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domingo, 10 de mayo de 2020

Refritos, podios y otras consideraciones.

        Hay cierto cansancio, ciertamente estamos podridos.
        Entonces, como estamos podridos y no quiero seguir profundizando con la pandemia y la cuarentena he decidido hacer de esta entrada una especie de refrito. En efecto, voy a poner los enlaces de mis tres artículos más leidos.

        Así, como si fuera una especie de ránking musical, voy del tres al uno...





        En el puesto número tres: El otro es idiota, los macristas son idiotas, los peronistas son idiotas, los zurdos son (somos) idiotas... En un artículo que casi no parece escrito por mí, llamo a la empatía y a la concordia entre los distintos grupos de idiotas que conforman la vida política idiota de este idiota país...
          Disfrutenlo con empatía, no sean idiotas...

       En el puesto número dos: Artículo 2°, este sí parece escrito por mí. Por supuesto me gané la reprimenda de muchos amigos y conocidos chupacirios. En resumen, pido modificar la Constitución en su artículo 2° para no sostener más al grupo de tocachicos adoradores de Súperman. Así que curas, obispos, cardenales , papas, si quieren a su dios, páguenselo ustedes (y no que lo paguemos todos con nuestros impuestos como sucede).
        Recordemos que la plata que se llevan los curas, no va a salud o educación.

        En el puesto númeo uno, el más leído: Paro docente, claramente escrito por mí, con el que me gané miradas torcidas y retiro de saludo de varios de mis democrátcos colegas. No es un artículo tan jodido, solo delimito un poco el término carnero y las excusas de algunos docentes para ser carneros, pero se ve que a muchos colegas mucho no les gustó...

        Así que los que agarraron el blog tarde, lean y opinen, que es gratis.

        Termino este corto artículo con algunas conjeturas insidiosas sobre la cuarentena...


        El número de infectados suele subir el día que habla Alberto.

        No se suele informar cuántas camas de terapia intensiva están ocupadas.

        Nadie hace la resta Contagios – fallecidos – recuperados, que son los enfermos vivos reales.

        A los que estuvieron en contacto con contagiados en las villas seguramente no los van a llevar a ningún hotel.

        Ya no se habla más de los detenidos o del accionar policial.

        Los medios evitan mencionar el hecho de que tienen más audiencia.

        A cualquier crítica hacia la cuarentena la asocian a la derecha.

        Y podría seguir, pero mi idea fue hacer un refrito, no otro artículo sobre la cuarentena (ya hice algunos y sigo opinando más o menos lo mismo).

        Los dejo, entonces, disfrutando del podio.


        Es todo.


        PD: Alberto... amigos infectólogos... no da bardear a Suecia...

lunes, 4 de marzo de 2019

De disculpas y perdones (o el pedo en el ascensor)


           Finalmente sucedió. Algunos (más de uno y en distintos lugares) se enojaron con un artículo mío. Es que son para eso...

           Es sencillo. Salvo casos de excepción, los docentes como colectivo soportamos en proporción más carneros que otras profesiones. Más que los taxistas, o que los metalúrgicos, por decir algunos gremios a los que les va mejor que a los docentes (obviamente). Y parece ser que esto no se puede decir ni escribir, ni siquiera en forma general. Ser carnero (o no) es es una decisión a conciencia y sumamente íntima, que no puede ser juzgada ni criticada. Ni siquiera connotada o relatada. Lo mismo vale para el voto. El voto se decide en un ambiente de profunda reflexión democrática, íntimo y sacrosanto, el cual debe ser respetado (eso está bien) y esta decisión no puede recibir ninguna crítica u observación (ahí no estoy de acuerdo).

           Así, carneros que votaron al gato inmundo dos veces se encabritan si uno se lo recuerda cuando se quejan de que no les alcanza, y ni qué hablar si se los cuestiona (quién sos para juzgar, mi voto es íntimo, y argumentaciones similares). Según algunos de ellos, debería disculparme por cuestionar sus motivos, o calificarlos de carneros.
           Aclaro, acato las decisiones en democracia, ganó el gato (dos veces y sin fraude evidente) y si alguien no hace paro no lo voy a ir a buscar a la casa... tampoco le digo que devuelva los aumentos que consiguieron sus compañeros con descuentos....

           Pero... no, no me disculpo nada, en democracia también se discute, los que votaron al gato, al menos la segunda vez, o no evaluaron bien (se equivocaron) o son garcas (en ese caso no se equivocaron, pero son garcas). Y los que no hacen un paro (salvo casos extremos), son carneros, aunque nadie se los diga.
           Igual vivimos en el mismo país, vamos a tener que convivir, así que no se enojen tanto y voten mejor la próxima vez (sí, estoy calificando y para mí votaron mal, pero a veces pasa).

           No me disculpo por pensar u opinar. 










           Zanjado el tema, y hablando de disculparse, la hiena Heidi Vidal le pidió perdón a los maestros, o eso dicen...
           Según google (la fuente de los periodistas vagos), la diferencia entre disculparse y pedir perdón reside en que quien se disculpa no se siente responsable por lo sucedido, quien pide perdón sí... o sea, me disculpo si se me escapa un pedo, pero pido perdón si me lo tiro a propósito en un ascensor …

           Quizás la gestión educativa de la hiena Vidal es equivalente a cagarse (a propósito) en un ascensor lleno de docentes. Por algo pide perdón...
           La pregunta es... ¿Pidió perdón realmente? Veamos parte de su discurso ante la Legislatura:



           ...Durante el último tiempo muchos de ustedes se vieron perjudicados por el conflicto que hemos tenido con los gremios.

             Quiero
pedirles perdón si en algún momento sintieron que nos equivocamos.

             En este camino no están solos, estamos haciendo todo para acompañarlos...


          ...Donde daba lo mismo ir a trabajar que no hacerlo, empezamos a premiar el presentismo para reconocer al que cumple y da el ejemplo...




          Bien. Tal como se sospechaba, no nos pidió perdón, o si lo pidió fue de una forma tan elíptica que parece que nos pide perdón en nombre de los gremios, los verdaderos culpables (debió haber dicho sindicatos, ya que estamos puristas con el lenguaje). Es un perdón además subjetivo, que remite a un sentir, y condicional (no obraría este perdón con los que no sintieran que se equivocó). Y dos párrafos después justifica el premio al carnero, que muchos de los que se ofenden y piden que otros se disculpen se apresuraron a cobrar.

          Habría que aclararle a Vidal que los sindicatos docentes suelen estar conformados por docentes, y que tener conflictos con los sindicatos docentes es tener conflictos con los docentes representados por esos sindicatos. Y que una buena forma de pedir perdón es jerarquizar los salarios y la profesión docente. 

          Pero no entiende, o se hace la que no entiende. Es garca.

          Ya canso escribiendo esto pero de un gobierno de garcas no puede esperarse otra cosa. Los garcas hacen cosas de garcas, razonan y actúan como garcas. ¿Cómo nos libramos de ellos? No es fácil, pero por empezar no habría que volverlos a votar...

           Cierro con la gracia procaz y previsible. Imagino a la hiena Vidal y todo su gabinete, tirándose pedos y cagándose (a propósito) en un gigantesco ascensor lleno de docentes, enfermeros, policías (sí, policías también), jubilados, desocupados, pobres, indigentes, chicos... casi todos...

           Por supuesto, en época de elecciones, pidiendo perdón.


           Es todo.


PD1: sí, los sojeros, los mineros y dos o tres más tienen ascensor propio.

PD2: comenten, circulen y opinen que yo no me enojo...









viernes, 11 de enero de 2019

Paro docente (reflexiones para docentes carneros).

           Pasaron varios meses desde lo último que escribí. Temas hubo, tiempo no... además cuando escribo sobre actualidad o política me pongo agrio y mucho no lo disfruto.
            Prometo entonces, escribir más seguido y en la medida que este país lo permita (por ahora no lo permite), con un temperamento más alegre.

           Sobre la problemática salarial docente, ya escribí mucho. Pongo algunos enlaces (uno, dos, tres, por ejemplo) para no fatigar ni repetir razonamientos. 
        Resumidamente, a los docentes históricamente nos pagan poco, por muchos motivos. Muchos consideran que la docencia no puede estar bien paga ya que se trata de un trabajo vocacional, no profesional, que cualquiera con vocación que sepa leer, escribir y las tablas de multiplicar podría hacer. Por eso la tendencia es cerrar los profesorados, traer docentes del exterior (venezolanos, por ejemplo), poner voluntarios al frente de alumnos, y en algún futuro, no descarto gendarmes dando clases de ESI o de matemática (munidos con táser por supuesto). No se les ocurre (menos a estos garcas neoliberales) jerarquizar la profesión pagándoles mejor a los tipitos (y tipitas) que dan (damos) clase. Pero de esto ya escribí.
            Por supuesto, esta problemática docente hace que los docentes debamos negociar, y llegado el caso, tomar medidas de fuerza... como los paros.

            Así llegamos al tema, el paro docente. Es un buen momento para reflexionar sobre el tema, ya que no hay paros cercanos y se evitan las chicanas y acaloramientos entre docentes. Porque este escrito está dirigido sobre todo a mis colegas docentes. Más específicamente, está dirigido a mis colegas docentes carneros (no escribo CARNEROS porque dicen que es equivalente a gritar pero quizás la mayúscula sea procedente).

           Alguna consideración previa: puedo convenir que no todas las convocatorias a movilizaciones o paros son igual de importantes (si bien sí son justas). Desde que soy docente (año 86) hubo un montón de paros y algunos no los hice (no muchos). A veces, pocas veces, no me convencen o no puedo permitirme descuentos.
           Ahora, es claro que en el 2018 que pasamos bajo el gobierno garca de Macri (gato), el salario docente perdió no menos del 15 % (siendo generoso) de su poder adquisitivo. No haría falta convencernos de nada, es evidente que parar está justificado. Y en cuanto a los descuentos, muchas veces son aplicados indiscriminadamente, haya el docente hecho paro o no. Podría respetar alguna situación extrema, pero el hecho es que muchos docentes deciden no hacer paro y no padecen ninguna situación extrema. Deciden ser carneros. Aunque debiliten a sus compañeros que paran, aunque por ahí le descuenten igual...



           Acá empieza mi problema. Otros gremios, como metalúrgicos, taxistas o camioneros tienen formas más claras de tratar con los carneros. No hablo de violencia física (que a veces también hay), pero hay una clara condena simbólica de los trabajadores para con el carnero. Con los docentes no es así.
            Es que es difícil condenar, aunque solo sea de palabra, a compañeros docentes que trabajan en el día a día con uno y que quizás uno valora, respeta y aprecia.
          Aún así, me animo a preguntarles a veces por qué no hacen los paros. Las respuestas parecen graciosas pero son tristes... paso a detallar, aunque quizás no esté registrado algún caso (es mi experiencia, por lo tanto es limitada):

    • La que pone cara de republicana y dice “... cada uno hace lo que su conciencia le dicta...”. Es decir, su conciencia es poco solidaria y le dicta cagar a sus compañeros. Además es vaga de pensamiento y no quiere discutir.
    • “Qué culpa tienen los chicos, hágamos otra cosa”. Jamás propone qué otra cosa hacer, y por lo general los chicos pierden más días de clase por falta de agua, luz, gas, o porque las escuelas se caen a pedazos que por los paros. Cuando a los chicos y a las familias se les explica, entienden. Y con los paros también aprenden que ser solidarios y organizarse es mejor que ser individualistas y serviles.
    • “Si me descuentan mucho no me voy de vacaciones”. Garca asumida, ni da para contestarle. Por lo general es segundo sueldo y los votó.
    • “La yegua tal cosa... Baradel tal cosa...”. Sí, está bien, yo no soy votante de Cristina y a Baradel no lo quiero ni de compañero de colectivo, pero es claro que a este tipo de carnero la grieta le impide pensar sus condiciones objetivas. El paro es porque la hiena (o larrata) nos paga mierda y cada vez con nuestro sueldo compramos objetivamente menos comida. La próxima tratá de votar mejor, ya que estamos.
    • “Hay que trabajar más, no menos, porque a estos tipos es lo que les molesta”. Estoy de acuerdo que a estos garcas gobernantes les molesta la educación, el cierre de profesorados y nocturnas en CABA es prueba de eso. Ahora, usar eso para debilitar una medida colectiva con una postura individual es de garca o de boludo. O de hipócrita, que lo que realmente quiere es que no le descuenten.
    • “Soy apolítico, y los paros son políticos” Este es boludo de verdad. Y probablemente los votó.
    • “En Finlandia no hacen paro”. Sí, pelotudo, porque en Finlandia pagan bien, valoran la educación y los finlandeses no votan garcas.
    • “Con los paros nunca se llegó a nada”. Mentira, a veces sí. Ahora, cuando los paros tienen muchos carneros, se hace más difícil una negociación exitosa (sobre todo bajo este gobierno garca).

            Deben faltar casos, pero no quiero inventar, las de más arriba son respuestas que realmente escuché...
              Quizás por estas respuestas (y otras como estas) los docentes merecemos lo que nos pasa. No se si listarlas tiene alguna utilidad excepto que los carneros se den cuenta que si bien parece que no pasa nada, o que no decimos nada, los demás nos damos cuenta... No hace falta violencia física, patoteo o dejar de hablar o saludar a nadie. Pero sepan que nos damos cuenta.

            Para terminar, si a alguno molesté con esta clasificación y se siente incluído en alguno de los ejemplos, jódase. Pagué dos lucas por cada mes que haya hecho paro para tener derecho y poder escribir esto. Paré y fui a varias marchas para mejorar mis condiciones salariales y laborales... y también las de ustedes, carneros, que fueron a trabajar (sin alumnos a veces).

           Y a los que quiero, valoro y respeto, y decidieron ser carneros, traten de no hacerlo más. Tienen todo el 2019 para redimirse. Hagan los malditos paros, no sean carneros. Y voten mejor.

            Es todo.




           PD: comenten, circulen y háganme famoso en las redes...



viernes, 26 de enero de 2018

Otra vez arroz.


           Hace ya más de un año que escribo estas notas, más o menos una por mes, así que además de soplar la velita, van dos metacomentarios, uno desde la producción de las entradas y otro desde los reconocimientos de mis lectores.
            El primero de ellos se refiere a que cuando cuando inicié estas publicaciones, pensé que no había (en principio) ningún límite en lo temático para escribir más que el que me impone mi buena conciencia. Así, mi proyecto inicial contemplaba notas de educación, política, sindicalismo, publicidad, ateísmo, fútbol, feminismo, vegetarianismo, veganismo, ajedrez, go, inteligencia artificial, defensa del consumidor, filosofía... casi sobre todo. Y realmente se puede (puedo) escribir sobre casi todo eso. Sin embargo, hay temas sobre los cuales me sale más escribir (educación, política, sindicalismo y ateísmo) y otros con los que por ahora no me animo tanto. Prometo en un futuro intentar...

           En este contexto, va el segundo metacomentario, el que da cuenta de los reconocimientos. En este sentido, los sufridos lectores que leen mis notas dan preferencia a aquellas que están relacionadas con la docencia, tanto en número de lecturas como en los comentarios escritos (pocos) y orales que me hacen. En menor medida son leídos los artículos políticos. De las cinco entradas más leídas tres son sobre docencia (uno dos y tres), una es sobre ateísmo y una (recién en quinto lugar) es sobre cuestiones políticas.

           Así que si hubiera que congeniar los temas con los que me siento más cómodo escribiendo con los que son más leídos y comentados, este blog debería estar mayormente referido a la educación con algún arrebato ateo cada tanto.

           De todos modos, las entradas de educación y docencia no están desligadas de la cuestión política. Congeniemos, entonces...



          Alguno dirá que estamos en enero, en vacaciones (en mi casa pero vacaciones al fin) y es muy temprano para empezar a discutir y cuestionar... dicho de otro modo, a romper las pelotas. Y el argumento sería atendible si no fuera porque el vago que tenemos de presidente (que sí se va de vacaciones bastantes días al año) firmó en enero un DNU (decreto de necesidad y urgencia) que altera la paritaria nacional docente.
           Y la altera sobre todo en dos cuestiones. La primera, se le quita a CTERA representación en la paritaria, es decir, la representación deja de ser proporcional al número de afiliados y pasa a ser de un representante por sindicato (esto perjudica a CTERA que es la principal agrupación de docentes del país). Por si fuera poco, limita la paritaria nacional a temas no salariales y establece el salario básico docente a un 20% más que el salario mínimo vital y móvil. Lo que sea por encima de ese valor (miserable) debe negociarse por provincia y no ya en la paritaria nacional.

           Es claro que más allá de que a los ojos inexpertos el decreto parece claramente inconstitucional (modifica la Ley de financiamiento educativo, una ley que establece que el salario mínimo docente se negocia en paritaria y un decreto no puede modificar una ley) y de los reclamos ya iniciados ante la OIT, los dos puntos principales del decreto perjudican a los docentes, en especial a los de las provincias desfavorecidas (Formosa, Chaco, y Jujuy por nombrar algunas). Estas provincias están jodidas. En general los docentes están (estamos) jodidos pero los de estas provincias lo están en un grado mayor.

           Entonces, sin ser adivinos ya podemos decir que los gremios docentes van a negociar separadamente (por provincia) y seguramente a nivel nacional comenzaremos con marchas y paros, con el maltrato y bardeo clásico a los docentes de los distintos medios y opinadores, muchas fotos de Baradel comiendo tallarines y viejas enojadas porque esto con los militares no pasaba...
           Al mismo tiempo, a nivel provincial, las provincias irán arreglando una a una, a la baja con la inflación (quizás con la excepción de San Luis). Habrá paros y marchas, esta vez provinciales, y las clases comenzarán, unos días después en CABA o en provncia de Buenos Aires, o unos meses después, en Formosa o Santa Cruz (todo esto lo adivino, en mayo veremos si acerté o no).

           Los discursos se repetirán. Nos dirán que los chicos no tienen la culpa, amenazarán con descontar, sancionar o con poner a dar clases a los gendarmes, insistirán con que la docencia es un servicio vocacional, que un docente que se precie trabaja por amor y no necesita comer, que si lo que quieren es ganar bien que trabajen de otra cosa, que los docentes son todos K (esto en particular es mentira, muchísimos docentes votaron a Macri (gato) y ahora se quieren cortar las bolas), que no están capacitados, y hasta quizás nos apaleen, nos tiren gases o maten a alguno en alguna marcha...

           Repito una vez más (van varias). Macri (gato) podrá ser un vago en su trabajo de presidente, pero eso no quita que, junto con el hato de ladrones que lo acompañan, sean garcas, y por lo tanto, hagan las cosas que habitualmente hacen los garcas. En el caso de la educación, menoscabarla, denigrarla y en un futuro no muy lejano destruirla. Un pueblo educado es peligroso para los garcas.

           No se les puede pedir a los garcas que no sean garcas, ser garca es su razón de ser. Es muy claro que en estos últimos dos años a casi nadie le fue bien... excepto a los garcas. Por eso no hay que votar garcas. Y la forma de no votar garcas es siendo un pueblo informado, que no se deja engañar y manipular por grietas mediáticas. Y que puede ver lo bueno y lo malo de cada gobierno, tomar postura y sacar conclusiones sin arruinar los asados o cagarse a tiros. Sin realismo mágico. Con racionalidad y educación...

           Por eso un pueblo educado es peligroso para un gobierno garca (con muy pocas cosas buenas) y por eso en consecuencia es lógico intentar destruir la educación...


                                                       --------------------------------------

           Los razonamientos se repiten y se empiezan a volver cíclicos, esto ocurre porque el problema de la educación en Argentina es cíclico... pasan años, décadas y gobiernos, y siempre discutimos lo mismo...

           Sólo hay una forma de cerrar este artículo que reflexiona sobre lo cíclico... y es con el título...



Otra vez arroz.


PD: el que no comenta es un garca...



viernes, 14 de abril de 2017

Salas de maestros (o de la vocación y sus consecuencias)


 
            El conflicto docente se hace largo y desgastador. Sindicatos sin otra imaginación que hacer paro cada dos días, en muchos casos con historial de traiciones a las bases (como SUTEBA) intentan sin éxito negociar  paritarias, salarios, condiciones de trabajo, o algo (cualquier cosa) con el gobierno más garca desde que volvió la democracia.
            Ya nos dimos cuenta que a los garcas no les importa mucho la educación. Es más, para que a los docentes les quede bien claro, ya repartieron algunos palazos y gases…

            Mientras tanto, maestros y profesores en las escuelas, como pueden, apaleados, descontados, ninguneados, empobrecidos, y próximamente hambreados, intentan dar clase. Y las salas de maestros se transforman en el lugar de la catarsis, pero también del debate.
            Quien esto escribe (profesor taxi promedio) participa de cinco de estas tertulias. Los temas son los mismos, los enfoques y opiniones a veces difieren. No todos los docentes piensan (pensamos) igual.
            Las inasistencias, la capacitación, el paro, los sindicatos, la economía, la situación social, los precios, son los temas más actuales. A estos se agregan los temas crónicos de la educación y de la vida escolar, los alumnos, los directivos, la violencia en la escuela, el edificio que se cae a pedazos (entre muchos otros), todo esto desarrollado en los diez minutos de recreo por docentes que además, a veces, usan ese tiempo para corregir evaluaciones o comprar ropa o bijouterie (los más ricachones).
            Seamos sinceros. De semejante collage no puede salir una posición política unificada ni coherente. Apenas algunos acuerdos mínimos. Por lo demás, todos somos docentes y todas las posiciones se respetan.
            Hay docentes que mucho de política no les gusta hablar, los hay también conservadores,  kirchneristas, peronistas, de izquierda, anarquistas, y hasta macristas. Y todas las opiniones, más allá de ser o no compartidas, son respetables.
            Pero hay una que me asusta y atraviesa a todas las posturas políticas. Es la opinión de que quien elige la docencia sabe que va a estar mal pago, y que eso es parte de la elección.

            “Pero vos sabías que no ibas a ganar mucho” me dicen habitualmente...

            Parece ser que los docentes tienen algo llamado vocación, por lo tanto hacen lo que les gusta… y por lo tanto está bien que les paguen poco, después de todo trabajan a gusto.
            Y con este razonamiento conformista y pedorro, Vidal, Scioli, Larreta y todos, los de antes y los de ahora, desde Sarmiento (otro garca) en adelante, ya ganaron la primera batalla, la que se libra dentro de nuestras cabezas, la batalla ideológica.
            Nos han convencido que es natural que un docente gane poco, porque siempre en la docencia se ganó poco, ya que la docencia es vocacional… ya desde los profesorados nos meten esto en la cabeza.
           
Así se justifica la diferencia entre el veinte por ciento que nos van a dar y el treinta y cinco que deberían dar para que nuestro salario sea igual de miserable que el año pasado. Ese quince por ciento, que ya no volverá, se pierde no solo por la inoperancia de los sindicatos, también lo hemos perdido en nuestras cabezas. No hay nada que impida que el año que viene estos garcas nos roben un quince por ciento más.

¿Cómo responder al razonamiento pedorro? Es difícil, por empezar habría que quitarle al concepto de vocación ese tufillo religioso o trascendental al que muchas veces se asocia. En mi caso, como buen ateo, la tengo más fácil, no acepto definir vocación como el llamado de nada, no hay dios, no hay alma, en el mejor de los casos puedo aceptar igualar la vocación al gusto por hacer algo, no mucho más.
            Una vez que se corrieron los curas, si la vocación es solo el gusto por hacer algo (y no un llamado o un sacerdocio), no hay ninguna razón para que el salario docente disminuya por el llamado de la vocación. Es más, tampoco los sueldos deberían ser bajos aún con el concepto tradicional de vocación. Pero sin la vocación en el medio es más claro.
            Porque cuando dejamos de ser vocacionales, lo que queda es un trabajador. Un trabajador profesional dedicado a la docencia.
            Escribo una vez más que la educación y las condiciones en las que trabajamos los docentes van a mejorar cuando dejemos de ser seres vocacionales que han oído el llamado en lo profundo de su alma y pasemos a ser profesionales docentes que transmiten eficazmente saberes significativos a través de las generaciones, y por lo tanto, un tipo de trabajador más. Que tiene que tener un salario acorde a su formación.



            El gusto por lo que se hace es importante, pero más lo es ser un profesional bien formado. Es más, concibo la posibilidad de que algún docente, buen profesional, pueda no sentir tanto gusto. Y también habría que pagarle, y pagarle bien… porque la docencia es una profesión, y merecemos ganar lo que nos corresponde, por ser profesionales y trabajadores. Como los camioneros, los bancarios, los trabajadores de los peajes o los porteros de edificios, que en muchos casos estudiaron bastante menos que un docente.
            Basta de razonamientos falaces (pedorros) como el de la hiena Vidal:

            Los maestros si quieren más dinero, que trabajen de otra cosa”

            Hay docentes que piensan así. Y así, ya nos ganaron la batalla ideológica, adentro de nuestras cabezas.

            Es todo.

            PD: le dedico esto a todos los colegas de las distintas salas de maestros, que en algunos casos estimo mucho, pero que piensan más o menos así…
            PD2: Macri (gato) y quiero una remera de esas…