viernes, 4 de mayo de 2018

El Otro es idiota (o las virtudes de la empatía)


       Pasó abril. Y la verdad, cuando uno no tiene tema o no se le ocurre nada, lo mejor es no escribir nada, que blogueros que escriben huevadas hay a montones y trato de no ser uno de ellos.
      En lo personal, y siguiendo la tradición de los distintos gobiernos, a los docentes nos siguen pagando mierda y tratándonos en el mismo sentido. La responsabilidad es nuestra que no tomamos la docencia como el sacrificio vocacional que es. O que no nos casamos con un abogado. O que no tomamos cinco cargos. Pero ya escribí bastante sobre esto.

       Sobre el dólar, no voy a escribir mucho. Nada más ajeno a la docencia que la cotización del dólar. Habrá garcas empresarios que se beneficien con la suba del dólar y giles (nosotros) que se perjudiquen. Habrá garcas periodistas o garcas economistas que nos expliquen la razonabilidad de la situación, que en realidad (tratarán de convencernos) es exitosa. Y a los giles (nosotros) nos parecerá una vez más que nos están cagando desde arriba de un elefante. Como siempre.
       Pero vamos al tema de la nota. Me interesa escribir esta vez, ya que aún estamos relativamente lejos de las elecciones, sobre la otredad y la idiotez. El otro es idiota.
       Es lo que nos va legando la grieta. La idea de que el otro, el diverso, el que no piensa como yo, es un idiota.



       Van ejemplos. En algunos estoy yo...

       Empiezo.

       Los que apoyan a Cristina son chorros o son idiotas. Son militontos, están adoctrinados por 678 y no quieren laburar. Solo quieren planes y fútbol gratis. Son negros cabeza fácilmente manejables (e idiotas). Y los que no lo son, afanaron. Por las dudas aclaro, es posible que alguno se haya llevado algo, pero eso lo debería decir la justicia (risas). Porque el poder judicial no es precisamente idiota, es una corporación que hará lo que más conviene a sus intereses. Los simples humanos de a pie nunca sabremos si Cris se enriqueció ilícitamente o le hicieron una cama. A mí actualmente me parece que las dos cosas, pero no se nada que otros no sepan ni que pueda tomarse como prueba, simplemente, como toda la gilada, me informo, escucho los dos relatos y en este momento los valoro de esta manera. Espero no ser considerado idiota por alguna de las dos facciones. 
      Para finalizar esta parte, es imposible zanjar aunque sea un poquito la brecha mientras no vayamos más allá de considerar un idiota manejable a un tipo que cobra un plan, quiere fútbol gratis o milita en la Cámpora. Quizás el análisis debería ir más allá y preguntarse (por ejemplo) por las historias de vida de los negros vagos (idiotas) que idolatran a Néstor o a Cristina. Y empatizar con un tipo que por ahí pasó por un sistema educativo de mierda y que no supo nunca lo que es un trabajo en blanco (por dar un ejemplo). Y que Cris y Néstor, si bien no resolvieron el problema estructural para que al tipo le vaya mejor, al menos le dieron algo, se acordaron de él (un plan, fútbol gratis, algo). No hace falta estar de acuerdo con el kirchnerismo. Un poco de empatía con el tipo es lo que hace falta, nada más.

       Sigo.

      Los votantes de Macri (gato) son garcas o son idiotas. Aclaro que no está mal que un garca apoye al gobierno. Después de todo, a mi juicio este es un proyecto conservador neoliberal que vela por los intereses de los garcas. Yo si fuera garca, los votaría. El problema es caracterizar a los ciudadanos de clase media, media-baja y baja que votaron esto como idiotas. Quizás no sean estrictamente idiotas, quizás fueron legítimamente engañados por Durán Barba y su pandilla de lanatas, lajes, fantinos y majules para votar un proyecto que está claramente en contra de sus intereses de clase, y ahora no se les hace fácil reconocer que fueron engañados (esto nunca es fácil)... ¿Alguien piensa que llamándolos idiotas tres veces por minuto estos ciudadanos van a analizar siquiera cambiar su voto? Porque si no queremos repartir los fusiles y hacer una revolución (yo por lo menos no quiero eso), la mejor forma para correr al gato es que parte de esta gente cambie su voto... y eso no se va a lograr refregándoles en la cara lo idiota que fueron. En un sentido distinto quizás, pero acá también haría falta un poco de empatía.

       Así que finalmente llegamos a un punto en común. Hace falta un poco de empatía con el otro y no tratarlo de idiota.
       Entonces, en lugar de internarse en la guerra de memes y de trolls en las redes sociales (o en discusiones en los asados) en la que cada bando trata de pelotudo, idiota, sin valores, autoritario, chorro, o lo que sea, al otro bando, más valdría tratar de empatizar un poco con el otro. Y eso es realmente difícil.

       Porque no es cuestión de empatizar con el que piensa más o menos como nosotros. Eso sería muy fácil. En realidad hay una escala de dificultad en el arte de empatizar, que varía con cada persona. En mi caso, por ejemplo, empatizo muy fácilmente con seguidores de Zamora, del FIT, o de la izquierda en general. Me cuesta más empatizar con los peronistas, ya sean K o no y con los radicales alfonsinistas. Y tengo que hacer un gran esfuerzo para intentar empatizar y ponerme en el lugar de un macrista no-garca, ese que fue un poco engañado y que creyó que iba a mejorar la república y que él no iba a perder nada, y que por ahí todavía hoy se cree parte de eso. Peor aún es intentar empatizar con la derecha patriótica, macrista o no.
      Hay por último algún lugar donde ninguna empatía es posible, en mi caso no podría empatizar con un genocida, pero no lo llamaría idiota, lo llamaría hijo de puta.

       Como consecuencia, salvando el último caso, si haciendo un esfuerzo dejamos de tratar de idiota al que piensa otra cosa, quizás, con algo de suerte, obtengamos algún tipo de reconocimiento. Por ejemplo, que alguien que votó al macrismo reconozca que le mintieron y que el tarifazo le rompió el culo, o que este gobierno cuando termine (y la justicia se les de vuelta) va a tener más o menos los mismos casos de corrupción que el anterior. O más sencillamente, que los garcas gobiernan para los garcas, que son el 2% de la población, y que el 98% restante suele pasar grandes penurias durante un gobierno garca como este.
      O que un kirchnerista reconozca que mentían las estadísticas, que de la sintonía fina en adelante las cosas ya no fueron bien, que no todo es culpa de Lanata o de Magnetto (alto garca), que hicieron todo lo posible para que a Scioli le vaya mal (y lo lograron) y que tomaron un montón de medidas de mala leche a último momento para complicar al gato (cosa que el gato aprovechó y todavía sigue con la pesada herencia).

       Así que con la cuestión de la empatía me aproveché y repartí (empatía, digamos) para los dos bandos. Empatizar no significa fingir estar de acuerdo, creo que eso está claro...
      Ya me veo venir la réplica, que los zurdos somos cinco y hay seis partidos, que hay que votar al menos malo, que el voto en blanco es caca y todo eso. Y aceptaré las críticas y las discutiré, mientras note que hay cierta empatía para conmigo (y sinmigo).

       Entonces... no me traten de idiota.

       La forma (a mi entender) de salir de esta grieta absurda es, a la corta, con un poco de empatía.
      Y a la larga, la forma de dejar de votar sistemáticamente a tipos (y tipas) que nos cagan es, por supuesto, con educación.

       Es todo.


       PD1: últimas noticias... el gobierno subió la tasa de interés al 855000% para que los garcas no compren dólares. En quince días seguramente volverá a subir el dólar. Además la revista garca Forbes aconseja a los inversores rajar de la Argentina... creo que en un par de meses va a hacer falta mucha empatía (y quizás un helicóptero)... y por si fuera poco volvió Cavallo...

      PD2: hagan click en las publicidades, compartan en las redes y comenten... detrás de mi fingida empatía está el intento (por supuesto) de dominar el mundo...


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