sábado, 18 de abril de 2020

De policías, medios, y políticos (lo que a todos conviene).



          La cuarentena va pasando y hasta ahora parece que la curva va bien chatita. Haciendo cuentas con los números que se informan los infectados al día de hoy se duplicarían cada 10 días o más, y los muertos no son muchos comparando con otros paises. Fue una buena decisión instaurar el aislamiento rápidamente, para que se pueda reforzar el penoso sistema de salud argentino antes de que llegue el pico de la pandemia.

           Hasta aquí los éxitos. El problema es que ahora hay que pensar cómo levantar la cuarentena antes de que muchos caigan en la indigencia o haya quilombo, aún sabiendo que llega el invierno (los chicos y la educación está claro que no importan). El otro problema, al menos en mi opinión, es que hay ciertos actores sociales que se sienten muy cómodos con la cuarentena.

           Sí, los del título. Policías, medios y políticos.

Al servicio de la comunidad:

          A las fuerzas de seguridad (policías, gendarmería, etc.) se les ha dado más poder para controlar el cumplimiento del aislamiento. Por supuesto, con las fuerzas de seguridad brutas y mal formadas que tenemos (esto corre por mi cuenta), esto lleva al maltrato, a los excesos y a la represión, que como ya escribí en otro lado, es inversamente proporcional a la clase social sobre la que se ejerce (del surfer no se supo más). Esto es constantemente silenciado por los medios, pero a veces se escapan videos de esos que salen en youtube, se viralizan, y entonces algo hay que decir. Yo ya ví videos de bailes, balas de goma, gritos, patadas, empujones, viejos maltratados, y más, solo hay que buscar un poco. Y la represión en Penta. Se podría decir que son casos aislados pero ya ví unos cuantos, y estadística de esto no van a hacer seguramente...

          Cuando no hay reglamentos claros y un policía (bruto) tiene que decidir si alguien está sacando a pasear al perro o no, estamos listos. No me quiero cebar mucho, la realidad es que muchos no están capacitados para ejercer la autoridad en democracia. Y pasa lo que pasa, en todo el país. 

         Ahora, por otra parte, los policías (fuerzas de seguridad en general), están exceptuados de la cuarentena (no se aburren ni están encerrados en casa), y disponen de un poder adicional, que les da la posibilidad de ser un poco más autoritarios y discrecionales que en épocas democráticas normales. Si fuera por ellos que esto siga para siempre, no importa si la población, sobre todo la de las clases bajas, la población maltratada, los odia un poco más mientras pasa penuria.
          Consejo para los jóvenes: estudien, no sean policías. (pueden leer si quieren mi artículo sobre Chocobar, el héroe del gato y la ebria).



Qué terrible señora, ni se le ocurra salir:

          La policía a veces pega, los medios aterrorizan. Desfiles de distintos tipos de médicos mediáticos agoreros que nos instruyen sobre cómo limpiar los picaportes de las puertas, cómo sacarse los zapatos, o cosas así (ni se les ocurra garchar). Siempre las mismas caras, en distintos canales. Sin casi ninguna disidencia (por ahí barbijo sí o no, no mucho más), y si aparece alguno que disiente en algún punto más importante, rápidamene es radiado y no se lo ve más. 

            Estos médicos, que aspiran a sus quince minutos de fama, no son los que aplaudo día a día, los que trabajan en condiciones precarias y por ahí se infectan, estos son expertos en retar a la gente y poner cara de orto ante cualquier sugerencia de aflojar las restricciones. O ante cualquier consideración de tipo económico o social. Son solo médicos y propugnan el discurso médico, no se hacen cargo de nada más. Los cartoneros ya no salen porque el doctor Capuya o Santamarina los miran mal y dicen que no con la cabeza (es un chiste, los cartoneros que no pueden evitarlo salen igual, como mucho les pegará la policía).

          Por supuesto estos médicos mediáticos no vienen solos, van acompañados de algún Viale, Feinmann, Silvestre o similar que se encarga de mostrar ataúdes en distintas partes del mundo, número de muertos, y desdichas varias en otros lados. Cada uno desde su ideología, en atemorizar y mostrar ataúdes todos coinciden.

         Como siempre, hay que deconstruir un poco y tratar de poner en evidencia aquello que no se ve tanto. Esto es, en cuarentena, el encendido y el rating de todos estos canales (tambien de los canales de películas, es general) subió y mucho. La población cautiva y aislada no tiene otra que ver televisión. Lo que para nosotros es un aislamiento aburrido y angustiante (en el mejor de los casos, otros además se cagan de hambre) para ellos es un negocio. Además todos tienen, obligados por la pandemia y las campañas de prevencion , más pauta oficial. 

         Repito, esto es un negocio, a los medios les conviene que esto siga, y para eso la estrategia es amedrentar, atemorizar y aterrorizar. Va mucho más allá de informar o concientizar. Es mantener el negocio mientras se pueda. Como ya escribí alguna vez, es mejor ver en youtube RT, la DW o leer un libro, pero no es fácil evitar a Embón o a Baby.

Dominados por el miedo:

          Con policías que gozan con lo que hacen (por decirlo en forma graciosa) y medios que no tienen ningún apuro y meten miedo, quizás más que la policía, se crea un estado de cosas que los políticos aprovechan, más allá del partido que sean.

          Con gente aislada y atemorizada es más fácil gobernar, tanto el país, como CABA o cualquier provincia, peronista, radical, o pro. No estoy diciendo que las razones iniciales del aislamiento no hayan sido correctas o de buena fe (ver primer párrafo), digo que esta situación conviene a los políticos, es más fácil gobernar así. Otra vez trato de deconstruir y expresar lo que por ahora nadie expresa.

          Alberto Fernández (voy a centrarme en él pero podría ser Larreta también) con las medidas iniciales obtuvo una fuerte aprobación, y está bien, porque todo parece indicar que dieron resultado. El tema es la demora en flexibilizar, con el argumento de que es preferible que caiga diez puntos el PBI a que muera gente. Estaría bien si no fuera que una caida del PBI, con aumento de la pobreza e indigencia va a provocar que muera más gente. De otra cosa y no va a ser parte de ninguna curva, pero va a morir. O se cambiarán muertes por coronavirus por femicidios, que aumentan aunque lo oculten. 

          Es una cuestión de número de muertos... de todas formas, a un mes de cuarentena todavía le puedo conceder el argumento, pero con estas reservas. Si esto sigue ya no se si se lo concedo... porque la réplica a mi queja es que esto (bajar restricciones) favorece a las grandes empresas, y que la vida es más importante que las ganancias de las grandes empresas. Lo que se ve es que las grandes empresas hacen lo que se les canta (como Techint) y si pueden chorean (como Vicentín, que no va a ser estatizada como propuso alguno que no entiende que el peronismo no propone lucha de clases). Los que se joden son los chiquitos, las pymes, que como mínimo si no cierran van a quedar todas endeudadas con el sistema bancario (otro sector beneficiado que dice que da créditos pero en realidad no y se le caga de risa en la cara a Alberto).

          De este modo, como beneficio adicional, los gobiernos (para las provncias también vale) a partir de ahora tienen al coronavirus como el chivo expiatorio para cualquier cagada económica que se manden, además de Macri (gato). 

          Y si su imagen positiva se matiene, gracias al terror mediático-policial, mejor. Si fuera por ellos (nótese el plural, no es solo Alberto) y esto se mantuviera así, levantarían la cuarentena quince días antes de las elecciones de 2021..

          Pensemos por un momento qué estaríamos discutiendo si no hubiese pandemia: seguramente la pobreza, cómo distribuir mejor la riqueza, cómo hacer que paguen más impuestos los que más tienen, la ley de interrupción legal del embarazo, y cosas así...

          El gobierno también zafa de cualquier marcha de protesta para hacerle saber al presidente si está haciendo las cosas mal, como él mismo dijo... De todo esto zafó, y mientras dure la pandemia seguirá zafando.

          Toda esta escritura deficiente de los últimos párrafos es para decir que a los políticos (como a la policía y a los medios) también les conviene que esto siga.

          Lamento no terminar esta larga descripción con opinión con una conclusión educativa. El tiempo dirá si se sale de la cuarentena con orden o con quilombo. Lo cierto es que hay que salir... no sea cosa que la gente se empiece a juntar en las plazas con sus celulares grabando (un ciberpatrullaje aquí por favor)... o aunque esto no suceda, que haya tanto conflicto social que los muertos que se ahorraron con inteligencia los recuperen después por su ambición política.

          Por mi parte, es todo.

PD: hay policías buenos y bien formados, también hay medios que muestran un poco el otro lado (Crónica ponele) y habrá algún político honesto también...







jueves, 2 de abril de 2020

La tele-escuela


          El embole continúa, y poco a poco vamos atravesando el aislamiento preventivo obligatorio (cuarentena para los amigos) que si no pasa algo muy grave terminaría el 12 de abril.
          En realidad el embole no podría seguir mucho más sin romper gravemente la economía. Ya las empresas garcas de siempre (Techint, pero seguro hay otras) amenazan con suspender o despedir y comerciantes pillos (en general supermercados monopólicos, pero algunos chiquitos también) comienzan a aumentar los precios, total la gente tiene que comer y comprar cerca de casa...
          Por ahora no se arma bardo pero si sigue así no va a haber imagen positiva de Alberto que alcance para frenarlo . Cuanto antes empiece a funcionar de nuevo la economía mejor para todos. Entonces,  el 12 la cuarentena debería terminar.
          De este modo se ha instalado la dicotomía salud versus economía, dejando de lado otros temas como menos importantes, como el esparcimiento...


          O la educación. Y de esto voy a escribir.


          Desde sus primeros discursos pandémicos el presidente ya nos advertía que no tenía mucho apuro por reiniciar las clases. Por la dinámica escolar es improbable que alumnos de primaria o de secundaria puedan mantener el metro de distancia, y si bien los chicos no se enferman tanto, sí contagian. Hasta ahí puedo acordar. El problema es cuando empiezan las convenientes medias verdades y las mentiras.

          La principal media verdad (mentira) es que los alumnos están haciendo tareas que los profes y maestros les mandamos desde nuestras casas por internet. O que miran programas educativos. Una especie de educación a distancia pero obligatoria. Porque la educación primaria y secundaria en Argentina, son obligatorias y son un derecho, en cambio, la educación a distancia suele ser voluntaria. Yo llamo a esto la tele-escuela. Como el viejo programa telescuela técnica, pero con una e más y un guioncito.






          Es una ficción bien armada la tele-escuela. Un televidente que lo escucha a Alberto o a Trotta imagina docentes dando clases por videoconferencia mandando tareas por mail o por distintas plataformas que los alumnos realizan con ayuda de las familias, todo en un corto tiempo, reemplazando a la escuela presencial.

          No. No es así. Y no le atribuyo (por ahora) a las autoridades la intención de engañar. Una pandemia como esta no es algo previsible, provoca ansiedad y desasosiego (esta nota de una colega habla de eso entre otras cosas), así que no les atribuyo mala intención en la construcción de la ficción de la escuela a distancia (tele-escuela) por Classroom, por Edmodo o por videoconferencia usando el Zoom. Había que suspender las clases (era necesario) y había que intentar esto. Esa es la media verdad. La mentira es que se puede seguir con esto sin apuro o que la escuela por internet reemplaza a la escuela habitual.

          Aunque parezca mentira para algunos, la escuela física (el edificio, los bancos, las sillas, los libros) y el contacto humano docente-alumno en situación de enseñanza-aprendizaje no pueden sustituirse con una aplicación, o con un cuadernillo en formato pdf.

          La escuela física no se puede reemplazar a la larga y la ficción de la escuela a distancia (tele-escuela) no se sostiene. Es más, falla desde el arranque.

           Hago ahora la larga lista de condiciones que no se cumplen para que la ficción pueda volverse realidad.

    • Por empezar, es dudoso que todos los teledocentes tengan internet, wi-fi y una computadora o celular apropiado para enviar las tareas. El país no es CABA.
    • También está la posibilidad de que los teledocentes no tengan la formación necesaria. No es tan fácil el manejo de las plataformas educativas, y no se puede imponer por la fuerza.
    • Otro punto es que el teledocente no quiera ser tele. En una pandemia como esta la escuela a distancia solo se puede llevar a cabo mediante acuerdos y sugerencias. Es decir, no puede ser compulsivo, no hay teledirectores, el reglamento escolar no se me puede aplicar en mi casa. Yo no me niego, pero entendería perfectamente a un compañero docente que lo hiciera, por las razones que fuera. El estatuto del docente no prevee la tele-escuela.
    • También está el tema pedagógico. No todas las materias o temas se prestan a esta modalidad por igual. En matemática para avanzar hay que explicar, en química o física hay que experimentar. En educación física hay que jugar al vóley, en teatro hay que actuar. Y se necesita que el tipito o tipita que da clase esté ahí. Y también el alumno o alumna...
    • Lo mismo se aplica para los telealumnos. Todos los planes de entrega de computadoras fueron cortados por el gato Macri, hay muchos chicos que no tienen compu... o que no tienen wi fi... o celular … o datos.
    • Y aunque tuvieran computadoras o celular, es posible que algunos no sepan usarlos.
    • Finalmente, al igual que en la escuela física, es posible que los alumnos no quieran hacer nada y jugar a los jueguitos, o que hagan solo las materias que les gusta, en el mejor de los casos.

           Dejo acá la lista. Con estas condiciones materiales y pedagógicas que no se cumplen ya la ficción de la tele-escuela japonesa no se cumple. Y no menciono, por obvias, las condiciones económicas y sociales como el hacinamiento (hay chicos que no tienen una mesa para estudiar), la pobreza, el hambre, las adicciones y la violencia familiar, entre otras. Estas últimas son condiciones no inherentes al tele-estudio sino comunes. Sin embargo, para paliar o enfentar estos problemas, lleva la ventaja la escuela física. En la escuela tradicional, con edificio, directora. maestras y todo eso, hay espacios para estudiar y las diferencias sociales y problemas familiares o de adicciones se notan menos (y si se notan la escuela tiene herramientas para actuar), la escuela es un lugar de refugio. En el ámbito familiar, en una cuarentena, no hay refugio posible, los problemas se notan más y no hay herramientas, al menos desde la escuela.

           La escuela física da a cada alumno un espacio, en muchos casos da de comer, y presta atención a la vulneración de los derechos de los chicos (y trata de restituirlos). Además educa. No es poca cosa.

           Por eso me asusta y me preocupa cuando los funcionarios (Trotta, Alberto, y otros) declaran tan sueltos de cuerpo que no hay tanto apuro por reiniciar las clases, total, estudiamos desde casa...
           Desde casa se exacerban las diferencias, puedo imaginar que la ficción de la tele-escuela está más cerca de cumplirse en una escuela bilingüe privada que en una escuela pública en un barrio precario (pido perdón por estigmatizar pero creo que se entiende).

           La tele-escuela está bien para zafar un par de semanas... Si la suspensión de clases se va a extender hasta mayo no es tan grave pero si se va a extender hasta septiembre el ciclo 2020 se perdió. No hay telescuela que lo salve. El tiempo que se pasa en la escuela (física) es fundamental.

           La salud es recontraimportante (la curva parece que va bien). La economía también (aunque hay garcas y pillos y no va tan bien).

           Pero en un país que quiera futuro la educación es igual de importante.

           Empecemos las clases lo antes posible. Así como se hizo un costo - beneficio entre salud y economía habría que hacer un costo – beneficio entre salud, economía y educación. Lo más obvio que se me ocurre ahora es que si los padres van a volver a trabajar los chicos no van a poder quedar solos, la escuela también tiene una función social. Y el coronavirus no se va a ir nunca, y no se pueden suspender las clases para siempre. Por supuesto que habrá que tomar las precauciones necesarias.

           De algo estoy seguro, perder el año no es una opción (o juntar 2020 con 2021 que vaya a saber uno qué quiere decir). La tele-escuela a la corta es un interesante recurso, a la larga es un verso, y exacerba las diferencias, en el mal sentido.

           Es todo.


PD2: La foto es de cuando Casero todavía era re-piola.
PD3: Alberto llamó tonto al surfer pero a Paolo Rocca no... sí, no tiene nada que ver, ya me voy...