TODO POR MIL PESOS...
Mil
pesos. Un par de meses, no todos. Es todo lo que los salarios docentes
aumentaron desde julio de 2016, a cuenta de una futura paritaria. Eso sí, los
chicos están en las aulas, recibiendo clases de maestros y profesores
maltratados y hambreados.
Es que
nos quieren escarmentar. Cómo es posible que esta gente pretenda comprar los
mismos kilos de papas que hace un año... es que son todos K, seguramente, y
además, toman a los chicos de rehenes...
Por si
fuera poco Baradel (lamentablemente) mantuvo la conducción del principal,
aunque minoritario (Suteba afilia al 40 % de los docentes, más o menos),
sindicato de la provincia. Hay enemigo, gordo y barbudo, a quien pegarle es
bastante fácil.
Los
medios ignoran la cuestión o ponen el centro en los paros, hace rato que ya no
intentan averiguar cuánto gana un docente hoy. Lloriquean por los derechos de
los chicos pero se hacen los boludos con el hecho de que un docente gana hace
un año diez lucas por cargo (con máxima antigüedad de veinticinco años un poco
más, trece pongamos). La gran mayoría de los periodistas silencian el tema
excepto, por supuesto, cuando hay un paro. Eso sí, hablan y debaten sobre
inseguridad como si la política educativa no tuviera nada que ver con el
tema...
Por las
dudas, seamos claros. La gestión anterior (Scioli) también fue un desastre,
pero al menos hacían como que les importaba. A los actuales (Vidal) claramente
les importa muy poco, es más, los focus group de Durán Barba aconsejarán no
hablar de los salarios y sí hacer hincapié en los pobres chicos, en las
inasistencias o en la pinta de roñoso que tiene Baradel.
Y
mientras el tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos, nuestros sueldos se vuelven
indignos, y aumentan la luz, el gas, el agua, los alimentos... bastante más que
mil pesos.
Además,
como los garcas en estas cosas son solidarios y se ponen de acuerdo muy rápido,
el hecho de que no se aumente nada (mil pesos es nada, es una burla) en
provincia de Buenos Aires, implica que el garca Larreta aumente un diez por
ciento por decreto en Capital (que claramente tiene los recursos para llegar a
un acuerdo sin problemas). Llegamos entonces a la pregunta...
¿Qué hacemos?
La
respuesta no es fácil, porque todo lo que se plantea va claramente en contra de
lo que está pasando. Un observador cándido podría argumentar que habría que
aumentar los sueldos docentes, equipararlos al 2016, y lentamente subirlos en
relación a otras profesiones, para que ser docente sea una opción válida y que
no convenga ser camionero, por ejemplo. En este momento la situación se
sostiene porque muchos docentes son segundos sueldos (hay alguna cuestión de
género aquí, pero no es tema de este artículo), no son los que paran la olla,
entonces se dejan forrear un poco más... de todos modos, dado el empobrecimiento
general de la población estos casos ya no son tan frecuentes. Por supuesto que
esta jerarquización salarial de la profesión docente no implica que no se
revise el abuso de licencias (si lo hubiere) o se cambien los programas de los
profesorados, si realmente ese fuese el problema... pero primero, antes, previamente, hay que pagarles mejor a los
tipitos (y tipitas) que dan clase.
A un
tipito o tipita que da clase toda la semana y le pagás diez lucas (diez mil pesos, seiscientos
cincuenta dólares redondeando para arriba) no tenés autoridad moral para
exigirle NADA. Si tenés la suerte de que el tipito no se considere tanto un
profesional de la educación y sí se considere un sacerdote de la vocación que
ha oído el llamado, por ahí sigue trabajando con ganas un rato más... si no es
así el tipito va a adoptar distintos modos de resistir... porque los paros, así
como los estamos haciendo, no sirven de mucho.
Así,
algunos tipitos (y tipitas) ya se dedican a otra cosa, o son docentes en
Capital, o dan clases particulares, o se van a la escuela privada, o toman dos
cargos (y en algunos casos tres), o tratan de ganar lo que debería ganar un
profesor siendo director, en algunos casos abusan de las licencias, en otros el
maltrato social constante (no solo de los padres que los golpean, también de
los medios) los enferma de verdad. Y el sistema persiste y va empeorando de a
poquito. Los profesores recibidos dan paso a los estudiantes de los
profesorados, a los ingenieros, abogados, y próximamente a los gendarmes y los
boy-scout. Por supuesto una consecuencia de esto es chicos que dejan la
escuela, aprenden menos, están más tiempo en la calle, y aumenta la
inseguridad, entre otros efectos…
La verdad
es que si hoy tuviera que decidir si estudio un profesorado... ni en pedo lo
hago. Los profesorados vacíos son muestra de esto.
En lo
personal, voy a tratar de irme de algunas horas (las de provincia), pero dada
la poca chance de trabajo para un tipito que se acerca a los cincuenta, lo veo
difícil...
Pero
desde ya le digo a cualquiera que lea esto que si me ofrece un trabajo de doce a dieciséis horas semanales por más de quince mil pesos que reemplace las once
lucas que cobro por doce horas de enseñar matemáticas a hijos de otros...
seguro lo pienso, y si tiene que ver con escribir o con la comunicación
(finalmente, también soy comunicólogo), probablemente acepte.
Y como me
gusta dar lástima, y la luz, el gas y los impuestos suben, voy a manguear guita
por este medio además. Aprovechando que ahora pasar el CBU de mi cuenta sueldo
es mucho más fácil, lo pongo más abajo esperando ansiosamente que un mecenas
(árabe quizás) me saque de la docencia, al menos en provincia.
TOLDO.PISO.JAGUAR
Por
favor, los amigos no... sólo mecenas anónimos, en lo posible no relacionados
con Báez, Odebretch o el narcotráfico, que no quiero terminar preso...
Estaba
por poner que es joda y cerrar el artículo, pero uno nunca pierde la esperanza
de ir al cajero y sorprenderse con una donación anónima... una donación de, por
ejemplo... mil pesos.
TODO POR MIL PESOS
Es todo.