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martes, 13 de febrero de 2018

¿Querés ser policía? (Yo no)



           ¿Querés ser policía, querés ser policía, querés ser policía?... yo no...

           Así dice la canción de Todos tus muertos, grupo punk argentino ya un poco añejo.
           Otra canción, más o menos de la misma época pero del grupo punk 2 Minutos reza así: “Ya no sos igual... ya no sos igual... sos un vi-gi-lante de la Federal..."
           Hay otras, Pensé que se trataba de cieguitos del grupo Los Twist (es de los 80 y está más asociada a los grupos de tareas de la dictadura genocida) o Droop de LMF, mucho más actual (¡contra la pared!). Y hay más pero esta entrada no es de música...

          ¿A qué viene este arrebato antipolicial? Al caso Chocobar, por supuesto...

           Trato de explicarlo para un ecuatoriano o peruano (supongamos) que ya no entiende qué carajos pasa en Argentina:
           En Argentina hay hambre, necesidades básicas insatisfechas, desigualdad, marginalidad y narcotráfico. Ni vale la pena discutir si los pobres en Argentina son el 33% , el 30 % o el 28 %. Son muchos, y muchos de ellos son jóvenes y chicos. Y en su mayoría (ver las númerosas entradas sobre la cuestión educativa y docente en este mismo blog) van a seguir así, porque no tienen una buena formación y no tienen futuro. Porque las políticas que ejecutan los gobiernos que votamos tienen consecuencias (malas casi siempre)...

          Dentro de este contexto de hambre, marginalidad y miseria, algunos se la aguantan y se mueren sin protestar, otros resisten y tratan de lucharla... y entre estos últimos algunos (una minoría) se dedican al delito (sin juzgar demasiado por lo menos una mala elección, sería mejor ir a la escuela). Robos, hurtos, homicidios, narcotráfico pueblan las calles, y la mayoría son llevados a cabo por jóvenes y niños... los pibes chorros que les dicen. No hay día en que un par de estos casos no salgan en las noticias que nos proporcionan los medios cómplices. Hasta acá no escribí nada que un ecuatoriano no pueda entender.

          Y un buen día nos enteramos que un grupo de delincuentes acuchilló a un turista norteamericano para robarle su cámara fotográfica. El turista estuvo internado un buen tiempo en el hospital y zafó de milagro... bueno, no de milagro, zafó gracias a la pericia de los médicos que lo atendieron... pero se entiende lo que quise escribir... Y en el evento, un pibe del grupo de los asaltantes murió. Juan Pablo Kukoc se llamaba. El policía, el asesino que lo mató, se llama Luis Chocobar...

           Para resumir, hubo un intento de robo, un turista fue herido gravemente, y en la persecución de los delincuentes uno de ellos fue muerto por un policía de civil (Chocobar) que estaba cerca del lugar del hecho. Kukoc no fue el que hirió con arma blanca al turista, solo se limitaba a escapar. Y en el video se ve claramente que le dispararon por la espalda, es decir, no representaba ya ninguna amenaza (la cámara fotográfica motivo del robo había sido recuperada en la fuga).

          No soy abogado pero es claro que no es legítima defensa, Juan Pablo no era amenaza para nadie, y dispararle por la espalda no fue un medio proporcional a la agresión. El policía, si hubiera querido hacer algo, debió haberlo corrido e detenido (por otra parte, si hubiera que dispararle por la espalda a cada ladrón el gobierno quedaría acéfalo).
           Esto también lo entiende un ecuatoriano, un peruano o un yanqui. En efecto, hay excesos policiales en todos los países y todos tienen reglamentado qué se considera legítima defensa o un accionar policial válido. Lo que cabría esperar dado el hecho es una investigación judicial y una posible condena (y sanción) al policía, quizás con atenuantes por la situación... pero es evidente que el policía se excedió. Hace poco, con Prefectura como protagonista, se mató a un manifestante por la espalda en Neuquén.

           Y acá viene lo que sólo sucede en Argentina. Nuestro presidente Macri (gato) y la ministra de seguridad Termidor Bullrich no solo se inmiscuyen con el poder judicial y opinan sobre el juez o sobre el procesamiento de Chocobar... además invitan al policía a la casa de gobierno, lo felicitan y dicen que es un héroe...
           Esto en la ley y el orden o CSI no pasa... tampoco pasa en Ecuador, Uruguay o Perú (por nombrar algunos países)...

           Las consecuencias serán funestas. A partir de ahora cualquier policía al que le parezca que hubo un delito, no va a dudar en dispararle por la espalda a quien sea. Sin juicio, sin jurado, sin nada. Cambiamos. Hay gatillo fácil para todos (y todas).

           Es así. El poder ejecutivo autoriza a sus fuerzas de seguridad a violar la ley. Salgo a caminar, paso cerca de un robo, me asusto, salgo corriendo y un policía que pasaba por ahí me dispara... y quizás se gana una invitación del Gato y la calificación de héroe.

           No soy el primero que escribe sobre este tema,(el link es a una nota con opiniones de Myriam Bregman en Página12) que ya fue analizado por abogados, periodistas, políticos, organismos de derechos humanos, entre otros.

           - ¿Es una invitación a matar?
           - ¿Es pena de muerte encubierta?
           - ¿Desprestigia a la justicia?
           - ¿Se habilita la violencia de todos contra todos?

           Cada uno tendrá sus respuestas (afirmativa en todos los casos para mí) pero yo me hago un par de preguntas más.
           Por ejemplo... ¿Qué formación reciben los policías que hace que se les ocurra pegarle un tiro por la espalda a un tipo que corre (por más que haya robado)? Recientemente en La Rioja, en una escuela de policía, murió un cadete que fue “bailado” por sus superiores hasta reventar con 40 grados de temperatura. Bailar no es danzar, es ser gritado y humillado por un tipo con gorra mientras se realizan flexiones, abdominales o lagartijas a buena velocidad... y con 40 grados, el pobre pibe se murió... pero si no se hubiera muerto ¿Qué tipo de habilidad o conocimiento hubiera adquirido con ese baile?
           En el capitalismo desigual y salvaje en que vivimos la policía es necesaria al menos para que una horda de pobres e indigentes no mate, cocine y se coma a los ricos... pero en paises como el nuestro parece que además fuera requisito ser bruto, corrupto y no dudar nunca de las órdenes, aunque esta sea pegarle a los jubilados en una marcha. Es que se necesitan policías y nadie quiere (bueno, ahora con la desocupación supongo que habrá más que quieran). Los carreras son cada vez más cortas, menos formativas y así las calles se van poblando de policías que a los seis meses reciben un arma con poca capacitación...



           Esto me lleva a la pregunta final... ¿Qué pasa por la cabeza de un tipo (o tipa) que quiere ser policía?
           Aunque evitan la desocupación, cobran muy poco si no son corruptos, la gente pobre los odia o los evita, los obligan a pegarle a abuelos, obreros, docentes o médicos (y lo hacen sin dudar), y por ahí los matan en la calle (esos me parecen más héroes y no Chocobar, un gordito que disparó por no correr y porque era fácil).
           La vocación de servicio o el amor a la patria (vaya a saber uno qué es la patria) no justifican esto de ninguna manera. Quizás sea un tema psicológico, quizás sean violentos que necesitan del amparo de la ley para ejercer su sadismo. No lo sé. Una de las tantas cosas que no soy es psicólogo.

           Lo que sí sé es que aunque viviera mil vidas, creo que en ninguna elegiría ser policía. Es más, tengo cierta aprehensión, pena o lástima (no sé), cuando me entero que una persona que conozco es policía. No pienso que sea un héroe. Lo trato más como si sufriera alguna enfermedad contagiosa...

           Y mientras lo saludo, o charlo con él (o ella) de temas triviales, qué dura está la calle y frases así, una musiquita suena en el fondo de mi mente...

… ya no soooos igual, ya no sooos igual, sos un vi gi lante de la feeederaal … sos buchón, sos buchón...

           Es todo (documentos por favor).

           PD: Por un lado, supongo que habrá policías buenos, y quisiera pensar que son la mayoría... aunque no es lo que se ve o lo que parece. Por otro lado, escuchen los temas que me tomé el trabajo de linkear, y si pueden comenten.



lunes, 18 de septiembre de 2017

Libertad de cátedra (o gendarmes con caras de malo).



       En estos días, a causa de la desaparición forzada de Santiago Maldonado, asistimos a un interesante debate sobre qué pueden y qué no pueden decir los docentes en clase. La libertad de cátedra, que le dicen...
      Por supuesto, ya aparece el primer problema, hay ochocientas interpretaciones acerca de qué es y cuál es el alcance de la libertad de cátedra... Como siempre, yo no se cuál es la definición correcta, pero puedo plantear algunos ejemplos, para descartar los casos extremos, al menos.

       Así, imaginemos que un docente de biología decida suscribir al creacionismo, o peor aún, a que la vida inteligente en nuestro planeta fue moldeada por extraterrestres. ¿Podría ese docente ampararse en la libertad de cátedra? Entiendo que no y que una protesta de los padres (o de la sociedad en general) sería legítima en ese sentido. Y si hubiera algún padre que adhiriera a estas teorías y exigiera que la escuela las explique, habría que explicarle al padre que en la escuela se enseñan las teorías científicas, que el creacionismo o la vida extraterrestre no son teorías científicas aceptadas y por lo tanto no pueden formar parte de los contenidos de la educación pública. Este caso es sencillo (más allá de lo que sucede con el creacionismo en USA). 

      Más en general, la libertad de cátedra está contemplada para el enfoque que el docente quiera darle a la clase, no apaña al docente para explicar astrología y enseñar a hacer una carta natal, para dar otro ejemplo.
Pero, se puede argüir que los ejemplos dados pertenecen al campo de las ciencias naturales. Es cierto. Cuando se trata de las ciencias sociales, en particular la política, la historia o el tema de los derechos humanos la cosa se complica. De todos modos, los ejemplos sirven para indicar que en la educación pública (de gestión estatal o privada) se imparten ciertos conocimientos significativos y no otros. Hay programas, contenidos y diseños curriculares que dicen qué se enseña y qué no se enseña en la escuela pública en este momento de la historia. No todo vale por tener libertad de cátedra. Y es posible pasarse de rosca.




       Es indudable, al menos para mí, que la desaparición forzada de Santiago Maldonado no puede quedar afuera de las aulas. Hay hechos que conmocionan y atraviesan a toda la sociedad. Para dar otro ejemplo, soy docente de matemática y sé positivamente que si Argentina gana el Mundial 2018 en la semana siguiente de ese hecho no voy a poder dar clase …
      No parece que esto vaya a pasar, lo que sí pasó es que desapareció Santiago Maldonado. Y como el hecho de su desaparición nos conmociona y nos atraviesa, es obvio que en las aulas se va a hablar del tema. Haya o no haya instructivo de CTERA con actividades (a mi juicio no demasiado feliz)...
       Por supuesto, en el país de la grieta, algunos se van de rosca. Es comprensible el enojo que provoca ver dibujos de chicos muy chiquitos que muestran gendarmes malos y Santiagos buenos (más allá de que mi opinión es que Gendarmería es la responsable del hecho). Sobre todo si la actividad fue forzada por el docente (obviamente los medios cómplices parecen mostrar que todos los docentes hacemos eso).
       Desde el otro lado, directivos y comunicados que prohiben hablar del tema, amenazando con sanciones en base a reglamentos, estatutos y diseños, que en algún lugar del texto prohiben el partidismo político o religioso en las aulas. Y en otros lugares promueven el desarrollo integral del alumno, la adquisición de saberes significativos, la inserción en el mundo laboral y la participación en la vida ciudadana. Esto no es una contradicción en tiempos normales. Yo no querría como padre que a mi hijo le enseñen religión (aunque viva en Salta) o lo convenzan de hacerse trotskista... ese tipo de iniciativas no deberían partir de la escuela y está bien. Y sí quiero que le enseñen a quejarse, a votar, a respetar las decisiones de la mayoría, a ser un consumidor exigente y responsable, o a participar de un centro de estudiantes (y llegado el caso, tomar la escuela)... una cosa no quita la otra.

       Ahora, en tiempos anormales como el actual, de grieta, sí hay contradicción y con un desaparecido actual no es posible prohibir nada en base a reglamentos escritos para tiempos más normales. Docentes, alumnos y directivos van a hablar de Santiago Maldonado en las aulas, guste o no.
No es correcto forzar a chicos de tercer grado a dibujar gendarmes malos o explicarles que Macri es un gato y la Bullrich accionista de Termidor... pero ¿Qué pasa si la demanda surge de los chicos de tercer grado? ¿Qué hacemos si los chicos, que viven en este país y ven los noticieros, nos preguntan qué pasó con Santiago? ¿No contestamos? ¿Les decimos que se lo expliquen en la casa? ¿Le mostramos el reglamento? ¿Y con chicos más grandes? ¿Es correcto (aunque no lo demanden específicamente) que no se hable del tema a adolescentes que en algunos casos ya pueden votar?

       Son muchas preguntas, y como la mayoría de las veces, no tienen tespuesta, al menos no una respuesta única.
      A mi modesto saber y entender, la libertad de cátedra no puede coartarse en estos casos. Aún para profesores de contabilidad o de educación física, el hecho nos atraviesa y nos conmociona a todos. Y si alguno se pasa de rosca y quiere que la salita de tres incendie un destacamento de Gendarmería, será cuestión de tratar con ese caso particular, no establecer prohibiciones generales que no pueden cumplirse. Lo mismo vale si un director quiere sumariar a un maestro por hablar del tema de un modo correcto y respetuoso de la opinión ajena...en esta ocasión el caso particular es el del director...

       Pero para que esto suceda y se respete la opinión ajena debería empezar a zanjarse la grieta. Y la grieta conviene. Es un Boca-Ríver, y con la próxima elección en ciernes, le conviene a ambas partes... a Macri(gato) y a Cris(yegua, puta y montonera según su última entrevista). Se hacen los ofendidos pero les conviene... y a los que adhieren a uno o a otro y discuten en los asados, también les conviene, porque les evita pensar. Y pensar es difícil. Escribir esta notita que no muchos leerán y a algunos no les gustará me llevó unos cuántos días. Hubiera sido más fácil comprar alguno de los dos paquetes enteros y cerrados, sin pensar.

       Y mientras tanto, ahí está la familia del pobre Santiago, esperando una justicia que quizás no llegue, mientras dicen que se perdió, que está en Entre Ríos, o últimamente que se ahogó. O gendarmes que dicen que tiraron una piedra o dispararon al aire... después de haber declarado que ningún gendarme estuvo a menos de 40 metros de Santiago.

       No quiero que nenes chiquitos dibujen gendarmes con cara de malo, pero sí quiero saber dónde está Santiago Maldonado, qué pasó con él, cómo murió si estuviera muerto (espero que no) y quiénes son los responsables de esta situación... y si mis alumnos preguntan, no voy a esquivar el tema, de hecho no lo hice.
       Y un mes y medio después, deberíamos exigir revisar los procedimientos, las declaraciones, al juez, a la fiscal... solo para ver si todo estuvo bien hecho (risas)...
       Finalmente podríamos exigir las renuncias que correspondan (la ebria y el jefe de los gendarmes por lo menos). Y si se hacen los boludos, marchar, protestar, y por supuesto, castigarlos con el voto (lo que en personas pensantes no agrietadas, no significa votar a Cris). Como ya escribí, el voto no vale casi nada, pero es una de las pocas veces que nos tienen que escuchar...

       Lo que es seguro es que los docentes no somos responsables de la desaparición forzada de Santiago Maldonado, por más que los medios cómplices intenten cambiar el eje de la cuestión. Y tenemos libertad de cátedra si no nos pasamos de rosca. Por lo tanto, como el tema atraviesa y conmociona a la mayoría de los argentinos, es nuestra obligación como docentes tratar el tema en las aulas. Con respeto por la diversidad de opiniones pero planteando el tema claramente. Tanto para el profesor de política como el de matemática o el de biología. O para el maestro de primaria. Porque la desaparición de Santiago Maldonado nos afecta a todos y afecta a la calidad de la democracia de este agrietado país. Hay una Argentina sin Santiago Maldonado (y Julio López) desaparecidos y otra con dos desaparecidos en democracia. Lamentablemente estamos en la segunda opción...

       Siempre trato de terminar mis artículos con una gracia o un chiste, pero me parece que esta vez no hay forma.

       Es todo.



lunes, 17 de julio de 2017

Queremos tanto a Pepsico...

          Ahora que los docentes por dos meses somos buenos podemos escribir sobre otro tema. Repito, no hay que creer en época de elecciones ninguna promesa educativa de ningún candidato.
           La verdad es que dieron un aumento apenas aceptable para no tener problemas por un par de meses y presentar al Bullrich sobrio como candidato a diputado. Y me repito una vez más... siempre tuvieron la plata, no quisieron dar el aumento antes para escarmentar y humillar a los docentes. Con los chicos en el aula o afuera del aula.
        Los garcas son garcas... viven como garcas, hacen cosas de garcas y casi que se los puede comprender... lo que no se puede, o no se debería, es votarlos en las próximas elecciones...

         El otro tema, por supuesto, es Pepsico. Todos vimos por la tele la brutal represión policial a los trabajadores despedidos. Como dice algún meme que circula en las redes, gente pobre con uniforme que le pega (reprime) a gente pobre con hambre para favorecer a gente rica sin uniforme ni hambre. Bastante popular el meme, en este momento se aplica a la Argentina pero también a Venezuela, y a muchos países. Lo cierto es que cuando la policía se autoacuartele o pida mejoras laborales va a ser imposible no recordar lo de Pepsico o los palazos a los maestros en Congreso o a los piqueteros en la 9 de Julio.
          Muy correcto lo de la policía. Están muy bien adiestrados para complacer al amo garca. Y si hay que darles palazos o tirarle gas a trabajadores, algunos de ellos peligrosas mujeres desarmadas, pues no importa. Sólo son fríos ejecutores de las órdenes de la justicia acomodaticia y empresarial propugnada por el gobierno de Macri (gato). Policías violentos, ladrones y corruptos es lo que tenemos. No me da para la simetría del animal de Feinman cuando dice “... uno menos...” refiriéndose a los chorros (en mi caso sería a los policías), pero de verdad habría que pensar qué pasa por la cabeza de un tipo que decide ser policía en épocas como ésta.

       Desde ya no me importa si eran todos trabajadores o si había gente de otras organizaciones apoyando... igual la mayoria cobró en palos, gases o balas de goma, incluso políticos y periodistas. Tampoco me importa que en un acto de defensa hayan volado piedras o algún banco. No fueron los trabajadores los que iniciaron la violencia. Mientras tanto Pepsico, silenzio stampa, como Basile.

         Todo fue muy rápido. La comunicación de los despidos, en algunos casos los arreglos por las indemnizaciones. Nadie sabe los números, pero de 600 despidos no arreglaron 90 según algunas fuentes (para otros eran menos o algunos dicen que los que arreglaron fue con coacción, datos precisos no hay). La excusa para la rapidez en la represión fue un potencial escape tóxico. Todo (pero todo) muy rapidito y a los palazos.
           Es que no se podía esperar. Estaban por empezar las campañas y parece que el tiempo que la gente tarda en olvidarse es un par de meses, más allá de que siempre hay pseudogarcas de clase media que se alegran. Se alegran alentados por los medios cómplices. Los que explican que la empresa tiene derecho a despedir y pasan treinta repeticiones de los piedrazos, o empiezan a ver uno por uno para saber quién es trabajador y quién va a apoyar, como si eso hiciera diferencia en la represión.
           En un capitalismo perfecto es cierto, las empresas pueden despedir indemnizando, porque hay rotación laboral, en una Argentina con el nueve por ciento (y va para diez) de desocupación eso no es tan cierto, más allá de que algunos además discuten (discutimos) el capitalismo, perfecto o no... Esos trabajadores (los noventa por lo menos) quedan en la calle para siempre, están afuera del mercado laboral y tienen muy pocas chances de volver a trabajar, por más seiscientas lucas que le den, que se van rápido.
         
          Por supuesto no todos los medios cómplices son iguales. En este caso, por razones obvias fueron mejores las coberturas de C5N y Crónica, más del lado de los trabajadores. Canal 13, TN y A24 informaron también aunque a favor de la patronal (excepto la pobre Lorena Maciel que no sabe como pararse ante la situación). Y Pepsico, silenzio stampa.

           Pepsico es una multinacional poderosa. Por eso quizás ninguno del sindicato estaba ahí (en realidad creo que no estaban por traidores y garcas, pero yo prefiero suponer que fue por Pepsico). Ni tampoco estaba ahí ningún representante de los partidos políticos principales. Es obvio que el partido garca de derecha Cambiemos no iba a estar, pero no vi a nadie de Massa, o del peronismo, en cualquiera de sus variantes... Supongo que es porque Pepsico suele ser aportante en las campañas así como es anunciante de los medios cómplices.
           Así, no estaban Cristina, Scioli, Massa, Randazzo, Stolbizer, mucho menos Carrió, Lousteau, o algún seguidor de Macri (gato). Es que necesitan de Pepsico y sus aportes (en realidad de los aportantes individuales que por casualidad trabajan en Pepsico o son parte del directorio... la ley no está hecha para los garcas). Lo mismo va para los medios. Los anuncios de Pepsi o Lays son muchos y pagan bien.

          Por eso los que estaban ahí eran los otros, los que no necesitan de Pepsico. Vilma Ripoll, el pollo Sobrero, Del Caño con los ojos hinchados por los gases, Castillo y Zamora subidos a los techos para garantizar que no haya más represión. A veces me pone contento votar a partidos del cinco por ciento. Pueden equivocarse, pero al menos están donde deben.

           Y lo que nadie dice y todos esconden. Hay desde el primer minuto del conflicto una propuesta de boicot en las redes, de la que pocos hablan. Porque una forma muy sencilla de penalizar la rapidez de los garcas, la brutalidad de la policía y el silenzio stampa de Pepsico es, como consumidores, no comprar más Pepsico. No más Pepsi, no más Lays, y el Gatorade que se lo tome Bilardo. Que paguen su política empresarial de garcas con menos ventas. Que tengan que anunciar más para vender menos.



           No consumamos Pepsico. Que las papas fritas, los chizitos y la pepsi se la coman y tomen Feinman, Fantino, Vilouta y Bonelli (hay más, pero siempre me acuerdo de estos). Y en lo posible que revienten por la glucosa o por la sal.

           No consumamos más esos productos. Que echar a seiscientos, o a noventa laburantes a la calle no sea tan sencillo y tenga consecuencias. Al menos para que la Coca Cola lo piense si va a hacer lo mismo.

            Boicot a Pepsico.

           Es todo.

           PD: todo lo aplicable a Pepsico es también aplicable a Lear... así no rompen las pelotas... igual sean buenos y comenten... y me fuí.

viernes, 31 de marzo de 2017

Sin solución (dos veces).




            El conflicto docente no tiene solución. Ni en el plano material ni en el simbólico. Lo material es simple, casi tonto. Los docentes de la Provincia de Buenos Aires (también los de CABA, y los de casi todas las provincias, pero tomo provincia de Buenos Aires, que es la que más docentes tiene) piden un 35% de aumento, 25 % por la inflación de este año y 10% para recuperar lo perdido en el 2016. El gobierno ofrece 19 % en tres cuotas y una escasa suma fija.

            Nadie cede un ápice en sus posiciones, los docentes porque quieren volver a las gloriosas épocas de la gestión Scioli y recuperar el poder de compra de su sueldo que ya era miserable. El gobierno, porque hay orden de Macri (gato) de no dar más del 18 o 19 % para forzar a la inflación a bajar. Si la gente (todos, no solo docentes), tiene menos plata en el bolsillo, los precios deberían bajar o no subir tanto…

            Es un poco ingenuo el plan. En un país en que no se regula nada, con estado ausente, corrupto o mafioso, manda la ley de la selva, son todos garcas, los precios suben igual, y lo que termina sucediendo es que la gente gasta menos, no gasta o no come, según el caso. Hay docentes que no llegan a fin de mes.

Además, si se les concede a los docentes mantener el poder de compra de su triste salario, después los policías, los enfermeros, los metalúrgicos, los taxistas, más en general la chusma, va a querer un aumento similar…

 En resumen, el reclamo es justo, solo que por razones macroeconómicas no le van a dar pelota.

            ¿Cómo hacer para no darle pelota a un reclamo justo y pedalearla? (pedalearla es un verbo bien Pro).

            Lo logran (intentan lograrlo) instalando y exacerbando el conflicto simbólico. Si un trabajador (de la educación) tiene que protestar por su sueldo misérrimo, lo natural es hacer paro. Hay otras posibilidades, como protestas o marchas, pero ante un gobierno inflexible, el paro termina siendo la opción más utilizada…

            Y así comienza el ataque. De los majules, los lajes, los montenegros, los castros, los viloutas… de los Clarines, Américas, Nueves y Telefés, casi todos… porque incluso quienes defienden a los docentes (C5N, quizás Crónica y no muchos más) no resisten el archivo de sus propias opiniones cuando el paro se lo hacían a Scioli.

            De este modo los docentes:
             -Toman de rehenes a los chicos y provocan un perjuicio económico o molestias a los padres, que no tienen donde dejarlos. Los chicos “se dejan” en la escuela… además hay consenso político de los últimos gobiernos acerca de que los docentes trabajan cuatro horas, tienen trabajo estable y tres meses de vacaciones.
            - Son vagos y no se capacitan, por eso nos va tan mal en matemática o lengua y estamos en el 4456° lugar en el mundo… los docentes deberían agradecer que se les paga algo, manga de vagos… y pobre de aquel niño que deba caer en la escuela pública… deberíamos copiar a los chilenos, a esos sí que les va bien…
            - Por si fuera poco, faltan. Se les ocurre tener hijos, ascender o enfermarse. Abusan, se quedan sin voz o enloquecen a propósito, para seguir estafando al ciudadano que les paga el sueldo.
            - Lo del salario oprobioso no es tan grave. Si quieren mejorar su sueldo pueden juntar más de un cargo (cinco por ejemplo, trabajando de madrugada) o tener otro sueldo en la familia. Las maestras que agradezcan que se les paga por hacer algo que les gusta y si quieren plata que se casen con un abogado.
            - Además Baradel es barbudo, sucio, piojoso y viaja seguido (no voy a defender a Baradel, pero es obvio que solo representa a un sector de un gremio, y hasta mayo).
- Es todo política, son todos kirchneristas, son destituyentes, y si alguno no lo es, que se joda por estar en malas compañías, como la mayoría de los 70000 o 150000 que fueron a las marchas. Y hubo uno que le dibujó un helicóptero a un guardapolvo, vean cómo son.

            Y así siguen. Enlodan y menoscaban una profesión que cada vez menos eligen y que es esencial para que un país crezca. Lloran como cocodrilos cada vez que están en campaña, dicen que los maestros deberían ganar cuarenta lucas, y después se vuelven responsables y ofrecen sueldos promedio de quince. Porque la culpa, todos lo sabemos, es de otro.  
           

            Quizás lo material se resuelva. Mi ánimo de izquierda me dice que esto se resuelve con hambre, goma, balazos y muertes, pero sinceramente espero que no sea así. Los paros son muy seguidos, la hiena Vidal amenaza con descuentos y propone bonos pro – carneros, la adhesión decrece, pero ya no se llega ni al veinticinco del mes. La rata Larreta sigue a la hiena, y aunque podría resolver su conflicto (tiene recursos) no lo hace por solidaridad, o simplemente porque es garca. El garca mayor, Macri (gato) se escandaliza y le pregunta a Durán Barba qué hacer… por empezar podría saber cuánto gana un jubilado, digo yo…

            Pero si lo material se resuelve, todavía queda lo otro, lo simbólico. En estos meses, (y seguirá pasando cada vez que pidamos algo) a los docentes nos han insultado, menoscabado, ninguneado, bardeado, despreciado, y muchas cosas (malas) terminadas en ado.
            Y de eso no se vuelve.
            El sueldo podrá mejorar, no con Macri (gato), por cierto, pero los docentes tenemos memoria, no nos olvidamos. O por lo menos yo no me olvido.

            De los majules, los lajes, los montenegros, los castros, los viloutas… ni de los Clarines, los Telefés, los Nueves o los Américas… de todos los que boquearon…

            Porque de los hijos de puta no hay que olvidarse.

            Y solo me queda pedir disculpas porque no encontré el modo de incluir a Esteban Bullrich (el Bullrich sobrio) en esta nota. Creo que es ministro de educación o algo así y es un garca, pero quién en este gobierno no lo es…

            Es todo.