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jueves, 2 de abril de 2020

La tele-escuela


          El embole continúa, y poco a poco vamos atravesando el aislamiento preventivo obligatorio (cuarentena para los amigos) que si no pasa algo muy grave terminaría el 12 de abril.
          En realidad el embole no podría seguir mucho más sin romper gravemente la economía. Ya las empresas garcas de siempre (Techint, pero seguro hay otras) amenazan con suspender o despedir y comerciantes pillos (en general supermercados monopólicos, pero algunos chiquitos también) comienzan a aumentar los precios, total la gente tiene que comer y comprar cerca de casa...
          Por ahora no se arma bardo pero si sigue así no va a haber imagen positiva de Alberto que alcance para frenarlo . Cuanto antes empiece a funcionar de nuevo la economía mejor para todos. Entonces,  el 12 la cuarentena debería terminar.
          De este modo se ha instalado la dicotomía salud versus economía, dejando de lado otros temas como menos importantes, como el esparcimiento...


          O la educación. Y de esto voy a escribir.


          Desde sus primeros discursos pandémicos el presidente ya nos advertía que no tenía mucho apuro por reiniciar las clases. Por la dinámica escolar es improbable que alumnos de primaria o de secundaria puedan mantener el metro de distancia, y si bien los chicos no se enferman tanto, sí contagian. Hasta ahí puedo acordar. El problema es cuando empiezan las convenientes medias verdades y las mentiras.

          La principal media verdad (mentira) es que los alumnos están haciendo tareas que los profes y maestros les mandamos desde nuestras casas por internet. O que miran programas educativos. Una especie de educación a distancia pero obligatoria. Porque la educación primaria y secundaria en Argentina, son obligatorias y son un derecho, en cambio, la educación a distancia suele ser voluntaria. Yo llamo a esto la tele-escuela. Como el viejo programa telescuela técnica, pero con una e más y un guioncito.






          Es una ficción bien armada la tele-escuela. Un televidente que lo escucha a Alberto o a Trotta imagina docentes dando clases por videoconferencia mandando tareas por mail o por distintas plataformas que los alumnos realizan con ayuda de las familias, todo en un corto tiempo, reemplazando a la escuela presencial.

          No. No es así. Y no le atribuyo (por ahora) a las autoridades la intención de engañar. Una pandemia como esta no es algo previsible, provoca ansiedad y desasosiego (esta nota de una colega habla de eso entre otras cosas), así que no les atribuyo mala intención en la construcción de la ficción de la escuela a distancia (tele-escuela) por Classroom, por Edmodo o por videoconferencia usando el Zoom. Había que suspender las clases (era necesario) y había que intentar esto. Esa es la media verdad. La mentira es que se puede seguir con esto sin apuro o que la escuela por internet reemplaza a la escuela habitual.

          Aunque parezca mentira para algunos, la escuela física (el edificio, los bancos, las sillas, los libros) y el contacto humano docente-alumno en situación de enseñanza-aprendizaje no pueden sustituirse con una aplicación, o con un cuadernillo en formato pdf.

          La escuela física no se puede reemplazar a la larga y la ficción de la escuela a distancia (tele-escuela) no se sostiene. Es más, falla desde el arranque.

           Hago ahora la larga lista de condiciones que no se cumplen para que la ficción pueda volverse realidad.

    • Por empezar, es dudoso que todos los teledocentes tengan internet, wi-fi y una computadora o celular apropiado para enviar las tareas. El país no es CABA.
    • También está la posibilidad de que los teledocentes no tengan la formación necesaria. No es tan fácil el manejo de las plataformas educativas, y no se puede imponer por la fuerza.
    • Otro punto es que el teledocente no quiera ser tele. En una pandemia como esta la escuela a distancia solo se puede llevar a cabo mediante acuerdos y sugerencias. Es decir, no puede ser compulsivo, no hay teledirectores, el reglamento escolar no se me puede aplicar en mi casa. Yo no me niego, pero entendería perfectamente a un compañero docente que lo hiciera, por las razones que fuera. El estatuto del docente no prevee la tele-escuela.
    • También está el tema pedagógico. No todas las materias o temas se prestan a esta modalidad por igual. En matemática para avanzar hay que explicar, en química o física hay que experimentar. En educación física hay que jugar al vóley, en teatro hay que actuar. Y se necesita que el tipito o tipita que da clase esté ahí. Y también el alumno o alumna...
    • Lo mismo se aplica para los telealumnos. Todos los planes de entrega de computadoras fueron cortados por el gato Macri, hay muchos chicos que no tienen compu... o que no tienen wi fi... o celular … o datos.
    • Y aunque tuvieran computadoras o celular, es posible que algunos no sepan usarlos.
    • Finalmente, al igual que en la escuela física, es posible que los alumnos no quieran hacer nada y jugar a los jueguitos, o que hagan solo las materias que les gusta, en el mejor de los casos.

           Dejo acá la lista. Con estas condiciones materiales y pedagógicas que no se cumplen ya la ficción de la tele-escuela japonesa no se cumple. Y no menciono, por obvias, las condiciones económicas y sociales como el hacinamiento (hay chicos que no tienen una mesa para estudiar), la pobreza, el hambre, las adicciones y la violencia familiar, entre otras. Estas últimas son condiciones no inherentes al tele-estudio sino comunes. Sin embargo, para paliar o enfentar estos problemas, lleva la ventaja la escuela física. En la escuela tradicional, con edificio, directora. maestras y todo eso, hay espacios para estudiar y las diferencias sociales y problemas familiares o de adicciones se notan menos (y si se notan la escuela tiene herramientas para actuar), la escuela es un lugar de refugio. En el ámbito familiar, en una cuarentena, no hay refugio posible, los problemas se notan más y no hay herramientas, al menos desde la escuela.

           La escuela física da a cada alumno un espacio, en muchos casos da de comer, y presta atención a la vulneración de los derechos de los chicos (y trata de restituirlos). Además educa. No es poca cosa.

           Por eso me asusta y me preocupa cuando los funcionarios (Trotta, Alberto, y otros) declaran tan sueltos de cuerpo que no hay tanto apuro por reiniciar las clases, total, estudiamos desde casa...
           Desde casa se exacerban las diferencias, puedo imaginar que la ficción de la tele-escuela está más cerca de cumplirse en una escuela bilingüe privada que en una escuela pública en un barrio precario (pido perdón por estigmatizar pero creo que se entiende).

           La tele-escuela está bien para zafar un par de semanas... Si la suspensión de clases se va a extender hasta mayo no es tan grave pero si se va a extender hasta septiembre el ciclo 2020 se perdió. No hay telescuela que lo salve. El tiempo que se pasa en la escuela (física) es fundamental.

           La salud es recontraimportante (la curva parece que va bien). La economía también (aunque hay garcas y pillos y no va tan bien).

           Pero en un país que quiera futuro la educación es igual de importante.

           Empecemos las clases lo antes posible. Así como se hizo un costo - beneficio entre salud y economía habría que hacer un costo – beneficio entre salud, economía y educación. Lo más obvio que se me ocurre ahora es que si los padres van a volver a trabajar los chicos no van a poder quedar solos, la escuela también tiene una función social. Y el coronavirus no se va a ir nunca, y no se pueden suspender las clases para siempre. Por supuesto que habrá que tomar las precauciones necesarias.

           De algo estoy seguro, perder el año no es una opción (o juntar 2020 con 2021 que vaya a saber uno qué quiere decir). La tele-escuela a la corta es un interesante recurso, a la larga es un verso, y exacerba las diferencias, en el mal sentido.

           Es todo.


PD2: La foto es de cuando Casero todavía era re-piola.
PD3: Alberto llamó tonto al surfer pero a Paolo Rocca no... sí, no tiene nada que ver, ya me voy...


viernes, 4 de mayo de 2018

El Otro es idiota (o las virtudes de la empatía)


       Pasó abril. Y la verdad, cuando uno no tiene tema o no se le ocurre nada, lo mejor es no escribir nada, que blogueros que escriben huevadas hay a montones y trato de no ser uno de ellos.
      En lo personal, y siguiendo la tradición de los distintos gobiernos, a los docentes nos siguen pagando mierda y tratándonos en el mismo sentido. La responsabilidad es nuestra que no tomamos la docencia como el sacrificio vocacional que es. O que no nos casamos con un abogado. O que no tomamos cinco cargos. Pero ya escribí bastante sobre esto.

       Sobre el dólar, no voy a escribir mucho. Nada más ajeno a la docencia que la cotización del dólar. Habrá garcas empresarios que se beneficien con la suba del dólar y giles (nosotros) que se perjudiquen. Habrá garcas periodistas o garcas economistas que nos expliquen la razonabilidad de la situación, que en realidad (tratarán de convencernos) es exitosa. Y a los giles (nosotros) nos parecerá una vez más que nos están cagando desde arriba de un elefante. Como siempre.
       Pero vamos al tema de la nota. Me interesa escribir esta vez, ya que aún estamos relativamente lejos de las elecciones, sobre la otredad y la idiotez. El otro es idiota.
       Es lo que nos va legando la grieta. La idea de que el otro, el diverso, el que no piensa como yo, es un idiota.



       Van ejemplos. En algunos estoy yo...

       Empiezo.

       Los que apoyan a Cristina son chorros o son idiotas. Son militontos, están adoctrinados por 678 y no quieren laburar. Solo quieren planes y fútbol gratis. Son negros cabeza fácilmente manejables (e idiotas). Y los que no lo son, afanaron. Por las dudas aclaro, es posible que alguno se haya llevado algo, pero eso lo debería decir la justicia (risas). Porque el poder judicial no es precisamente idiota, es una corporación que hará lo que más conviene a sus intereses. Los simples humanos de a pie nunca sabremos si Cris se enriqueció ilícitamente o le hicieron una cama. A mí actualmente me parece que las dos cosas, pero no se nada que otros no sepan ni que pueda tomarse como prueba, simplemente, como toda la gilada, me informo, escucho los dos relatos y en este momento los valoro de esta manera. Espero no ser considerado idiota por alguna de las dos facciones. 
      Para finalizar esta parte, es imposible zanjar aunque sea un poquito la brecha mientras no vayamos más allá de considerar un idiota manejable a un tipo que cobra un plan, quiere fútbol gratis o milita en la Cámpora. Quizás el análisis debería ir más allá y preguntarse (por ejemplo) por las historias de vida de los negros vagos (idiotas) que idolatran a Néstor o a Cristina. Y empatizar con un tipo que por ahí pasó por un sistema educativo de mierda y que no supo nunca lo que es un trabajo en blanco (por dar un ejemplo). Y que Cris y Néstor, si bien no resolvieron el problema estructural para que al tipo le vaya mejor, al menos le dieron algo, se acordaron de él (un plan, fútbol gratis, algo). No hace falta estar de acuerdo con el kirchnerismo. Un poco de empatía con el tipo es lo que hace falta, nada más.

       Sigo.

      Los votantes de Macri (gato) son garcas o son idiotas. Aclaro que no está mal que un garca apoye al gobierno. Después de todo, a mi juicio este es un proyecto conservador neoliberal que vela por los intereses de los garcas. Yo si fuera garca, los votaría. El problema es caracterizar a los ciudadanos de clase media, media-baja y baja que votaron esto como idiotas. Quizás no sean estrictamente idiotas, quizás fueron legítimamente engañados por Durán Barba y su pandilla de lanatas, lajes, fantinos y majules para votar un proyecto que está claramente en contra de sus intereses de clase, y ahora no se les hace fácil reconocer que fueron engañados (esto nunca es fácil)... ¿Alguien piensa que llamándolos idiotas tres veces por minuto estos ciudadanos van a analizar siquiera cambiar su voto? Porque si no queremos repartir los fusiles y hacer una revolución (yo por lo menos no quiero eso), la mejor forma para correr al gato es que parte de esta gente cambie su voto... y eso no se va a lograr refregándoles en la cara lo idiota que fueron. En un sentido distinto quizás, pero acá también haría falta un poco de empatía.

       Así que finalmente llegamos a un punto en común. Hace falta un poco de empatía con el otro y no tratarlo de idiota.
       Entonces, en lugar de internarse en la guerra de memes y de trolls en las redes sociales (o en discusiones en los asados) en la que cada bando trata de pelotudo, idiota, sin valores, autoritario, chorro, o lo que sea, al otro bando, más valdría tratar de empatizar un poco con el otro. Y eso es realmente difícil.

       Porque no es cuestión de empatizar con el que piensa más o menos como nosotros. Eso sería muy fácil. En realidad hay una escala de dificultad en el arte de empatizar, que varía con cada persona. En mi caso, por ejemplo, empatizo muy fácilmente con seguidores de Zamora, del FIT, o de la izquierda en general. Me cuesta más empatizar con los peronistas, ya sean K o no y con los radicales alfonsinistas. Y tengo que hacer un gran esfuerzo para intentar empatizar y ponerme en el lugar de un macrista no-garca, ese que fue un poco engañado y que creyó que iba a mejorar la república y que él no iba a perder nada, y que por ahí todavía hoy se cree parte de eso. Peor aún es intentar empatizar con la derecha patriótica, macrista o no.
      Hay por último algún lugar donde ninguna empatía es posible, en mi caso no podría empatizar con un genocida, pero no lo llamaría idiota, lo llamaría hijo de puta.

       Como consecuencia, salvando el último caso, si haciendo un esfuerzo dejamos de tratar de idiota al que piensa otra cosa, quizás, con algo de suerte, obtengamos algún tipo de reconocimiento. Por ejemplo, que alguien que votó al macrismo reconozca que le mintieron y que el tarifazo le rompió el culo, o que este gobierno cuando termine (y la justicia se les de vuelta) va a tener más o menos los mismos casos de corrupción que el anterior. O más sencillamente, que los garcas gobiernan para los garcas, que son el 2% de la población, y que el 98% restante suele pasar grandes penurias durante un gobierno garca como este.
      O que un kirchnerista reconozca que mentían las estadísticas, que de la sintonía fina en adelante las cosas ya no fueron bien, que no todo es culpa de Lanata o de Magnetto (alto garca), que hicieron todo lo posible para que a Scioli le vaya mal (y lo lograron) y que tomaron un montón de medidas de mala leche a último momento para complicar al gato (cosa que el gato aprovechó y todavía sigue con la pesada herencia).

       Así que con la cuestión de la empatía me aproveché y repartí (empatía, digamos) para los dos bandos. Empatizar no significa fingir estar de acuerdo, creo que eso está claro...
      Ya me veo venir la réplica, que los zurdos somos cinco y hay seis partidos, que hay que votar al menos malo, que el voto en blanco es caca y todo eso. Y aceptaré las críticas y las discutiré, mientras note que hay cierta empatía para conmigo (y sinmigo).

       Entonces... no me traten de idiota.

       La forma (a mi entender) de salir de esta grieta absurda es, a la corta, con un poco de empatía.
      Y a la larga, la forma de dejar de votar sistemáticamente a tipos (y tipas) que nos cagan es, por supuesto, con educación.

       Es todo.


       PD1: últimas noticias... el gobierno subió la tasa de interés al 855000% para que los garcas no compren dólares. En quince días seguramente volverá a subir el dólar. Además la revista garca Forbes aconseja a los inversores rajar de la Argentina... creo que en un par de meses va a hacer falta mucha empatía (y quizás un helicóptero)... y por si fuera poco volvió Cavallo...

      PD2: hagan click en las publicidades, compartan en las redes y comenten... detrás de mi fingida empatía está el intento (por supuesto) de dominar el mundo...


viernes, 26 de enero de 2018

Otra vez arroz.


           Hace ya más de un año que escribo estas notas, más o menos una por mes, así que además de soplar la velita, van dos metacomentarios, uno desde la producción de las entradas y otro desde los reconocimientos de mis lectores.
            El primero de ellos se refiere a que cuando cuando inicié estas publicaciones, pensé que no había (en principio) ningún límite en lo temático para escribir más que el que me impone mi buena conciencia. Así, mi proyecto inicial contemplaba notas de educación, política, sindicalismo, publicidad, ateísmo, fútbol, feminismo, vegetarianismo, veganismo, ajedrez, go, inteligencia artificial, defensa del consumidor, filosofía... casi sobre todo. Y realmente se puede (puedo) escribir sobre casi todo eso. Sin embargo, hay temas sobre los cuales me sale más escribir (educación, política, sindicalismo y ateísmo) y otros con los que por ahora no me animo tanto. Prometo en un futuro intentar...

           En este contexto, va el segundo metacomentario, el que da cuenta de los reconocimientos. En este sentido, los sufridos lectores que leen mis notas dan preferencia a aquellas que están relacionadas con la docencia, tanto en número de lecturas como en los comentarios escritos (pocos) y orales que me hacen. En menor medida son leídos los artículos políticos. De las cinco entradas más leídas tres son sobre docencia (uno dos y tres), una es sobre ateísmo y una (recién en quinto lugar) es sobre cuestiones políticas.

           Así que si hubiera que congeniar los temas con los que me siento más cómodo escribiendo con los que son más leídos y comentados, este blog debería estar mayormente referido a la educación con algún arrebato ateo cada tanto.

           De todos modos, las entradas de educación y docencia no están desligadas de la cuestión política. Congeniemos, entonces...



          Alguno dirá que estamos en enero, en vacaciones (en mi casa pero vacaciones al fin) y es muy temprano para empezar a discutir y cuestionar... dicho de otro modo, a romper las pelotas. Y el argumento sería atendible si no fuera porque el vago que tenemos de presidente (que sí se va de vacaciones bastantes días al año) firmó en enero un DNU (decreto de necesidad y urgencia) que altera la paritaria nacional docente.
           Y la altera sobre todo en dos cuestiones. La primera, se le quita a CTERA representación en la paritaria, es decir, la representación deja de ser proporcional al número de afiliados y pasa a ser de un representante por sindicato (esto perjudica a CTERA que es la principal agrupación de docentes del país). Por si fuera poco, limita la paritaria nacional a temas no salariales y establece el salario básico docente a un 20% más que el salario mínimo vital y móvil. Lo que sea por encima de ese valor (miserable) debe negociarse por provincia y no ya en la paritaria nacional.

           Es claro que más allá de que a los ojos inexpertos el decreto parece claramente inconstitucional (modifica la Ley de financiamiento educativo, una ley que establece que el salario mínimo docente se negocia en paritaria y un decreto no puede modificar una ley) y de los reclamos ya iniciados ante la OIT, los dos puntos principales del decreto perjudican a los docentes, en especial a los de las provincias desfavorecidas (Formosa, Chaco, y Jujuy por nombrar algunas). Estas provincias están jodidas. En general los docentes están (estamos) jodidos pero los de estas provincias lo están en un grado mayor.

           Entonces, sin ser adivinos ya podemos decir que los gremios docentes van a negociar separadamente (por provincia) y seguramente a nivel nacional comenzaremos con marchas y paros, con el maltrato y bardeo clásico a los docentes de los distintos medios y opinadores, muchas fotos de Baradel comiendo tallarines y viejas enojadas porque esto con los militares no pasaba...
           Al mismo tiempo, a nivel provincial, las provincias irán arreglando una a una, a la baja con la inflación (quizás con la excepción de San Luis). Habrá paros y marchas, esta vez provinciales, y las clases comenzarán, unos días después en CABA o en provncia de Buenos Aires, o unos meses después, en Formosa o Santa Cruz (todo esto lo adivino, en mayo veremos si acerté o no).

           Los discursos se repetirán. Nos dirán que los chicos no tienen la culpa, amenazarán con descontar, sancionar o con poner a dar clases a los gendarmes, insistirán con que la docencia es un servicio vocacional, que un docente que se precie trabaja por amor y no necesita comer, que si lo que quieren es ganar bien que trabajen de otra cosa, que los docentes son todos K (esto en particular es mentira, muchísimos docentes votaron a Macri (gato) y ahora se quieren cortar las bolas), que no están capacitados, y hasta quizás nos apaleen, nos tiren gases o maten a alguno en alguna marcha...

           Repito una vez más (van varias). Macri (gato) podrá ser un vago en su trabajo de presidente, pero eso no quita que, junto con el hato de ladrones que lo acompañan, sean garcas, y por lo tanto, hagan las cosas que habitualmente hacen los garcas. En el caso de la educación, menoscabarla, denigrarla y en un futuro no muy lejano destruirla. Un pueblo educado es peligroso para los garcas.

           No se les puede pedir a los garcas que no sean garcas, ser garca es su razón de ser. Es muy claro que en estos últimos dos años a casi nadie le fue bien... excepto a los garcas. Por eso no hay que votar garcas. Y la forma de no votar garcas es siendo un pueblo informado, que no se deja engañar y manipular por grietas mediáticas. Y que puede ver lo bueno y lo malo de cada gobierno, tomar postura y sacar conclusiones sin arruinar los asados o cagarse a tiros. Sin realismo mágico. Con racionalidad y educación...

           Por eso un pueblo educado es peligroso para un gobierno garca (con muy pocas cosas buenas) y por eso en consecuencia es lógico intentar destruir la educación...


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           Los razonamientos se repiten y se empiezan a volver cíclicos, esto ocurre porque el problema de la educación en Argentina es cíclico... pasan años, décadas y gobiernos, y siempre discutimos lo mismo...

           Sólo hay una forma de cerrar este artículo que reflexiona sobre lo cíclico... y es con el título...



Otra vez arroz.


PD: el que no comenta es un garca...



viernes, 31 de marzo de 2017

Sin solución (dos veces).




            El conflicto docente no tiene solución. Ni en el plano material ni en el simbólico. Lo material es simple, casi tonto. Los docentes de la Provincia de Buenos Aires (también los de CABA, y los de casi todas las provincias, pero tomo provincia de Buenos Aires, que es la que más docentes tiene) piden un 35% de aumento, 25 % por la inflación de este año y 10% para recuperar lo perdido en el 2016. El gobierno ofrece 19 % en tres cuotas y una escasa suma fija.

            Nadie cede un ápice en sus posiciones, los docentes porque quieren volver a las gloriosas épocas de la gestión Scioli y recuperar el poder de compra de su sueldo que ya era miserable. El gobierno, porque hay orden de Macri (gato) de no dar más del 18 o 19 % para forzar a la inflación a bajar. Si la gente (todos, no solo docentes), tiene menos plata en el bolsillo, los precios deberían bajar o no subir tanto…

            Es un poco ingenuo el plan. En un país en que no se regula nada, con estado ausente, corrupto o mafioso, manda la ley de la selva, son todos garcas, los precios suben igual, y lo que termina sucediendo es que la gente gasta menos, no gasta o no come, según el caso. Hay docentes que no llegan a fin de mes.

Además, si se les concede a los docentes mantener el poder de compra de su triste salario, después los policías, los enfermeros, los metalúrgicos, los taxistas, más en general la chusma, va a querer un aumento similar…

 En resumen, el reclamo es justo, solo que por razones macroeconómicas no le van a dar pelota.

            ¿Cómo hacer para no darle pelota a un reclamo justo y pedalearla? (pedalearla es un verbo bien Pro).

            Lo logran (intentan lograrlo) instalando y exacerbando el conflicto simbólico. Si un trabajador (de la educación) tiene que protestar por su sueldo misérrimo, lo natural es hacer paro. Hay otras posibilidades, como protestas o marchas, pero ante un gobierno inflexible, el paro termina siendo la opción más utilizada…

            Y así comienza el ataque. De los majules, los lajes, los montenegros, los castros, los viloutas… de los Clarines, Américas, Nueves y Telefés, casi todos… porque incluso quienes defienden a los docentes (C5N, quizás Crónica y no muchos más) no resisten el archivo de sus propias opiniones cuando el paro se lo hacían a Scioli.

            De este modo los docentes:
             -Toman de rehenes a los chicos y provocan un perjuicio económico o molestias a los padres, que no tienen donde dejarlos. Los chicos “se dejan” en la escuela… además hay consenso político de los últimos gobiernos acerca de que los docentes trabajan cuatro horas, tienen trabajo estable y tres meses de vacaciones.
            - Son vagos y no se capacitan, por eso nos va tan mal en matemática o lengua y estamos en el 4456° lugar en el mundo… los docentes deberían agradecer que se les paga algo, manga de vagos… y pobre de aquel niño que deba caer en la escuela pública… deberíamos copiar a los chilenos, a esos sí que les va bien…
            - Por si fuera poco, faltan. Se les ocurre tener hijos, ascender o enfermarse. Abusan, se quedan sin voz o enloquecen a propósito, para seguir estafando al ciudadano que les paga el sueldo.
            - Lo del salario oprobioso no es tan grave. Si quieren mejorar su sueldo pueden juntar más de un cargo (cinco por ejemplo, trabajando de madrugada) o tener otro sueldo en la familia. Las maestras que agradezcan que se les paga por hacer algo que les gusta y si quieren plata que se casen con un abogado.
            - Además Baradel es barbudo, sucio, piojoso y viaja seguido (no voy a defender a Baradel, pero es obvio que solo representa a un sector de un gremio, y hasta mayo).
- Es todo política, son todos kirchneristas, son destituyentes, y si alguno no lo es, que se joda por estar en malas compañías, como la mayoría de los 70000 o 150000 que fueron a las marchas. Y hubo uno que le dibujó un helicóptero a un guardapolvo, vean cómo son.

            Y así siguen. Enlodan y menoscaban una profesión que cada vez menos eligen y que es esencial para que un país crezca. Lloran como cocodrilos cada vez que están en campaña, dicen que los maestros deberían ganar cuarenta lucas, y después se vuelven responsables y ofrecen sueldos promedio de quince. Porque la culpa, todos lo sabemos, es de otro.  
           

            Quizás lo material se resuelva. Mi ánimo de izquierda me dice que esto se resuelve con hambre, goma, balazos y muertes, pero sinceramente espero que no sea así. Los paros son muy seguidos, la hiena Vidal amenaza con descuentos y propone bonos pro – carneros, la adhesión decrece, pero ya no se llega ni al veinticinco del mes. La rata Larreta sigue a la hiena, y aunque podría resolver su conflicto (tiene recursos) no lo hace por solidaridad, o simplemente porque es garca. El garca mayor, Macri (gato) se escandaliza y le pregunta a Durán Barba qué hacer… por empezar podría saber cuánto gana un jubilado, digo yo…

            Pero si lo material se resuelve, todavía queda lo otro, lo simbólico. En estos meses, (y seguirá pasando cada vez que pidamos algo) a los docentes nos han insultado, menoscabado, ninguneado, bardeado, despreciado, y muchas cosas (malas) terminadas en ado.
            Y de eso no se vuelve.
            El sueldo podrá mejorar, no con Macri (gato), por cierto, pero los docentes tenemos memoria, no nos olvidamos. O por lo menos yo no me olvido.

            De los majules, los lajes, los montenegros, los castros, los viloutas… ni de los Clarines, los Telefés, los Nueves o los Américas… de todos los que boquearon…

            Porque de los hijos de puta no hay que olvidarse.

            Y solo me queda pedir disculpas porque no encontré el modo de incluir a Esteban Bullrich (el Bullrich sobrio) en esta nota. Creo que es ministro de educación o algo así y es un garca, pero quién en este gobierno no lo es…

            Es todo.
             

martes, 3 de enero de 2017

Cerrando notas

        
            Macri se puso ocho...



            Bien, dado que soy un pobre docente en enero y no me voy, ni tengo la más remota chance de irme de vacaciones a ningún lado, como hace ya cinco años; voy a aprovechar este resentimiento post-fiestas para hacer un pequeño resumen de este primer año de Macri y ver si yo también le pongo un ocho… 
            No, no me lo creo ni yo, alumno Macri tiene un cuatro y el último gobierno de Cris un tres. La ventaja que tiene ese tres es que ya no puede empeorar, en cambio el cuatro de acá al 2019 puede bajar. Así que los kirchneristas no se quejen, quizás finalmente el gobierno actual resulte ser peor.

            No hubo gobiernos de ocho desde que volvió la democracia… los viejos hablan de Illa, y leyendo parece que fue una buena presidencia, pero con el peronismo proscripto me parece que no cuenta (además no terminó). El primer gobierno de Perón tampoco cuenta por su evidente autoritarismo, más allá de las conquistas sociales que reconozco. De todos modos son la prehistoria, no viví ninguno de los dos gobiernos.
            Así que presidencias de ocho, a mi modesto (y resentido) juicio, no hay. ¿Habrá años de ocho?

            Seamos buenos y condescendientes y digamos alguno (de los que viví y experimenté). Ocho para los primeros dos años de Alfonsín, cuando todavía la economía no había colapsado y los peronistas estaban tranquilos, y ocho para los dos primeros años de Néstor, cuando llamaba al diálogo y todavía había ilusiones y no grietas… y no se afanaba visiblemente, claro…

            Dos ochos siendo tolerantes. Ningún ocho más. Ninguno.

            Pero este no es un análisis de los últimos treinta años, pretende ser un punteo del 2016. Punteo subjetivo (no hay otra posibilidad) en el que voy a indicar la medida de gobierno o el área de gestión, y entre paréntesis la evaluación, buena o mala. Empecemos:

            Salida del cepo (era insostenible, bien)
            Regularización del INDEC (bien, ya no somos Alemania, pero está bien)
            Arreglo con los buitres (coherente con un gobierno garca, no se si estoy de acuerdo pero digamos que bien por la coherencia).
            Privilegios a mineras, sojeras, economías regionales (no se, regular, se verá, aún no se tradujo en nada para el 95 por ciento de la población no beneficiada)
            Educación (mal, sueldos y condiciones miserables, ver artículo anterior o ingresar un rato a cualquier escuela pública de Moreno, por decir algún lugar, para confirmarlo)
            Salud (mal, en este caso se puede visitar el Posadas, el Carrillo, o levantarse a las tres de la mañana para sacar turno de algo en el Santojanni, por ejemplo). En los dos últimos ejemplos rescato a docentes y personal de la salud, obviamente no es su responsabilidad.
            Pobreza (ahora se mide, se ha sincerado… mal, manga de garcas, mal, mantienen los planes para que no haya bardo y nada más)
            Tarifas, ganancias, nombramiento de jueces (pobichitos, están aprendiendo, no saben el procedimiento… mal).
            Seguridad, narcotráfico (dependen de la pobreza, pero mal, no hay prevención, los policías cada vez son más corruptos y están peor formados… es lógico, así como el Bullrich sobrio es contador y no sabe de educación, la piba no sabe de seguridad).
            Trabajo digno, vivienda (no saben qué es eso, y por las dudas, los que estaban antes tampoco).
            Medios públicos (mejoraron, pero era imposible no mejorar, regular).
            Ciencia y Tecnología (mal, por supuesto, para los CEOS es un gasto supérfluo).
            Impuestos (a los giles el IVA, claro, mal, ni los doscientos pesos del débito nos dejan).
            Corrupción (no se, habrá que esperar al próximo gobierno para enterarnos cuánto están afanando ahora).
            Justicia (otro ítem que no puede empeorar… regular)
           

Y paro acá. No menciono la gestión de Bergman en medio ambiente porque no tengo ni idea de qué podría estar haciendo Bergman en medio ambiente. Tampoco escribo sobre el fútbol (gasto que sí es superfluo, aunque no lo es la promoción de los deportes en general). Y la iglesia mierdosa y reaccionaria (con Bergoglio incluido) la dejo para otro artículo…
Por si fuera poco este año hay elecciones. Yo no me presento a nada (la política es para los que tienen plata y tiempo y yo no tengo ninguno de los dos), y siempre termino votando a algún partido que saca el cinco por ciento (con suerte), para burla de mis familiares, conocidos y amigos. Pero sí se algo. No se puede esperar nada bueno en un país en el que se votan candidatos reconocidamente chorros o garcas. De ahora o de antes. Y ya van varias veces que pasa.



Como dijo el Sr. Burns… me quedo con mi cinco por ciento.

Es todo.


PD: Sean buenos y comenten...