miércoles, 27 de diciembre de 2017

Violencia es mentir


     Pasó un buen tiempo (3 meses) y finalmente decidí volver a escribir. Para ser honestos, estuve un poco desmotivado y ni ganas tenía de sentarme ante el teclado.

     Y en este tiempo de silencio, la verdad es que pasaron cosas... 

     Por ejemplo, apareció el cuerpo de Santiago Maldonado, que según las pericias se ahogó, aunque nadie explica cómo se ahogó, por qué no se descubrió el cuerpo antes (si es que siempre estuvo ahí y no fue plantado) y cuál fue el papel y la responsabilidad de gendarmería en este ahogamiento.
También balearon a Rafael Nahuel, un joven mapuche que era tan peligroso y asustó tanto a los gendarmes que en defensa propia le dispararon por la espalda...
     Es claro que en ninguno de los dos casos la justicia tiene apuro, así que por años no se va a saber nada y habrá funcionarios que dirán que estamos en democracia, que hay división de poderes y que hay que esperar que se expida la justicia.
     Otro hecho que sucedió en este tiempo que tampoco se va a resolver es el hundimiento del ARA San Juan. Pobres las 44 familias, que probablemente jamás sepan lo que pasó. Eso sí, kas y emes se acusan mutuamente de corrupción y la marina se desentiende mientras llora lágrimas de cocodrilo.

     Finalmente, en las legislativas ganó el macrismo (seguramente fue esto lo que me hizo mandar todo al carajo por un rato y dejar de escribir). Durán Barba, la fanática religiosa y alguna desinteligencia de la oposición lograron lo que un voto racional que evaluara la gestión objetivamente no permitiría (o haría muy poco probable)... que el gobierno de los garcas hijos de puta aumente su número de senadores y diputados.

     Esto ya lo escribí varias veces de modos más o menos sutiles, pero cuando (por las razones que sean) la ciudadanía vota garcas hijos de puta, es casi lógico que tarde o temprano nos caguen... son garcas, se juntan entre ellos, hacen cosas de garca ¿Qué otra cosa cabría esperar que no sea que nos caguen?

     Así, pasó lo que tenía que pasar. En un marco de déficit fiscal, para ahorrar cien mil millones de pesos, en lugar de subirle impuestos a los que pueden, o no condonar tanta deuda a los amigos, se decide obtener este dinero quitándolo de los haberes de los jubilados. Con acuerdo de los gobernadores, y obediencia debida de los garcas diputados y senadores, que son mayoría.

     Y se armó bardo en la calle. En la primera sesión de diputados (suspendida) los gendarmes reprimieron a manifestantes violentos, manifestantes tranquilos, periodistas, políticos y gente que pasaba por ahí. En la segunda sesión le toca el turno a los policías, casi tan brutos como los gendarmes.
     Por supuesto del otro lado había una mezcla de cincuenta militantes de izquierda e infiltrados que tiraban piedras y acaparaban las cámaras mientras a unos metros más de cien mil tipos se manifestaban y reclamaban en paz.
     Hubo heridos por ambas partes y la ley que les roba a los jubilados salió...

     Lo que quizás motive este artículo es la campaña “antiviolencia” de los principales medios del país.
     Se llenan la boca hablando de democracia, de que el pueblo no delibera ni gobierna, que hay que respetar el resultado de las urnas y que la violencia es siempre inaceptable.
     La primera objeción es a ese siempre. Basta con ver un poco la historia para darse cuenta que a veces las situaciones se resuelven con la violencia. Diciembre de 2001 es un ejemplo triste de la historia argentina reciente...
     Por otra parte, es claro que la violencia no es deseable en una democracia, pero la realidad es que a veces acontece. En las últimas marchas acontece a causa principalmente de un grupo de iluminados con infiltrados y una policía (gendarmería) bruta, mal capacitada, mal dirigida e inepta para este tipo de situaciones. Es milagroso que no haya habido muertos...
     De todos modos, acuerdo con condenar la violencia de los piedrazos o de los gases indiscriminados, según el caso.

     Ahora, lo que los medios no analizan demasiado es la causa de la violencia (o del descontento que a veces lleva a la violencia). Porque, como cantan los redondos, violencia es mentir.

     Intercalo una frase célebre del pasado, mientras toco madera y me agarro un testículo...

          "Si hubiera dicho lo que iba a hacer no me votaba nadie" (Carlos Saúl Menem)

     Es exactamente lo que pasó ahora. En campaña electoral, no solo no dijeron nada sino que expresamente se negó que se fuera a hacer algún tipo de reforma...

     La gente (el pueblo me gusta más) fue engañada y estafada en su voto. En ese contexto, los resultados de las urnas (con el dicurso de que el pueblo nunca se equivoca y todo el chamuyo), y la democracia representativa pierden significado, y por lo tanto no es tan descabellado que los ciudadanos se pongan nerviosos, se organicen, reclamen, y que dentro de este reclamo de cien mil ciudadanos nerviosos haya cincuenta o cien que deciden resolver la cuestión a los piedrazos.
     Los diputados y senadores finalmente son nuestros empleados, son los que deberían representar fielmente el mandato de los ciudadanos, si esto no sucede, si se traiciona al pueblo, es lógico que haya problemas (bardo).

     Es difícil. El sistema político argentino no prevee este tipo de traiciones. Los grandes medios dirían que hay que apegarse a la legalidad y castigar con el voto dentro de dos años. Lo cierto es que mientras tanto lo que opera es la verdad de la ventanilla (o del cajero) y los jubilados cobrarán menos... y los docentes... y habrá despidos... y aumentos (del transporte para empezar)... y pobreza, indigencia, desocupación y desigualdad, como algunas de las consecuencias lógicas.

     Y en algún momento quizás haya quilombo. Quilombo que nadie quiere, aunque se lo hayan buscado ellos (los garcas hijos de puta que nos gobiernan).

     No se si tengo alguna propuesta para terminar esta nota con algo de esperanza... más allá de la propuesta por la negativa de no votar garcas hijos de puta la próxima vez (no olvidemos los nombres de los que votaron darle menos plata a los abuelos). Quizás una propuesta más positiva para estos dos años feos que vienen sería no delegar tanto, organizarse, participar más...

     Y seguir peticionando, exigiendo, marchando, protestando, no hay mucho más...

     Yo trataré de hacer todo eso, y además no desanimarme y seguir escribiendo.


     Es todo.


     PD: ni el mundial lo salva a macri (gato).

lunes, 18 de septiembre de 2017

Libertad de cátedra (o gendarmes con caras de malo).



       En estos días, a causa de la desaparición forzada de Santiago Maldonado, asistimos a un interesante debate sobre qué pueden y qué no pueden decir los docentes en clase. La libertad de cátedra, que le dicen...
      Por supuesto, ya aparece el primer problema, hay ochocientas interpretaciones acerca de qué es y cuál es el alcance de la libertad de cátedra... Como siempre, yo no se cuál es la definición correcta, pero puedo plantear algunos ejemplos, para descartar los casos extremos, al menos.

       Así, imaginemos que un docente de biología decida suscribir al creacionismo, o peor aún, a que la vida inteligente en nuestro planeta fue moldeada por extraterrestres. ¿Podría ese docente ampararse en la libertad de cátedra? Entiendo que no y que una protesta de los padres (o de la sociedad en general) sería legítima en ese sentido. Y si hubiera algún padre que adhiriera a estas teorías y exigiera que la escuela las explique, habría que explicarle al padre que en la escuela se enseñan las teorías científicas, que el creacionismo o la vida extraterrestre no son teorías científicas aceptadas y por lo tanto no pueden formar parte de los contenidos de la educación pública. Este caso es sencillo (más allá de lo que sucede con el creacionismo en USA). 

      Más en general, la libertad de cátedra está contemplada para el enfoque que el docente quiera darle a la clase, no apaña al docente para explicar astrología y enseñar a hacer una carta natal, para dar otro ejemplo.
Pero, se puede argüir que los ejemplos dados pertenecen al campo de las ciencias naturales. Es cierto. Cuando se trata de las ciencias sociales, en particular la política, la historia o el tema de los derechos humanos la cosa se complica. De todos modos, los ejemplos sirven para indicar que en la educación pública (de gestión estatal o privada) se imparten ciertos conocimientos significativos y no otros. Hay programas, contenidos y diseños curriculares que dicen qué se enseña y qué no se enseña en la escuela pública en este momento de la historia. No todo vale por tener libertad de cátedra. Y es posible pasarse de rosca.




       Es indudable, al menos para mí, que la desaparición forzada de Santiago Maldonado no puede quedar afuera de las aulas. Hay hechos que conmocionan y atraviesan a toda la sociedad. Para dar otro ejemplo, soy docente de matemática y sé positivamente que si Argentina gana el Mundial 2018 en la semana siguiente de ese hecho no voy a poder dar clase …
      No parece que esto vaya a pasar, lo que sí pasó es que desapareció Santiago Maldonado. Y como el hecho de su desaparición nos conmociona y nos atraviesa, es obvio que en las aulas se va a hablar del tema. Haya o no haya instructivo de CTERA con actividades (a mi juicio no demasiado feliz)...
       Por supuesto, en el país de la grieta, algunos se van de rosca. Es comprensible el enojo que provoca ver dibujos de chicos muy chiquitos que muestran gendarmes malos y Santiagos buenos (más allá de que mi opinión es que Gendarmería es la responsable del hecho). Sobre todo si la actividad fue forzada por el docente (obviamente los medios cómplices parecen mostrar que todos los docentes hacemos eso).
       Desde el otro lado, directivos y comunicados que prohiben hablar del tema, amenazando con sanciones en base a reglamentos, estatutos y diseños, que en algún lugar del texto prohiben el partidismo político o religioso en las aulas. Y en otros lugares promueven el desarrollo integral del alumno, la adquisición de saberes significativos, la inserción en el mundo laboral y la participación en la vida ciudadana. Esto no es una contradicción en tiempos normales. Yo no querría como padre que a mi hijo le enseñen religión (aunque viva en Salta) o lo convenzan de hacerse trotskista... ese tipo de iniciativas no deberían partir de la escuela y está bien. Y sí quiero que le enseñen a quejarse, a votar, a respetar las decisiones de la mayoría, a ser un consumidor exigente y responsable, o a participar de un centro de estudiantes (y llegado el caso, tomar la escuela)... una cosa no quita la otra.

       Ahora, en tiempos anormales como el actual, de grieta, sí hay contradicción y con un desaparecido actual no es posible prohibir nada en base a reglamentos escritos para tiempos más normales. Docentes, alumnos y directivos van a hablar de Santiago Maldonado en las aulas, guste o no.
No es correcto forzar a chicos de tercer grado a dibujar gendarmes malos o explicarles que Macri es un gato y la Bullrich accionista de Termidor... pero ¿Qué pasa si la demanda surge de los chicos de tercer grado? ¿Qué hacemos si los chicos, que viven en este país y ven los noticieros, nos preguntan qué pasó con Santiago? ¿No contestamos? ¿Les decimos que se lo expliquen en la casa? ¿Le mostramos el reglamento? ¿Y con chicos más grandes? ¿Es correcto (aunque no lo demanden específicamente) que no se hable del tema a adolescentes que en algunos casos ya pueden votar?

       Son muchas preguntas, y como la mayoría de las veces, no tienen tespuesta, al menos no una respuesta única.
      A mi modesto saber y entender, la libertad de cátedra no puede coartarse en estos casos. Aún para profesores de contabilidad o de educación física, el hecho nos atraviesa y nos conmociona a todos. Y si alguno se pasa de rosca y quiere que la salita de tres incendie un destacamento de Gendarmería, será cuestión de tratar con ese caso particular, no establecer prohibiciones generales que no pueden cumplirse. Lo mismo vale si un director quiere sumariar a un maestro por hablar del tema de un modo correcto y respetuoso de la opinión ajena...en esta ocasión el caso particular es el del director...

       Pero para que esto suceda y se respete la opinión ajena debería empezar a zanjarse la grieta. Y la grieta conviene. Es un Boca-Ríver, y con la próxima elección en ciernes, le conviene a ambas partes... a Macri(gato) y a Cris(yegua, puta y montonera según su última entrevista). Se hacen los ofendidos pero les conviene... y a los que adhieren a uno o a otro y discuten en los asados, también les conviene, porque les evita pensar. Y pensar es difícil. Escribir esta notita que no muchos leerán y a algunos no les gustará me llevó unos cuántos días. Hubiera sido más fácil comprar alguno de los dos paquetes enteros y cerrados, sin pensar.

       Y mientras tanto, ahí está la familia del pobre Santiago, esperando una justicia que quizás no llegue, mientras dicen que se perdió, que está en Entre Ríos, o últimamente que se ahogó. O gendarmes que dicen que tiraron una piedra o dispararon al aire... después de haber declarado que ningún gendarme estuvo a menos de 40 metros de Santiago.

       No quiero que nenes chiquitos dibujen gendarmes con cara de malo, pero sí quiero saber dónde está Santiago Maldonado, qué pasó con él, cómo murió si estuviera muerto (espero que no) y quiénes son los responsables de esta situación... y si mis alumnos preguntan, no voy a esquivar el tema, de hecho no lo hice.
       Y un mes y medio después, deberíamos exigir revisar los procedimientos, las declaraciones, al juez, a la fiscal... solo para ver si todo estuvo bien hecho (risas)...
       Finalmente podríamos exigir las renuncias que correspondan (la ebria y el jefe de los gendarmes por lo menos). Y si se hacen los boludos, marchar, protestar, y por supuesto, castigarlos con el voto (lo que en personas pensantes no agrietadas, no significa votar a Cris). Como ya escribí, el voto no vale casi nada, pero es una de las pocas veces que nos tienen que escuchar...

       Lo que es seguro es que los docentes no somos responsables de la desaparición forzada de Santiago Maldonado, por más que los medios cómplices intenten cambiar el eje de la cuestión. Y tenemos libertad de cátedra si no nos pasamos de rosca. Por lo tanto, como el tema atraviesa y conmociona a la mayoría de los argentinos, es nuestra obligación como docentes tratar el tema en las aulas. Con respeto por la diversidad de opiniones pero planteando el tema claramente. Tanto para el profesor de política como el de matemática o el de biología. O para el maestro de primaria. Porque la desaparición de Santiago Maldonado nos afecta a todos y afecta a la calidad de la democracia de este agrietado país. Hay una Argentina sin Santiago Maldonado (y Julio López) desaparecidos y otra con dos desaparecidos en democracia. Lamentablemente estamos en la segunda opción...

       Siempre trato de terminar mis artículos con una gracia o un chiste, pero me parece que esta vez no hay forma.

       Es todo.



lunes, 28 de agosto de 2017

El menos malo




            Este artículo en cierta forma continúa y se complementa con los anteriores sobre las PASO. Ya se habrá notado que no apoyo la polarización alentada por los medios cómplices y los periodistas gritones. Y no solo por ser votante de un partido chico. Creo que en una elección legislativa debería votarse por ideas, es decir, votar a aquel partido o candidato que tenga las ideas que más se aproximen a las propias.
            Pero claro, ya se va instalando el discurso del menos malo otra vez. Los adalides de los dos principales partidos intentan convencernos (básicamente) que votar a Massa, Randazzo o Lousteau es una boludez. Y ni hablemos de los votos inútiles de la izquierda…

            En Provincia, por ejemplo, la única cuestión parece ser quién se va a llevar los dos senadores, y cualquiera que piense su voto y decida votar a otro (a Massa digamos) es un idiota que no comprende el momento político.

            Bueno, todo ese argumento, el menosmalismo (que palabra fea) me tiene las esferas por el piso. Todavía hay ofendidos porque en el 2015 los trotskistas no votaron a Scioli en el balotaje.
           El argumento menosmalista a mí me parece, además de tonto en sí mismo, irrespetuoso de las ideas políticas del otro. De todos modos, trato de justificar mis dichos, cosa que en la política del eslogan y la chicana no suele suceder.
            Es tonto en sí mismo porque lo que propone es, bajo un supuesto pragmatismo o agitando un miedo (Menem, Cris, Macri (gato), el ajuste, la convertibilidad)… tragarnos un sapo. Ya lo hizo Carrió en 2003 cuando llamó a votar a Néstor para que no gane Menem, y de nuevo en 2015 cuando se juntó con Macri (gato) para que no gane Scioli (nota mental: sospechar fuertemente de cualquier declaración de Carrió). Así que los menosmalistas en principio, se tienen que tragar el sapo.
            Y este elemento tonto en sí mismo del menosmalismo va asociado al poco respeto por las ideas del otro si este otro se niega a tragarse el sapo.
           
            Veamos un posible reproche (en este caso reproche K) que escuché y me hicieron cientos de veces.
-         ¡Qué barbaridad, por culpa de la izquierda ahora nos tenemos que aguantar a Macri! …
-          Decime la verdad, si pudieras volver el tiempo atrás ¿no votarías a Scioli en el balotaje en lugar de votar en blanco?

Visto así, la culpa de los ajustes, la inflación y el tarifazo la tienen Altamira, Zamora y Pitrola. Ahora, si esta es la conclusión yo empezaría a sospechar un poco de las premisas. Se me ocurre que Altamira, Zamora y Pitrola, por más que me simpaticen, no tienen tanto poder y no son responsables del ajuste por no haber llamado a votar a Scioli. Un argumento tan retorcido es una chicana y una falta de respeto a la inteligencia del que escucha. Así que les digo a mis amigos (K o garcas), que si quieren convencer a alguien para cambiar su voto, utilicen menos este tipo de argumento. A menos que no intenten convencer al votante, sino engañarlo momentáneamente (ahí el menosmalismo resulta un poco más). Porque el menosmalismo es ante todo un engaño.
El kirchnerismo construye su derrota en 2015 por el espantoso segundo gobierno de Cristina, con desaciertos económicos, corrupción, soberbia y grieta. Con escaso apoyo a su candidato Scioli además. Era difícil, pero encontraron la forma de perder con Macri (gato). De hecho hoy Cristina es la reina-diosa del 35 % de la provincia de Buenos Aires, pero está en serios problemas si pretende conseguir un 5% más. Así que no es culpa de la izquierda.
En cuanto a la pregunta, la respuesta es no. Por empezar, yo mucho de universos paralelos no se, y realmente no estoy seguro de qué hubiera pasado con Scioli… los partidos de izquierda tienen que luchar contra Macri (gato) y también hubieran tenido que luchar contra Scioli. Cualquier especulación es al pedo, lo que hay hoy es Macri (gato), contra ese hay que luchar y lo demás es ciencia-ficción.
Tratemos de poner al menosmalismo en su forma positiva. Esto es, hay partidos afines. Si Ramal no llega, puedo votar a Zamora… o a Bodart… pero hasta ahí llega mi flexibilidad, no hay forma de que termine votando a Lousteau. O a Scioli en 2015. La izquierda sostiene la lucha de clases. Es poco probable que votantes de izquierda apoyen candidatos burgueses (garcas) como Scioli. Ni Néstor, ni Cristina ni Scioli son de izquierda. Ni de centroizquierda. En el mejor de los casos son nacionales, populares, pero de centro (si es que estas categorías sirven de algo).



Así que si quieren elijan el menos malo. Pero con límites. No dejen que insulten su inteligencia y no se traguen sapos. Si los K sacan dos senadores no pasa nada, y si los sacan los garcas tampoco. El problema es otro, es intrínseco al sistema, así que mientras no nos organicemos un poco más y dependamos solo de las elecciones estamos fregados…

En conclusión, no hay que dejarse engañar por los pseudo-periodistas gritones. Hay que pensar y elegir (racionalmente e informadamente, ya escribí sobre esto). Y no traicionarse a uno mismo. Que es una de las peores traiciones posibles.

Es todo.

PD: escribo esta nota en el barrio de Versailles y me pregunto dónde estará Santiago Maldonado.





jueves, 17 de agosto de 2017

Cara de ciudadano (y quejas varias)


           Y por fín, pasaron las PASO. Terminaron por un mes (con suerte), las campañas y los avisos, al menos los explícitos. Es que nos hemos acostumbrado a votar, y eso está bien. Ahora votar es casi rutinario, por no decir aburrido. 

           Quizás ese aburrimiento indique que se ha perdido algo de la mística incial desde la vuelta de la democracia, en el 83. Un ejemplo: desde mi punto de vista, en las votaciones se ha perdido, con el tiempo, la cara de ciudadano.
           En los primeros años, cuando la gente iba a votar después de años de dictadura genocida, al introducir el sobre en la urna, ponía lo que llamo cara de ciudadano. Esa cara con la mirada en el horizonte, a la que solo le faltaba una bandera argentina flameante de fondo y la musiquita de La República Perdida. La musiquita podría variar, dando lugar a la marcha peronista o al preámbulo de Alfonsín, y hasta podría cambiarse la bandera por una bandera roja, por ejemplo. Pero creo que el concepto de cara de ciudadano está claro...

           ¿Es poner cara de boludo? - No, la cara de boludo es cara de boludo, se lleva con resignación, no se pone, esto es otra cosa.
           ¿Es como la cara del Che de las remeras pero yendo a votar? - Ahí le anda más cerca, la cara de revolucionario es en algún punto parecida a la cara de ciudadano, quizás la diferencia es de grado, no se qué tan revolucionario se puede ser hoy al votar a Massa, por ejemplo... 

           La cuestión es que desde que soy votante, esto es desde el año 1987 (al MAS, por supuesto), me daban bastante risa los que ponían cara de ciudadano. Pensaba, quizás en algún caso con razón, “qué boludo este tipo, por ahí es un miserable, un explotador o un garca pero viene, vota, pone cara de ciudadano y por un rato se cree San Martín”.
           Bueno, eso que me daba risa, hoy casi no se ve. Ya la dictadura genocida no está tan próxima, la gente vota seguido, y las caras al poner el sobre en la urna suelen ser neutras, como la cara de circunstancia que se pone en el subte, o directamente de desagrado (cara de laputaquelosparió, pero no quiero ahondar en la grosería).

           Por las dudas, no digo que antes se votara mejor. Recordemos que en este país se votó a Menem dos veces, la primera con engaño y la segunda no. Lo que digo es que ya no hay mucho entusiasmo por votar, se vota porque es obligatorio y no hay más remedio. Los medios cómplices insisten con la fiesta de la democracia y toda la sarasa, te pasan a la viejita de 105 años que va a votar con cara de ciudadana, a los candidatos que comen asado o ravioles, según el caso, mientras los que estamos del otro lado esperamos pacientemente para saber cuél es el garca que ganó esta vez..

           ¿Estoy en contra de las elecciones? - No, como ya dije, es uno de los pocos momentos en que nos preguntan algo y hay que aprovechar ese momento, pero desde que el idealismo electoral (la cara de ciudadano es una buena medida) ha mermado, probablemente a fuerza de revoluciones productivas, sintonías finas y pobrezas cero, el hecho de votar hoy ya no es suficiente. Quizás haya que participar de otros modos, reuniéndose, discutiendo, poniendo el cuerpo, ejerciendo la ciudadanía en distintos ámbitos. No alcanza más con la cara de ciudadano, que por otra parte ya no es necesaria.





           De la elección en sí, no hay mucho para decir que no esté en los diarios o que no se vocifere en programas como Intratables, por ejemplo. La manipulación de datos para evitar que la gente se vaya a dormir sabiendo que ganó Cris fue vergonzosa, pero no es ilegal y es posible, y la política es el arte de lo posible. De última es una pelea entre garcas para la gilada.

           En lo personal, y sin cara de ciudadano, estoy contento de que con mi votito (entre muchos otros), Luis Zamora haya pasado la barrera proscriptiva del 1,5% y pueda ser votado en octubre. Es agradable poder votar un no-garca. Antes de que me peleen, el FIT tampoco es garca y los hubiera votado si no hubiera estado Zamora... pero estaba... y estoy más de acuerdo con lo que propone AyL. Y por si algún nabo pregunta, hay diferencias entre el FIT y AyL, pero hay que tomarse la molestia de leer...

           Finalmente, para los que no son de clase alta, no viven en countries, son docentes, o llegan justo a fín de mes (o directamente no llegan), pero votaron a Macri (gato) en alguna de sus formas (la Carrió o el Bullrich sobrio, por ejemplo), les cito textual un cachito de algo muy conocido y redondo...

           Tratando de lucirse, un chancho puede comer un jamón (siempre revelamos a lo que estamos sometidos).

           El texto (firmado por Patricio Rey) sigue, ya es un clásico y es bastante educativo, pero este pedacito me parece muy aplicable a muchos votantes de Cambiemos que andan por ahí, agrietados y felices...

        Habrá que ir pensando, con cara de ciudadano o no, el voto de octubre... y qué hacer además...porque el voto es importante pero no es lo único...

           Es eso o ver por la tele como se pelean Artemio López con Fernando Iglesias...

Es todo.


           PD: Por supuesto... Aparición con vida de Santiago Maldonado, chupado probablemente por la gendarmería.

domingo, 6 de agosto de 2017

La número diez (sin educación)


      Es casi increible, pero esta es ya la nota número diez, así que será de fútbol. No voy a entrar en la polémica estéril acerca de si es la diez de Messi o la de Maradona, pero es la diez. Porque el fútbol está lleno de polémicas estériles y las cuestiones de verdad importantes no se debaten.
      Así, uno de los puntos no debatidos es el de la justicia en el fútbol. Periodistas (o lo que sean) que gritan y casi se van a las manos discutiendo sobre si está bien que Centurión se vaya de joda se callan bien la boca sobre las deudas de los clubes, la violencia o partidos bochornosos, como el de Riestra y Comunicaciones por el ascenso a la B Nacional (este es el último, hay muchos, Ríver-Belgrano es otro).
      De este modo, pese a cualquier reglamento, los clubes se endeudan y ascienden (Chacarita y Argentinos Jrs.) mientras que los que no se endeudan a veces descienden (Atlético Paraná por ejemplo). Del mismo modo, la violencia instalada dentro de las propias hinchadas hace que cada vez sea más difícil pensar en la vuelta del público visitante. “Es que las barras son la mano de obra de los políticos y están ligadas a los narcos” dicen los periodistas gritones... y sí, está bien, pero ninguno hace explícitas estas relaciones con nombre y apellido, ni mucho menos hacen alguna denuncia. Denuncian mucho pero en general, no dan muchos datos, prefieren debatir fervorosamente por Icardi o por el casamiento de Messi.
      Y finalmente, la viveza criolla, la picardía, la trampa que en Argentina pasa por estilo de juego. Un par de giles interrumpen un partido a cinco minutos de que su equipo ascienda y la AFA, en lugar de darles el partido por perdido, lo continúa en dos tiempos de dos y tres minutos. A Comunicaciones le robaron el ascenso por más quita de puntos que haya tenido Riestra. Es que los reglamentos son para los tontos y para darle al fútbol una ilusoria imagen de justicia. Los vivos también cambian el tamaño de las áreas, no alcanzan las pelotas cuando van ganando, le dan agua con laxante a los rivales o lisa y llanamente pinchan a sus rivales con alfileres. Todo esto sin contar la mano de dios, que es trampa pero al menos forma parte del juego.
       Es parte del estilo de juego argentino ser tramposo y no cumplir los reglamentos y en general nos enorgullecemos de eso...
       En fútbol el estilo y el orgullo se acaba cuando te agarra Alemania. Ahí hay que jugar mejor, y si no... fuiste alpiste perdiste, no hay alfiler, ni bidón, ni alcanzapelotas que te salve.

       De última, es fútbol, y si uno no cree en la justicia del fútbol puede dejar de ver los partidos o ver básquet. Lo preocupante es cuando la viveza criolla se extiende a otras áreas, la política, por ejemplo.
      La justicia ya no es la de la AFA, es la justicia electoral. Entonces, está bien que los partidos grandes se repartan los votos de los chiquitos que no llevan fiscales. O truchar un telegrama. O afanarse las boletas. O prenderle fuego o robarse las urnas. Yo en casi 35 años de democacia no recuerdo que la justicia electoral haya resuelto en un caso de estos algo que no sea dejar las cosas como estaban. Así que la trampa vale y los partidos chiquitos sería mejor que busquen fiscales para que los caguen lo menos posible.
       A esto se suman las trampas de la política en sí durante las campañas. Un elemento común en los dos principales partidos de las próximas elecciones es el misticismo. El oficialismo no declara qué va a hacer con la economía o la pobreza. Sólo vemos a Carrió abrazando gente o a Vidal pidiendo paciencia que el cambio ya va a llegar. No proponen nada, solo que confiemos porque ellas son honestas. Mientras tanto el aumento del transporte (y de todo) aguarda pacientemente al mes de noviembre... o mejor enero, no sea cosa que se arme bardo en diciembre...
      Del otro lado, Cristina se rodea de aplaudidores, critica duramente a Macri (gato), dice que esto no puede seguir así y que así no vamos bien... pero tampoco propone nada, y mucho menos hace autocrítica de su gestión. Ni siquiera da entrevistas y no permite preguntas de periodistas no-amigos.
      Todo esto en medio de múltiples acusaciones cruzadas en los medios cómplices donde unos y otros sólo dan nombres y la justicia no investiga nada...
       Odebretch, dice uno. Skanska, le contestan. Correo Argentino, retrucan. Los bolsos de López, responden. Boudou, Micchetti, Aníbal, Cabrera, Jaime, Arribas... son figuritas que se cambian y nunca realmente se sabe nada. Presos están Jaime, López, y del pasado, que yo recuerde, unos días Menem, Maria Julia y no se si hay más (agrego a Potocar si quieren).
       Ninguno contesta nada, solo cambian nombre por nombre y están muy de acuerdo en que hay que esperar a la justicia. A la justicia de ellos, garca y lenta que nunca condena a nadie. A la justicia de Oyarbide u otros parecidos.
       Y lentamente, todo se empioja y todos nos vamos metiendo en esa discusión...



      Así como nos quieren hacer creer que las PASO son muy importantes (ver artículo anterior), también nos quieren hacer creer que hay dos opciones, cuando hay muchas más. Massa, Lousteau, el FIT, Zamora, los partidos vecinales, los que dan miedo y muchos más (mezclo a propósito). No es bueno aplicar el principio del menos malo en una elección legislativa. Creo más en un congreso con diversidad de voces que en un congreso con dos voces que además muchas veces arreglan para cagar a los giles (nosotros, los ciudadanos, el pueblo, la comunidad, la gente, o como quieran llamarnos).
      Por supuesto, para votar a un tercero hace falta informarse, discutir, complicarse la vida. Nada más fácil que votar a la abrazaviejas o a la que solo dice que no vamos bien y pide por un pasado en el que tampoco íbamos bien (cero autocrítica Cris).
       Para dar un ejemplo, para decidir si debo o no votar a Claudio Lozano, tengo que tomarme la molestia de leer la plataforma del partido de Lozano y ver si comparto eso o no. Lo mismo para Massa.

       Es costoso pensar. Es más fácil no pensar y que otros piensen por uno. Igual, muy pensado o poco pensado, cada voto vale uno.
       Y uno en 35 millones no es casi nada. Pero es una de las pocas veces en que nos preguntan algo.

       Así que ló único que propongo es pensar. En todo caso, nunca nos fue bien votando místicamente (vaya Menem como prueba),es mejor pensar.

       Es más, habría que crear una agrupación cuyo eslogan fuera: Perón, Evita, Irigoyen y Alfonsín están muertos y no van a volver. En estas elecciones piense. Partido racional.
       No sería un partido político, sólo una agrupación que propugne el voto racional, en el que tengan más peso en la decisión las propuestas que el hecho de que el candidato use patillas o abrace a una anciana... 

       Volviendo al fútbol, quizás para pensar más objetivamente en nuestras condiciones reales de existencia sería mejor que Argentina quede afuera del mundial...

       No, es joda. Se hizo largo y ya voy descarrilando.
       Es todo.

      PD: se habló de fútbol y política, por lo tanto... ¡GARROTE! ¡GARROTE!

lunes, 17 de julio de 2017

Queremos tanto a Pepsico...

          Ahora que los docentes por dos meses somos buenos podemos escribir sobre otro tema. Repito, no hay que creer en época de elecciones ninguna promesa educativa de ningún candidato.
           La verdad es que dieron un aumento apenas aceptable para no tener problemas por un par de meses y presentar al Bullrich sobrio como candidato a diputado. Y me repito una vez más... siempre tuvieron la plata, no quisieron dar el aumento antes para escarmentar y humillar a los docentes. Con los chicos en el aula o afuera del aula.
        Los garcas son garcas... viven como garcas, hacen cosas de garcas y casi que se los puede comprender... lo que no se puede, o no se debería, es votarlos en las próximas elecciones...

         El otro tema, por supuesto, es Pepsico. Todos vimos por la tele la brutal represión policial a los trabajadores despedidos. Como dice algún meme que circula en las redes, gente pobre con uniforme que le pega (reprime) a gente pobre con hambre para favorecer a gente rica sin uniforme ni hambre. Bastante popular el meme, en este momento se aplica a la Argentina pero también a Venezuela, y a muchos países. Lo cierto es que cuando la policía se autoacuartele o pida mejoras laborales va a ser imposible no recordar lo de Pepsico o los palazos a los maestros en Congreso o a los piqueteros en la 9 de Julio.
          Muy correcto lo de la policía. Están muy bien adiestrados para complacer al amo garca. Y si hay que darles palazos o tirarle gas a trabajadores, algunos de ellos peligrosas mujeres desarmadas, pues no importa. Sólo son fríos ejecutores de las órdenes de la justicia acomodaticia y empresarial propugnada por el gobierno de Macri (gato). Policías violentos, ladrones y corruptos es lo que tenemos. No me da para la simetría del animal de Feinman cuando dice “... uno menos...” refiriéndose a los chorros (en mi caso sería a los policías), pero de verdad habría que pensar qué pasa por la cabeza de un tipo que decide ser policía en épocas como ésta.

       Desde ya no me importa si eran todos trabajadores o si había gente de otras organizaciones apoyando... igual la mayoria cobró en palos, gases o balas de goma, incluso políticos y periodistas. Tampoco me importa que en un acto de defensa hayan volado piedras o algún banco. No fueron los trabajadores los que iniciaron la violencia. Mientras tanto Pepsico, silenzio stampa, como Basile.

         Todo fue muy rápido. La comunicación de los despidos, en algunos casos los arreglos por las indemnizaciones. Nadie sabe los números, pero de 600 despidos no arreglaron 90 según algunas fuentes (para otros eran menos o algunos dicen que los que arreglaron fue con coacción, datos precisos no hay). La excusa para la rapidez en la represión fue un potencial escape tóxico. Todo (pero todo) muy rapidito y a los palazos.
           Es que no se podía esperar. Estaban por empezar las campañas y parece que el tiempo que la gente tarda en olvidarse es un par de meses, más allá de que siempre hay pseudogarcas de clase media que se alegran. Se alegran alentados por los medios cómplices. Los que explican que la empresa tiene derecho a despedir y pasan treinta repeticiones de los piedrazos, o empiezan a ver uno por uno para saber quién es trabajador y quién va a apoyar, como si eso hiciera diferencia en la represión.
           En un capitalismo perfecto es cierto, las empresas pueden despedir indemnizando, porque hay rotación laboral, en una Argentina con el nueve por ciento (y va para diez) de desocupación eso no es tan cierto, más allá de que algunos además discuten (discutimos) el capitalismo, perfecto o no... Esos trabajadores (los noventa por lo menos) quedan en la calle para siempre, están afuera del mercado laboral y tienen muy pocas chances de volver a trabajar, por más seiscientas lucas que le den, que se van rápido.
         
          Por supuesto no todos los medios cómplices son iguales. En este caso, por razones obvias fueron mejores las coberturas de C5N y Crónica, más del lado de los trabajadores. Canal 13, TN y A24 informaron también aunque a favor de la patronal (excepto la pobre Lorena Maciel que no sabe como pararse ante la situación). Y Pepsico, silenzio stampa.

           Pepsico es una multinacional poderosa. Por eso quizás ninguno del sindicato estaba ahí (en realidad creo que no estaban por traidores y garcas, pero yo prefiero suponer que fue por Pepsico). Ni tampoco estaba ahí ningún representante de los partidos políticos principales. Es obvio que el partido garca de derecha Cambiemos no iba a estar, pero no vi a nadie de Massa, o del peronismo, en cualquiera de sus variantes... Supongo que es porque Pepsico suele ser aportante en las campañas así como es anunciante de los medios cómplices.
           Así, no estaban Cristina, Scioli, Massa, Randazzo, Stolbizer, mucho menos Carrió, Lousteau, o algún seguidor de Macri (gato). Es que necesitan de Pepsico y sus aportes (en realidad de los aportantes individuales que por casualidad trabajan en Pepsico o son parte del directorio... la ley no está hecha para los garcas). Lo mismo va para los medios. Los anuncios de Pepsi o Lays son muchos y pagan bien.

          Por eso los que estaban ahí eran los otros, los que no necesitan de Pepsico. Vilma Ripoll, el pollo Sobrero, Del Caño con los ojos hinchados por los gases, Castillo y Zamora subidos a los techos para garantizar que no haya más represión. A veces me pone contento votar a partidos del cinco por ciento. Pueden equivocarse, pero al menos están donde deben.

           Y lo que nadie dice y todos esconden. Hay desde el primer minuto del conflicto una propuesta de boicot en las redes, de la que pocos hablan. Porque una forma muy sencilla de penalizar la rapidez de los garcas, la brutalidad de la policía y el silenzio stampa de Pepsico es, como consumidores, no comprar más Pepsico. No más Pepsi, no más Lays, y el Gatorade que se lo tome Bilardo. Que paguen su política empresarial de garcas con menos ventas. Que tengan que anunciar más para vender menos.



           No consumamos Pepsico. Que las papas fritas, los chizitos y la pepsi se la coman y tomen Feinman, Fantino, Vilouta y Bonelli (hay más, pero siempre me acuerdo de estos). Y en lo posible que revienten por la glucosa o por la sal.

           No consumamos más esos productos. Que echar a seiscientos, o a noventa laburantes a la calle no sea tan sencillo y tenga consecuencias. Al menos para que la Coca Cola lo piense si va a hacer lo mismo.

            Boicot a Pepsico.

           Es todo.

           PD: todo lo aplicable a Pepsico es también aplicable a Lear... así no rompen las pelotas... igual sean buenos y comenten... y me fuí.

sábado, 8 de julio de 2017

Las PASO (o lo que nos quieren hacer creer)




            Antes que nada, un meta comentario: si me leen, si les gusta este blog, no voy a insistir con el CBU ni con mendigar, pero al menos háganse seguidores o comenten algo. Igual sé que hay gente que lee esto y me lo dice oralmente, pero es bastante desmotivador tener 0 seguidores y escasos comentarios.

            Ahora sí, al tema que nos ocupa…

            Es curioso cómo todo tiene que ver con todo. Se arregla (seamos optimistas) la paritaria docente en la Provincia de Buenos Aires de tal manera que los sueldos de julio (por el aguinaldo) y agosto (por los retroactivos) van a ser más abultados (risas) que de costumbre justo cuando vienen las PASO...
            Hay gente malpensada (como yo) que cree que esto fue calculado, y que siempre tuvieron el dinero, y que por lo tanto, si los chicos perdieron clases no fue precisamente por los docentes, que aguantaron con sueldos míseros desde marzo, sino que fue responsabilidad de un gobierno que teniendo la plata quiso obtener rédito político.
            Como coletazo del aumento calculado, por supuesto que se armó lío en CABA, que ahora quiere el mismo aumento que Provincia (Larreta por decreto fijó el 18 % contra el 24% de Vidal) pero estimo que se va a arreglar rápido. Nota mental: no creer nada de lo que digan estos tipos sobre educación ahora que vienen las PASO.
           
            Y llegamos a las PASO (curiosamente estos artículos son leídos por personas de otros países a las que les informo que las PASO son las primarias abiertas simultáneas y obligatorias) y a las preguntas que los medios cómplices se hacen indignados:
            - ¿Para qué sirven las PASO si en definitiva casi no hay competencia entre candidatos?
            - ¿Cuánto cuestan las PASO?
            - ¿No podría destinarse ese dinero a salud o educación? (risas).
            Y preguntas escandalizadas y escandalizantes de ese tenor…

            A continuación de la indignación vienen las especulaciones: a Macri (gato) le conviene que Cristina (la yegua) no vaya presa para polarizar y excluir a Massa. Randazzo se plantó para competir con Cris y Cris se rajó, no quiere. Carrió está en CABA para prevenir cualquier sorpresa de Lousteau (y porque la clase media de Capital es la única que la vota). Massa se hace el demócrata, dice que es crítico del gobierno mientras le vota leyes de mierda (junto con el FpV) y Stolbizer presume de honesta. Todos los payasos muestran sus gracias y piruetas para competir en la cara y gigantesca encuesta que son las PASO. 



            Los ciudadanos, los que les damos finalmente el mandato, debatimos estos temas, nos peleamos por boludeces en los asados y nos enervamos mientras nos joden (por atrás agregaría pero no quiero excederme).
            Para desmontar toda esta trampa mediática hay que intentar un análisis más objetivo, desligado de tal o cual candidato o partido.
            Por empezar, según cualquier encuesta, aún las más favorables al gobierno o a la oposición, la composición de las cámaras después de octubre no va a cambiar mucho. Es más, las elecciones legislativas son una buena ocasión para huir de la polarización y votar según nuestras ideas, sabiendo que Macri (gato) va a seguir gobernando como minoría en el congreso acordando como hizo hasta ahora. La diferencia entre ganar y perder son un par de diputados o senadores, sin que se altere demasiado la relación de fuerzas. Para hacer esto por supuesto hay que tener ideas propias, informarse y evitar dar crédito sin pensar (o contrastar) a personajes como Lanata, Fantino, Feinman o Navarro, por nombrar algunos de pelajes variados.

            En este contexto las PASO no sirven “casi” para nada, y una forma posible de mostrar el disgusto ciudadano podría ser votar en blanco, excepto que uno esté incluido en ese “casi” (como en mi caso personal).
            Es que las PASO no sólo permiten elegir entre candidatos de un partido (cosa que en estas próximas elecciones casi no se va dar), también tienen la función proscriptiva de excluir a cualquier partido que no alcance el 1,5 % de los votos en un distrito. Y si uno (yo) justo quiere poder elegir un candidato “chico” entonces tiene que ir a votar (y no en blanco).
            Esto no impone la obligación de votar al mismo después en las legislativas, es sólo para tener una posibilidad más. Si a Cristina la va a votar el 25 % el 23,5% sobra, se podría quedar en su casa o votar en blanco. Ídem Macri (gato) o Massa. Pero otros se quedan afuera.
Y como excepción aquí va mi caso: siempre (pero siempre) mi voto oscila entre partidos que no sacan más del 5 % o el voto en blanco. Y canto mi voto… no se si en octubre lo voy a votar (creo que sí pero no se, solo soy fanático de ferro), lo que sí quiero es tener la posibilidad de votar a Luis Zamora, y que no sea excluido por una ley garca hecha por y para los partidos grandes. En su momento fue el milagro para Altamira, hoy es para Zamora…
            Así que ya saben mi voto, al menos en las PASO. Entonces, si conocen algún candidato vecinal, chiquito, que por ahí no llega y les gusta, voten a ese… no se dejen embaucar (queda mejor que joder por atrás) por los Bonelli, Lanata, Feinman, Fantino, Novaresio, Navarro, Víctor Hugo, que insisten con que este voto es decisivo, diez segundos después de afirmar que las PASO son caras e inútiles.
            Bueno, no doy más consejos, parezco la Legrand (así, no)…

            Es todo.

            PD: por las dudas aclaro, habría que eliminar las PASO o modificarlas para que no se puedan eludir o trampear tan fácil. Comenten y siganmennn, que no los voy a defraudar…


           




lunes, 26 de junio de 2017

Artículo 2° (o Los veré en el infierno...)




         

             Últimamente, escribo mucho sobre docencia y educación, y ya son muchas las ocasiones en las que se abre una posible discusión que siempre es postergada: el sostenimiento de las escuelas privadas (confesionales, católicas) en la República Argentina.
            En épocas de escasez, en las que se niega a los docentes las condiciones materiales mínimas para subsistir dignamente, cabe preguntarse por los subsidios y convenios que tienen las escuelas católicas.
           
Es que el Artículo 2° de la Constitución Nacional es claro:

“… El Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano…”

 Hay bibliotecas enteras acerca de la libertad de cultos en el país y está más o menos claro que el verbo sostener se refiere a que el estado va a destinar dinero (guita, mosqueta, tela, biyuya) de los impuestos que pagan católicos, judíos, musulmanes, protestantes, budistas y ateos (sin olvidar la iglesia maradoniana) para privilegiar determinada creencia sobre otras, ya sea manteniendo las iglesias en sí o las escuelas católicas (o instituciones anexas como Cáritas).

Alguno me dirá: - Pero bueno, esto siempre fue así y siempre va a ser así, no va a cambiar por más que escribas y protestes, por más que tengas razón…
A esto respondo que hace treinta años era impensable que dos señores (o señoras) se pudieran casar, o peor aún, que un señor decidiera que su identidad es la de una señora, y por lo tanto cambie su género y su nombre para la ley argentina. Se ha avanzado y mucho.

Pero el paso siguiente, a mi juicio, es que ya no haya mención alguna a ninguna religión en nuestra Constitución. Esto va a contramano de los tiempos, en el nuevo código civil se contempla una especie de personería jurídica automática por defecto para la iglesia católica (es lo que entendí, si está mal que algún abogado con onda me corrija en los comentarios). De todos modos sí entendí que la iglesia tiene más prerrogativas y ventajas, no menos.
Así que los hados parecen estar en contra… eso no quita que alguien (algunos, no soy el único, obviamente) empiecen a susurrar, o a murmurar, no se qué verbo es el indicado en este caso:

“… Habría que derogar el Artículo 2°… “

Sí, modificar la Constitución es costoso, requiere grandes ingenios políticos, movilizaciones, acuerdos y quizás asesinar al Papa (que por desgracia es argentino). Pero costoso o muy difícil no equivale a imposible. O por lo menos no es imposible algo mucho más modesto, comenzar a reflexionar sobre el tema…

¿Por qué yo, como ateo, debería pagar las iglesias católicas y su mantenimiento?
¿Por qué deberíamos pagarles las escuelas de monjas y los conventos, con bolsos o sin bolsos?
¿Y los sueldos de los curas?

Pero el sostenimiento, además de material es simbólico. Siguen los porqués…

¿Por qué soportar la pederastía y la pedofilia intrínseca al catolicismo?
¿Por qué no podemos contar con una ley que permita el aborto legal, seguro y gratuito?
¿Por qué desde el Estado sostener y fomentar una religión machista, que no permite que las mujeres sean obispos o papas?
¿Por qué es pecado usar forro o tomarse la pastilla? 
¿Por qué el 25 de mayo me encajan el tedéum por televisión?

No quiero seguir más. Soy ateo (de los relativamente respetuosos) y realmente estoy cansado de  curas que por creerse una fábula y por relaciones históricas y de poder piensan (creen) que de algún modo son superiores al resto, y que saben algo que los demás no sabemos. En el caso de los ateos, la respuesta más común a las preguntas fundamentales suele ser “no se”. No se si hay un dios (como buen ateo, no lo creo, pero creer y saber no es lo mismo, es más, nadie sabe si hay un dios o no), tampoco se qué hay después de la muerte ni antes de la vida (parece ser que nada, pero no se). 

Según mi modesto juicio todos los problemas, pasados, presentes y futuros que ocurren o pudieran ocurrir en el mundo son problemas entre humanos, resolubles o no, por la razón o por la fuerza, entre humanos. No hay nada sobrenatural en el mundo. No existe algo así como una guerra religiosa. Son guerras y conflictos entre humanos que responden a intereses humanos (por lo general, materiales). Finalmente, nadie con sotana, turbante, kipá o lo que sea es superior ética o moralmente a mí, o a cualquier otro humano.

En este contexto, no me parece que un estado deba sostener una creencia. Sí la libertad de cultos en general, no una creencia en particular. La vocecita susurra…

“… Habría que derogar el Artículo 2°… “

Quedaría mucho mejor y más monono algo así como “… El Estado Argentino es laico y no sostiene ningún culto en particular…”. Solo con eso, dejaríamos de mantener a los curas, muchos de ellos pedófilos con pollera y podríamos dedicar ese dinero a otra cosa (disminuir la pobreza, educación o salud digo yo, que el estado está para eso).

No va a ser fácil. Atravesamos épocas de inmediatez electoral, aunque desde ya que cualquier partido que proponga la derogación del Artículo 2° cuenta con mi voto.

Para terminar, como escribe la gente de CAEL (Coalición Argentina por un Estado Laico):

Respeto tus creencias pero pagátelas vos.

Es todo.
 


            PD: se avecina San Cayetano, típico ejemplo de cómo humanos tratan de resolver sus problemas (laborales) humanos invocando o pidiéndole vaya a saber uno qué cosa a un pedazo de cera en lugar de organizarse políticamente y realizar una revolución, o más modestamente, actualizar su currículum o estudiar inglés… Se, ya se, me fui al carajo…
           

sábado, 17 de junio de 2017

Todo por mil pesos (o la persistencia de la vocación).



TODO POR MIL PESOS...



Mil pesos. Un par de meses, no todos. Es todo lo que los salarios docentes aumentaron desde julio de 2016, a cuenta de una futura paritaria. Eso sí, los chicos están en las aulas, recibiendo clases de maestros y profesores maltratados y hambreados.
Es que nos quieren escarmentar. Cómo es posible que esta gente pretenda comprar los mismos kilos de papas que hace un año... es que son todos K, seguramente, y además, toman a los chicos de rehenes...
Por si fuera poco Baradel (lamentablemente) mantuvo la conducción del principal, aunque minoritario (Suteba afilia al 40 % de los docentes, más o menos), sindicato de la provincia. Hay enemigo, gordo y barbudo, a quien pegarle es bastante fácil. 

Los medios ignoran la cuestión o ponen el centro en los paros, hace rato que ya no intentan averiguar cuánto gana un docente hoy. Lloriquean por los derechos de los chicos pero se hacen los boludos con el hecho de que un docente gana hace un año diez lucas por cargo (con máxima antigüedad de veinticinco años un poco más, trece pongamos). La gran mayoría de los periodistas silencian el tema excepto, por supuesto, cuando hay un paro. Eso sí, hablan y debaten sobre inseguridad como si la política educativa no tuviera nada que ver con el tema...
Por las dudas, seamos claros. La gestión anterior (Scioli) también fue un desastre, pero al menos hacían como que les importaba. A los actuales (Vidal) claramente les importa muy poco, es más, los focus group de Durán Barba aconsejarán no hablar de los salarios y sí hacer hincapié en los pobres chicos, en las inasistencias o en la pinta de roñoso que tiene Baradel.
Y mientras el tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos, nuestros sueldos se vuelven indignos, y aumentan la luz, el gas, el agua, los alimentos... bastante más que mil pesos.
Además, como los garcas en estas cosas son solidarios y se ponen de acuerdo muy rápido, el hecho de que no se aumente nada (mil pesos es nada, es una burla) en provincia de Buenos Aires, implica que el garca Larreta aumente un diez por ciento por decreto en Capital (que claramente tiene los recursos para llegar a un acuerdo sin problemas). Llegamos entonces a la pregunta...

¿Qué hacemos?

La respuesta no es fácil, porque todo lo que se plantea va claramente en contra de lo que está pasando. Un observador cándido podría argumentar que habría que aumentar los sueldos docentes, equipararlos al 2016, y lentamente subirlos en relación a otras profesiones, para que ser docente sea una opción válida y que no convenga ser camionero, por ejemplo. En este momento la situación se sostiene porque muchos docentes son segundos sueldos (hay alguna cuestión de género aquí, pero no es tema de este artículo), no son los que paran la olla, entonces se dejan forrear un poco más... de todos modos, dado el empobrecimiento general de la población estos casos ya no son tan frecuentes. Por supuesto que esta jerarquización salarial de la profesión docente no implica que no se revise el abuso de licencias (si lo hubiere) o se cambien los programas de los profesorados, si realmente ese fuese el problema... pero primero, antes, previamente, hay que pagarles mejor a los tipitos (y tipitas) que dan clase.
A un tipito o tipita que da clase toda la semana y le pagás diez lucas (diez mil pesos, seiscientos cincuenta dólares redondeando para arriba) no tenés autoridad moral para exigirle NADA. Si tenés la suerte de que el tipito no se considere tanto un profesional de la educación y sí se considere un sacerdote de la vocación que ha oído el llamado, por ahí sigue trabajando con ganas un rato más... si no es así el tipito va a adoptar distintos modos de resistir... porque los paros, así como los estamos haciendo, no sirven de mucho.
Así, algunos tipitos (y tipitas) ya se dedican a otra cosa, o son docentes en Capital, o dan clases particulares, o se van a la escuela privada, o toman dos cargos (y en algunos casos tres), o tratan de ganar lo que debería ganar un profesor siendo director, en algunos casos abusan de las licencias, en otros el maltrato social constante (no solo de los padres que los golpean, también de los medios) los enferma de verdad. Y el sistema persiste y va empeorando de a poquito. Los profesores recibidos dan paso a los estudiantes de los profesorados, a los ingenieros, abogados, y próximamente a los gendarmes y los boy-scout. Por supuesto una consecuencia de esto es chicos que dejan la escuela, aprenden menos, están más tiempo en la calle, y aumenta la inseguridad, entre otros efectos…
La verdad es que si hoy tuviera que decidir si estudio un profesorado... ni en pedo lo hago. Los profesorados vacíos son muestra de esto.
En lo personal, voy a tratar de irme de algunas horas (las de provincia), pero dada la poca chance de trabajo para un tipito que se acerca a los cincuenta, lo veo difícil...
Pero desde ya le digo a cualquiera que lea esto que si me ofrece un trabajo de doce a dieciséis horas semanales por más de quince mil pesos que reemplace las once lucas que cobro por doce horas de enseñar matemáticas a hijos de otros... seguro lo pienso, y si tiene que ver con escribir o con la comunicación (finalmente, también soy comunicólogo), probablemente acepte.
Y como me gusta dar lástima, y la luz, el gas y los impuestos suben, voy a manguear guita por este medio además. Aprovechando que ahora pasar el CBU de mi cuenta sueldo es mucho más fácil, lo pongo más abajo esperando ansiosamente que un mecenas (árabe quizás) me saque de la docencia, al menos en provincia.

TOLDO.PISO.JAGUAR

Por favor, los amigos no... sólo mecenas anónimos, en lo posible no relacionados con Báez, Odebretch o el narcotráfico, que no quiero terminar preso...
Estaba por poner que es joda y cerrar el artículo, pero uno nunca pierde la esperanza de ir al cajero y sorprenderse con una donación anónima... una donación de, por ejemplo... mil pesos.

TODO POR MIL PESOS


Es todo.