigmatizar pero creo que se entiende).

           La tele-escuela está bien para zafar un par de semanas... Si la suspensión de clases se va a extender hasta mayo no es tan grave pero si se va a extender hasta septiembre el ciclo 2020 se perdió. No hay telescuela que lo salve. El tiempo que se pasa en la escuela (física) es fundamental.

           La salud es recontraimportante (la curva parece que va bien). La economía también (aunque hay garcas y pillos y no va tan bien).

           Pero en un país que quiera futuro la educación es igual de importante.

           Empecemos las clases lo antes posible. Así como se hizo un costo - beneficio entre salud y economía habría que hacer un costo – beneficio entre salud, economía y educación. Lo más obvio que se me ocurre ahora es que si los padres van a volver a trabajar los chicos no van a poder quedar solos, la escuela también tiene una función social. Y el coronavirus no se va a ir nunca, y no se pueden suspender las clases para siempre. Por supuesto que habrá que tomar las precauciones necesarias.

           De algo estoy seguro, perder el año no es una opción (o juntar 2020 con 2021 que vaya a saber uno qué quiere decir). La tele-escuela a la corta es un interesante recurso, a la larga es un verso, y exacerba las diferencias, en el mal sentido.

           Es todo.


PD2: La foto es de cuando Casero todavía era re-piola.
PD3: Alberto llamó tonto al surfer pero a Paolo Rocca no... sí, no tiene nada que ver, ya me voy...


martes, 24 de marzo de 2020

El embole (reflexiones pandémicas)



           Hace mucho que no escribo. Realmente de los últimos meses de Macri (gato) no tuve ganas de escribir nada (hubiera sido un puteador más entre muchos) y a Alberto Fernández le voy a dar un tiempo. En cuanto a la docencia, prometo escribir un artículo próximamente, quejándome de los misérrimos sueldos y todo eso, que todavía no cambió...

           Actualmente lo que hay y existe es el embole por la pandemia, lo que me motiva algunas reflexiones.

          


           Antes de escribir algo y que alguno se ofenda, declaro (solemnemente) que hay que quedarse en casa, salir solo lo indispensable, lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón, saludarse con el codo, estornudar sobre el brazo, tomarse la fiebre y estar atento a la aparición de los síntomas, y en caso de que aparezcan llamar al 107 (en mi caso). También estoy de acuerdo en establecer el aislamiento preventivo obligatorio.
        Así que si alguno piensa que estoy llamando a la desobediencia o me estoy rebelando, lee el párrafo anterior y listo.

           Entonces ¿Qué no me gusta?

           Por empezar, los medios. Es evidente que lo que para nosotros es una limitación (no poder salir, etc), para los medios es un negocio. Los medios, sobre todo la tele, el cable, los sistemas de streaming, las redes sociales, tuvieron un aumento en su encendido, ráting o número de usuarios, según corresponda.

          En particular, los canales informativos son mucho más vistos que antes. La gente está ansiosa y temerosa ante la nueva situación. Y las coberturas mediáticas, en favor de su negocio, alimentan eso, el temor, el terror, la ansiedad, la angustia. Algunos más y otros menos, pero todos se aprovechan. 
          Entre los que más aterrorizan por supuesto están el pelado de Crónica, el Feinmann malo, Mauro Viale o su hijo.
          Sin hacer hincapié en los nombres, los canales A24, Crónica y canal 26 son maquinitas de aterrorizar. TN y C5N aterrorizan un poco menos pero a cambio también bajan más línea política. No hay canales informativos nacionales “tranquilos”. Si uno quiere ver resúmenes tranquilos de la realidad argentina tiene que remitirse a la DW o a RT. Es decir, los alemanes o los rusos me dan más tranquilidad que los de acá, aunque el número de muertos e infectados sea el mismo.

           Lo segundo que no me gusta es la información selectiva y las mentiras piadosas... y esto también incluye a los medios.
           
          Por ejemplo, todas las coberturas periodística de infracciones al aislamiento son en la panamericana, en puente Pueyrredon, en los peajes... Los barrios precarizados, las villas, los barrios más humildes, están invisibilizados en los medios. Se me ocurren tres causas: la primera, las fuerzas de seguridad están reprimiendo y no es bueno que esto se vea (la verdad espero que esta no sea la causa); la segunda, a los periodistas no les queda cerca, es más fácil ir a un peaje en Hudson que a un barrio en Laferrere (por decir alguno), y la tercera, en los barrios, muchas veces con hacinamiento de cinco o más personas por habitación, se ve más gente en la calle porque es mejor separados afuera que hacinados adentro, aunque esto no es bueno que lo muestre la tele. Yo creo que debe ser una mezcla de la segunda causa y la tercera, espero que no estén invisibilizando porque hay represión (hay algunos videos en Twitter pero no me parecen confiables). Igual si hubo alguna acción exagerada o indebida de las fuerzas de seguridad nos vamos a enterar, porque esto alguna vez se va a terminar, y la gente en el momento por ahí se la aguanta, pero después no se calla.

           También me molesta la burocracia autoritaria. Esto es, si voy (por ejemplo) a visitar a mi mamá que vive sola y tiene 75 años una vez por día, con mi palabra y el sentido común debería bastar. Todas las papeletas y autorizaciones las considero más como un intento de amedrentamiento que como algo realmente necesario. No estamos en estado de sitio, si quiero ni el documento llevo, y tendrían que creerme. Si voy en auto, la documentación del auto, el registro y mi palabra, nada más. Dónde vivo, adónde voy y para qué voy, nada más (si quieren me pueden tomar la fiebre o hacerme firmar un acta). Si el lugar para el que trabajo me proporcionó un papel para hacer más rápido, mejor, ese es el único sentido que le veo al papel. Lo que pasa en los peajes es un abuso de autoridad vergonzoso y los canales de televisión operan en cuanto a que eso está bien y debemos aceptarlo. No es así, y lo vamos a recordar cuando esto termine.

          También están invisibilizados los detenidos y presos que no respetaron el aislamiento. En épocas normales, si hay un piquete y se llevan gente presa siempre hay un móvil en la comisaría para indagar por la suerte de los detenidos. Acá no. Creo que muy pocos fueron realmente presos, a la mayoría la demoraron un rato, un acta, denuncia penal si corresponde y a casa. Pero nadie nos priva de la placa roja “Si salís, vas en cana”. Amedrentamiento mediático se llama. No se si coordinado por el gobierno o no, no importa.

           En general, los medios piden por el profundizamiento de las restricciones. Les conviene, los van a ver más. Yo lo que digo es que si esto se prolonga mucho van a tener que aflojar. En diez o quince días por ahí no pasa, pero en dos meses, algunos caños de gas o agua y algunas térmicas e instalaciones van a fallar. Y hay gente que vive en esas casas que va a quedar aislada y sin agua, sin gas o a oscuras. Así que van a tener que permitir gasistas, plomeros y electricistas (y albañiles). Por lo menos.

           Además hay gente absolutamente jodida por esto, que no importa cuánto les den, se joden. Y no hablo de las empresas de turismo. Pienso en los trapitos, en los limpiavidrios, en los recicladores que revuelven los contenedores por unos mangos, en los que viven en la calle y viven de la calle, de la gente que pasa. En los vendedores de los trenes. Yo como docente, con mi misérrimo salario, aburrido, embolado, al menos voy a comer, los trabajadores informales (que no son monotributistas) están jodidos si esto se demora mucho.

           Por eso yo creo que habría que terminar con esto lo antes posible, y bajar las restricciones, obviamente tomando en cuenta la opinión de los especialistas. En todo caso hacer otro aislamiento en vacaciones de invierno y alguna semana más si fuera necesario, para no seguir perjudicando el año escolar, que ya se jodió (prometo un artículo sobre eso).

           Recordemos que el coronavirus no es tan letal, si es muy contagioso, lo que haría que si muchas personas necesitan cama o respirador al mismo tiempo, el sistema de salud, que es una mierda en este país, se vea desbordado. Por eso el eufemismo de aplanar la curva. La realidad es que estamos en aislamiento porque a ningún gobierno se le ocurrió invertir en salud y el sistema de salud argentino es una mierda, declaren lo que declaren los políticos y dejando a salvo a los médicos y al personal de la salud.

           Por si alguno se perdió, declaro otra vez (con energía y patriotismo) que hay que quedarse en casa, salir solo lo indispensable, lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón, saludarse con el codo, estornudar sobre el brazo, tomarse la fiebre y estar atento a la aparición de los síntomas, y en caso de que aparezcan llamar al 107 (en mi caso). También estoy de acuerdo en establecer el aislamiento preventivo obligatorio.

           Pero en lugar de ver la tele (que es una bosta) lean un libro. O mediten.

           Es todo.

          PD: tampoco se por qué no se puede salir a correr o caminar solo, separado y cerca de casa, pero esto ya se hizo muy largo...