sábado, 16 de abril de 2022

Redes sociales, citas y otras yerbas (haciendo senderismo).

 

       Hace más de un año que no escribo nada. Problemas personales y bastante trabajo me lo impidieron. Pero a no alegrarse, lo bueno dura poco y acá estamos, otra vez, fatigando los ánimos de mis lectores.

       Y esta vez, el tema no serán los docentes. Seguimos siendo maltratados y cobrando miseria, pero ya escribí mucho sobre eso. Paseen por el blog, hay artículos varios. Tampoco escribiré de política, la grieta sigue, Alberto y Cristina se pelean, también Larreta y Macri (gato), y Milei espera su oportunidad mientras practica sexo tántrico... Recomiendo leer ElOtro es idiota, aunque ya está medio viejito.


       Esta vez el tema tiene que ver con alguno de mis problemas personales. Esto es, he pasado a formar parte del equipo de los divorciados... Y así, me he obligado a, o he querido frecuentar distintas apps y redes sociales para volver a empezar. No se si es muy inteligente lo que estoy haciendo, pero bue...


       De este modo, a las redes que usaba con otros fines, como facebook o instagram les agrego un nuevo fin, y además ingreso en el maravilloso mundo de Tínder, Badoo, Happn o Bumble, para citar aquellos en los que verdaderamente estuve.


       Y en principio la finalidad de participar de estas redes no es eso en lo que están pensando sino charlar un poco y quizás conocer a alguien. Obviamente esto no descarta lo otro, pero soy de los que piensan que las cosas se dan naturalmente (o no se dan). Así que en principio no busco sexo casual (no se por qué el adjetivo casual, es como que pasaba por ahí y terminé poniéndola (perdón) sin darme cuenta). O sea, mi decisión por ahora es comportarme como un caballerito.


       Otra decisión que tomé es no pagar premium por ninguna de estas aplicaciones... es decir, usar su versión gratuita. Y así es como cerré mis cuentas de Bumble y Happn, porque en estas dos, si no pagás adicionales, prácticamente no tenés chance de nada. En Bumble, los perfiles están muy codificados, y la característica es que si hay match (coincidencia), la charla la tiene que empezar la mujer. Casi un mes estuve, hice algún match, la charla nunca empezó y me fuí de aburrido. Otro tanto con Happn, muy basado en la imagen también.


       Entonces, quedaron las tradicionales Facebook e Instagram, que son junto con el Whatsapp las redes en donde la cosa seguiría, y las apps Tínder y Badoo, para que uno con el dedito diga si una cara (una persona si el perfil no es falso) le gusta o no le gusta.


 


       Pero, antes de mandarme a criticar, debo aclarar que no son críticas a las mujeres. Yo soy un tipo y no tengo acceso a perfiles de otros tipos... es más, si pongo que me interesan los hombres, el algoritmo me presenta gays o trans, no varones heterosexuales. Pensé en hacerme un perfil falso para ver contra qué compito pero me pareció la misma berretada que critico en los demás. De todos modos, estoy seguro que cada crítica a los perfiles de mujeres tiene una correspondiente en los perfiles de los varones, no creo que un género se comporte mejor que el otro en esto.


       Empezamos, entonces, con las trampas, trampitas y falsedades de este maravilloso mundo...


    • La edad: mujeres de más de 60 que declaran 43, me pregunto qué harían si realmente tuvieran que encontrarse con un tipo a tomar algo...

    • Las fotos mentirosas: con anteojos oscuros, con barbijo, con sombreros o gorras que tapan los ojos. Si están a su juicio gorditas, solo la cara. Y si la cara no las favorece, de espaldas (a una le pregunté si era pariente del Tío Cosa y me bloqueó), o alguna parte del cuerpo, las tetas o los pies, por ejemplo.

    • Las fotos grupales: No se cuál de todas esas mujeres es Petunia, de 45 años... O quizás sea alguno de los señores...

    • Las fotos un poquito viejas: señoras de 50 años con pantalones de los 80, o la foto de la primera comunión. Y después hablan de una relación seria.

    • Las no – fotos: Perros, gatos, caballos, personajes de animé, Violencia Rivas, playas con atardeceres, la luna ... No, loca, poné la cara, no quiero salir con Sarah Kay, quiero ver tu maldita cara. Y las peores son las que ponen al Principito con alguna frase profunda, cuando no que lo esencial es invisible a los ojos (con lo cual podría terminar teniendo sexo casual con un alienígena).

    • Los fondos: esto sobre todo en Tínder... Las minas de Tínder tienen todas yate o pileta, o estuvieron en el Taj Mahal. Supongo que los tipos también lo hacen, pero a veces cansa ver gente con las pirámides de fondo que escribe relación con ese...

    • También en Tínder, un montón de chicas se dedican a la astrología o hacen senderismo... ¿Qué carajo es el senderismo?

    • Las demasiado honestas: gorditas que muestran sus rollos mientras se bajan una de muzzarella o sonrisas con huecos. Tampoco es así.

    • Exigencias desmedidas: una cosa es pedir un caballero para una relación seria y otra cosa es pedir que se abstenga quien mida menos de 1.85m o exigirle al caballero movilidad propia porque ella no se va a mover de Paso del Rey (por decir algo). Está bien, en estas redes hay muchos más tipos que mujeres, las mujeres eligen, pero... ¿Quién carajo te creés que sos?

    • Siguiendo con las exigencias, las que quieren que el tipo no tenga hijos, o que pueda viajar por todo el país (o el mundo) con ella.

    • La descortesía: en Badoo a veces se puede chatear sin hacer match, así que en esos casos estoy invadiendo, por ahí no aplica la crítica, pero si hiciste match, hablá, contestá, aunque sea para decir que te equivocaste y que el dedito era para el otro lado. Esta descortesía es posible también porque hay muchos más varones que mujeres.

    • Las coleccionistas: Juntan varios matches, no les dan bola y le muestran a las amigas... “mirá cuántos tengo”... mentira, seguramente sos parte de la colección del tipo que te muestra a sus amigos.

    • Las horrorosas faltas de ortografía.



       Bueno, no quiero seguir, sino parece más malo de lo que es.

       Realmente, cada tanto, uno puede tener una charla amena... o un encuentro, virtual o real...

       Porque estas apps son jueguitos, son un pasatiempo que nos ahorran ir a un boliche a conocer gente, y por ahí nos dan la posibilidad de ir a tomar un café con leche o una cerveza con alguien. Ahí empieza la vida real. Como digo en alguna de mis presentaciones, la vida real es aquello que ocurre después del café con leche.


       Sean felices.


       Es todo.



       PD1: Hagan click en las publicidades, que si logro un billón de clicks por ahí me dan tres dólares y medio...

       PD2: Si alguna señorita desea ir a tomar un café con leche conmigo, no tiene más que solicitarlo (envíen foto, eso sí).

       PD3: Basta! Me voy! Rumbo a la puerta, y después a un boliche a la esquina... A tomar una ginebra, con gente despierta, esa sí que es Argentinaaaa...